Ing. Héctor Paz: “Fervientes defensores de esta realidad que nos enorgullece”

La Universidad Nacional de Santiago del Estero celebra 48 años de vida institucional. Fue -y es - el resultado de un compromiso colectivo, traducido en el esfuerzo de hombres y mujeres que, a lo largo de la historia, han aportado a la construcción y el crecimiento de la universidad pública, gratuita, autónoma y cogobernada; aquellos sueños de los jóvenes reformistas del 18, hoy son una realidad de la que nos sentimos orgullosos y nos declaramos fervientes defensores.

Como institución formadora en educación superior es “Madre de Universidades” y camina hacia los 50 años de su creación; consolidándose como referente de excelencia en la gestión académica y científica, y en los procesos de internacionalización de la educación superior, por su alto compromiso ético, responsabilidad y servicio para el desarrollo sustentable del territorio en el que impacta.

Es la Universidad de todos los santiagueños y las santiagueñas que habitan este extenso territorio provincial. La educación, que en sus aulas se imparte, es considerada un bien público y un derecho irrenunciable.

Su misión es la generación, desarrollo, integración y comunicación del conocimiento, que de cuenta del compromiso permanente con la solución de los problemas de la comunidad. Para ello asume, con vocación de inclusión y calidad, la formación de personas y la contribución al desarrollo de la zona de influencia de su territorio. Esta misión, plasmada en su Plan Estratégico Institucional, busca consolidarse cultivando valores que definan su cultura y quehacer.

Creada en 1973, en la actualidad está integrada por las facultades de Agronomía y Agroindustrias; Ciencias Exactas y Tecnologías; Ciencias Forestales; Humanidades, Ciencias Sociales y de la Salud y Ciencias Médicas; una escuela de Nivel Medio de Agricultura, Ganadería y Granja; y las Escuelas de Artes y Oficios y de Innovación Educativa.

Más de 70 carreras forman parte de su oferta educativa de pregrado, grado y posgrado. Miles de estudiantes han transitado por sus aulas y egresado como nuevos profesionales íntegros, comprometidos con su provincia, su región y su país; jóvenes con una formación integral, conocedores de su territorio; innovadores y emprendedores.

La UNSE no camina sola. Se encuentra en constante diálogo con la sociedad que la sostiene. Participa y se retroalimenta de sus saberes; busca consensos y equilibrios que le permitan avanzar en la producción y transferencia de conocimientos. Entiende su función de extensión como un proceso de comunicación de doble vía entre la institución y su contexto para cumplir con su responsabilidad social.

Los estudiantes y las estudiantes han sido el eje principal de los desafíos asumidos, de las luchas sostenidas en el pasado y en el presente; son el motor de nuestros compromisos actuales y el impulso de los planes a futuro.

Hoy nos toca escribir uno de los capítulos más difíciles en la historia de la humanidad. La pandemia por el COVID-19 ha significado para la educación, en todos sus niveles, un momento de grandes desafíos, de cambio de paradigmas, de formulación de un modelo pedagógico superador adaptado a la virtualidad, que permita garantizar la continuidad de los trayectos y que, principalmente, incluya.

Estas adecuaciones no hubieses sido posibles sin el compromiso de docentes, Nodocentes y estudiantes, a quienes reconocemos y agradecemos especialmente.

En este contexto, nuestros investigadores e investigadoras han puesto a la ciencia en el más alto nivel, produciendo conocimiento científico y concretando desarrollos tecnológicos únicos que hoy son imprescindibles en nuestra Universidad y la provincia. Idéntico reconocimiento hacemos de los estudiantes y egresados de todas las disciplinas, que contienen en todos sus aspectos a esta histórica emergencia sanitaria.

El nacimiento de la UNSE fue el 10 de mayo de 1973, según la fecha del Decreto Ley N° 20.364 que dispuso su creación. Muchas cosas sucedieron antes y lo hicieron posible. Recordamos a los hombres y las mujeres que formaron parte de su gestación y honramos su legado siempre.

48 años después, la Universidad Nacional de Santiago del Estero afronta esta nueva etapa signada por transformaciones institucionales, científicas y pedagógicas que exigen cambios significativos.

Nos dejamos interpelar por la Ley Micaela porque existen estructuras que ya no nos representan.

Seguiremos brindando educación de calidad, buscando llegar a todo el territorio, trabajando para reducir las desigualdades generadas por la pandemia y conformando redes que nos fortalezcan, convencidos de que las metas se alcanzan trabajando siempre colaborativamente.