“Canto para decir Santiago” “Canto para decir Santiago”
Madre de la voz y la semilla
con que se anticipó toda esperanza.
Nunca pudo nacer de otro lugar la patria.
A ti te nombro
y a ti vuelvo.
Quién sabe qué gigantes alas
atraen mis pies a tus raíces
y te nombro desde el final del regreso
hasta el principio donde partir es el recuerdo.
¡Carne de mi andar y mi quedarme…
De mi quedarme siempre!
Vamos juntos
por la cicatriz abierta de tus ríos
a dialogar al clima de tanino
a desparramar al cielo tus represas
animando la raíz de tus salinas
entonando las coplas
que escribirán en árboles de luz
los días de tu nombre.
El tiempo es un kakuy sangrando esperas
pero hay colores que la mañana aguarda…
Ya dirá el turay el poema
y será un hermano sin nostalgia.
Que así lo anuncien
el sol y las guitarras…
¡Qué hermosa es la esperanza!
¡No la maten mañana!
“Dios sin mí”
Conviérteme en mí
hoy que he plegado todas mis vidas
a la única célula que falta
aunque a la hora de abrir y cerrar las palabras
vuelva invadirme el mundo.
Quiero ser yo
desde adentro de mi propia tierra
caminar mi geografía
hasta las fronteras de mi hermano
solidariamente solo
restituyéndose para venir a mí
recomponiendo el amor entre ruinas.
Las sombras caen sobre mi destino
por donde ahueca mi voz tu silencio
tal vez dudes y te reconstruyas
y ensayes otra piel para entender las penas.
Desde adentro del hombre
desde el dolor oscuro donde se ve la tierra
se refracta la luz del cataclismo
y mis huesos
con sonidos de espejos
se trizan con tu imagen
desordenando el mundo.” ( Nassif , 1978, págs. 445 y 446)