Dolar Oficial: - Dolar Blue:- Dolar CCL:- Dolar Bolsa: - Dolar Mayorista: -

EL LIBERAL . Viceversa

“EL PLACER DE ABANDONAR”

20/08/2022 23:26 Viceversa
Escuchar:

“EL PLACER DE ABANDONAR” “EL PLACER DE ABANDONAR”

Por Diana López Gijsberts - Periodista de Telam.

El abandono abrupto y unilateral de una pareja

en los tiempos posmodernos de fragilidad

de vínculos es el eje que atraviesa la novela “El

placer de abandonar”, de Schoë Blintsjia, que

analiza también la iniciación amorosa de la protagonista

en una adolescencia abrumada de tabúes

y desinformación: “Aún cuando se pretenda

desmitificar el amor romántico, aún queriendo

pertenecer a otro discurso, uno sigue ligado

a eso”, dice

“Una noche me dijo: Quiero que hagamos un

contrato. Y que lo firmes. Sos mía y me pertenecés.

Después desapareció. Así, de la nada”,

son las primeras líneas de esta novela de 133

páginas de Schoë Blintsjia, publicada por la flamante

editorial Híbrida.

A través de ellas, el o

la lectora comienza a empatizar con la protagonista

y a compartir su derrotero mental para

entender ese abandono que se desencadena

así, “de la nada”.

La novela se divide en dos partes.

En la primera se relata ese abandono

y las disquisiciones de la protagonista:

¿lo amaba de verdad? ¿de qué se había

enamorado? ¿lo amaba porque él se

mostraba interesado? ¿él era el psicópata,

o ella, o ambos?

Mientras tanto, la segunda parte da cuenta

de la adolescencia de la protagonista y sus

intentos por entender qué es el amor y o el sexo,

a la vez que busca eludir cierta tendencia

suicida.

- ¿Se podría decir que “El placer de

abandonar” más que una historia de

amor es una historia sobre el amor?. El

libro explora el amor en este tramo del

siglo XXI, donde las relaciones afectivas

parecen fugaces y superficiales.

- Tiene algo de la “modernidad líquida” de

Zygmunt Bauman, sí, pero no lo planteé ni pensé

conscientemente. Claro que lo que uno vive

alrededor se filtra en la escritura. Al inicio de

la novela está ese acto del chico de “sos mía,

me pertenecés” y luego desaparecer, el “ghosting”.

No lo escribí con esa intención pero es lo

que veo. Lo que le pasa a un montón de gente

en sus relaciones, que se disuelven, que luego

retoman... es como muy complicado el establecimiento

de una relación estable, siempre

está ese “estoy, pero no estoy, y vuelvo”. En la

novela está ese intento de armar una relación

amorosa pero con la idea de que en cualquier

momento desaparece, se gesta y se evapora,

algo actual en lo que hace a las relaciones amorosas.

- Es una novela que no refleja el amor

en términos románticos, ¿hay en eso un

planteo feminista del amor?

- Aún cuando se pretenda desmitificar el

amor romántico, aún queriendo pertenecer a

otro discurso, uno sigue ligado al amor romántico.

Es estar y no, es acercarse y huir. Querés

pertenecer a esa desmitificación, pero a la vez

querés el amor romántico, y en ese sentir entran

conflictos propios sumados a todos los

que andan dando vueltas en la sociedad. Hay

una especie de desecho del amor, está en juego

el deseo, el miedo. El amor no es para todos

lo mismo. La protagonista es alguien que sufre

el amor. Aparece la idea de abandonar, de desaparecer,

porque previo a eso existe un dolor, y

a la vez esto de huir le genera un placer raro. No

hay una sola línea que diga “hola, sos el amor

de mi vida, me quiero casar con vos” y seguimos

felices para siempre. Ese ideal de amor romántico

es un ideal del pasado del amor. Acá

se pone en juego otra cosa. Titulé a la novela

“El placer de abandonar” porque si bien hay un

terror al abandono y uno está constantemente

pensando en ser abandonado y abandonar;

hay también una cosa adictiva en abandonar,

en ese sentirse poderoso dejando algo.

- La segunda parte de la novela puede

leerse como una precuela de la primera

parte, ¿en ese racconto de sus

vínculos sentimentales en la adolescencia

está tal vez la explicación de esa primer

parte que narra el abandono?

- Lo pensé así, sí, contar quién fue esta chica

a la que tanto le cuesta amar. Dar una idea

de quién era y cómo sentía, sus experiencias

en relación al amor, cómo entendía una relación

sexual. Escribí primero esta parte y empecé

relatando la vida de una adolescente con

ideas suicidas, muy dramáticas, que después

deseché para centrarme en el corazón de una

adolescente de esa época, donde si bien no

hay una precisión temporal, por algunas referencias,

como el uso de casetes, se puede saber

de qué época hablo. En esta segunda parte

aparecen las relaciones sexuales como tabú.

Hoy sigue teniendo algo de tabú, creo que cada

época tiene su tabú, aunque son diferentes. Tabúes

y mandatos.

- En toda la novela a la vez que la protagonista

reflexiona sobre el amor y el

desamor está presente el trabajo de la

escritura. La protagonista es escritora

y vincula ambas cosas, llega a pensar

que más que ser amada ella quería ser

leída o que “era una adicta a devorar la

parte literaria de él”, de ese amor que la

abandona.

- Sí, hay una especie de uso de él, de decir

“lo uso para escribir, me enamoro para escribir,

escribo parea enamorarme”, hay un ida y

vuelta entre amor y escritura, un fluir. Esa primera

parte de la novela es una historia sobre el

amor y también una historia ligada a la imposibilidad

de la protagonista, que es escritora, de

escribir una historia de amor desde la imposibilidad

del miedo a enamorarse, la intriga, el espanto.

Y hay muchas cosas dando vueltas, no

dichas por completo para que el lector, en esa

sensación de estar perdido imagine, cree otro

mundo. Que la novela se complete con el mundo

del que lee, que ponga parte de su persona

en el texto.

Lo que debes saber
Lo más leído hoy