Abel Dorado padre asegura que el fenómeno le curó su sordera

Sentado en la galería de su casa en La Tijera, don Abel Cancio Dorado (padre), relata su época como trabajador del Inta, que lo llevaba a levantarse muy temprano en la mañana para esperar en la ruta el colectivo que lo llevaba a árraga, donde desempeñaba sus tareas investigativas, especialmente vinculadas al cultivo del algodón.

Esta circunstancia de su vida, parece íntimamente ligada a muchos extraños sucesos que con lujos de detalle enumeró ayer para EL LIBERAL.

Además de relatar el avistamiento de un ovni por su hijo cuando laboraba tierras en un tractor, dijo que previamente cuando salía a trabajar vio una bola de fuego que cayó desde el sector este y desapareció entre los árboles del lado contario, hacia donde su hijo trabajaba, objeto que fue comentario de varios compañeros de tareas que también lo vieron.

Desde entonces, don Dorado asegura que su vida cambió para siempre, ya que los fenómenos extraños no dejan de sucederse, a tal punto que ya los incorporó a su vida.

Relató que en cierta ocasión un tractor con cerca de veinte lámparas, la mitad de las cuales no funcionaban o directamente no estaban, se encendieron con intensidad, luego de ser iluminado el vehículo por una potente luz blanca. él observaba desde la ventana de la cocina, donde preparaba su desayuno.

Incentivado por un documental que vio en la televisión sobre un avistamiento de ovnis y de seres extraterrestres y gente que se curaba de sus males al pararse en el lugar del aterrizaje, don Dorado hizo la prueba y sin que nadie lo viera se paró donde el tractor se había encendido por completo años atrás: “Esto no lo sabe nadie. Se lo cuento a usted ahora: yo de este oído (izquierdo), ya no escuchaba casi nada y ahora usted me está preguntando y yo lo escucho perfectamente. Antes no le hubiera escuchado nada. Yo me paré ahí, hace un mes y medio más o menos, y les pedí a estos seres que si algo pueden hacer, que me curen. Después de eso, durante dos días tuve un zumbido en la cabeza que no me dejaba escuchar nada. Estaba loco ya con tanto ruido. Pero cuando me pasó, escuchaba perfectamente, por eso ahora estamos conversando como si nada”.

Curiosamente, sin saber de qué se trataba la visita del cronista, un sobrino que vive cerca comentó: “Cómo lo van a entrevistar si no escucha nada. Está más sordo que una pared”.

Seguimiento

Además, don Dorado afirma que estas entidades o seres de otros planetas conviven con él, circunstancia sobre la que el Dr. Miotti ya lo habría advertido cuando sucedió al avistaje de su hijo. l