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EL LIBERAL . Viceversa

Mi querida maestra

10/09/2022 22:04 Viceversa
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Mi querida maestra Mi querida maestra

En vísperas de la celebración

del día del maestro, un grupo de

exalumnos invitó a la “querida señorita”

Silvia Martínez, a un encuentro

con la promoción 1997 de

7° grado de la escuela N°972 de

Forres.

Silvia Martínez, de 85, está domiciliada

desde siempre en La Banda

y acudió a la inesperada reunión,

tal vez la primera que se brinda en

toda la historia de los maestros de la

escuela primaria de Forres.

La querida señorita Silvia repasa

su historia desde sus años como

alumna de la Escuela N° 134

de Los Peralta, Atamisqui, hasta

4° grado.

Pasó luego a la Escuela

Laprida, por el destino errante

que tenían los hijos de docentes.

Se recibió de maestra en la Escuela

Normal Manuel Belgrano de la

ciudad Capital, aunque residía en

La Banda.

El recorrido de su profesión

comenzó en Colonia Jaime

y continuó en El Refugio hasta

que optó un cargo en la Escuela

N°250, actual N°972 de Forres,

desde 1972 a 1980.

Su carrera docente

culminó en La Banda, en la

Escuela Amadeo Jacques, hasta su

jubilación.

“Pero los años en Forres -confiesa-

fueron donde pasé los mejores

momentos. Tenía que viajar

muy temprano y volver ‘a dedo’

con mis compañeras. Para mí fue

una sorpresa que mis alumnos de

esta época me recuerden y me hayan

invitado a compartir con ellos

este encuentro”.

“Este abrazo con los hoy hombres

y mujeres, pequeños pimpollos

de ayer -reconoce- me dieron

una grata sorpresa. No la esperaba.

Pasé por muchas escuelas, más

de la campaña que de las ciudades

y los únicos que se acordaron

de mí fueron estos alumnos ‘que

antes eran’. Nunca recibí un regalo

tan hermoso, que no habla solo

de mí, sino también de lo que ellos

pudieron conquistar en la vida.

Ese es el sueño más grande de todo

maestro”.

La señorita Silvia fue el espejo

donde se reflejaron sus colegas,

por su trato amable, la vocecita

suave, musical, su don de gentes.

Titina con su hermana Nené

Morales la encontraron casualmente

hace un tiempo en las calles

de La Banda y sellaron esta inusual

iniciativa.

“La señorita Silvia a diario se

presentaba a clase siempre impecable

-describe Titina. Con su corte

de pelo carré, con extensiones,

sus labios pintados color naranja y

las botas color guinda”.

Fabián “Pucho” Roldán está radicado

con su familia en La Banda

y compartió la idea con Rodolfo

Salazar de invitarla a Forres en

el año 1919, que fue postergándose

por diversos motivos.

Al fin se

definió la fecha de la juntada: 3 de

setiembre de 2022, al mediodía,

en el domicilio de Rodolfo.

A través de las redes sociales

fueron conformando la lista de

los invitados.

Estuvieron presentes

Titina y Nené Morales, Norma

Ruiz, Gladys Cisneros, Marilín

Santillán, Miguel Lobos, Aldo Sequeira,

Fabián Roldán, Mario Lobos,

José Rodolfo Santillán, Ricardo

Mendieta y Luis Díaz.

La casa de Rodolfo Salazar se

vistió fiesta, hasta con telón de fondo.

En la cabecera se ubicó la querida

señorita Silvia y el tiempo que

se prolongó la reunión, desde las

10 hasta las 18, resultó un soplo de

aire puro para unir el inolvidable

paso por las aulas de aquellos otrora

pequeños y convertidos hoy en

profesionales de la docencia, carpinteros,

mecánicos, emprendedores,

productores agropecuarios,

militares, padres de familia.

La señorita Silvia centraba toda

su atención en los logros de sus

alumnos, la ambición mayor y excluyente

de todo docente. Hasta

dónde llegaron.

Sus ojitos buenos, nobles como

el pan, se humedecían de emoción

cuando los alumnos de ayer

recordaban los gestos de su segunda

madre, toda bondad y sabiduría.

“La espera del timbre de salida

era tan especial como las horas de

clase -recordaban-. Nos regalaba

caramelos, nos leía cuentos, “Platero

y yo”, compartíamos una torta

que traía desde su casa, actitudes

que no borraremos jamás de

nuestros corazones”.

Todos tenían palabras de amistad,

gratitud y admiración.

Gladys Cisneros, actual docente

local, resumió la experiencia

con estas palabras: “Transité mi

infancia como alumna en la escuela

N° 972 y más tarde como docente

en las mismas aulas, donde

nuestra querida señorita Silvia tuvo

un rol fundamental en el destino

de nuestras vidas. Durante 45

años jamás supe qué fue de ella y

de la mayoría de mis compañeros

de 7° grado, promoción 1977,

hasta que surgió la idea de reencontrarnos.

La iniciativa de invitar

a la señorita Silvia Martínez fue de

Rodolfo, Aldo y Fabián y creó mucho

entusiasmo. Se armó un grupo

de whatsapp y fueron ingresando

los compañeros, cargados de

emoción, nostalgia y alegría. Hasta

que llegó el gran día. Fue un volver

a vivir nuestra infancia, abrazarnos

con ella, con los compañeros.

Revivir tiempos felices, descubrirnos

ya convertidos en padres,

abuelos, profesionales, todos

sujetos al mismo pilar de los buenos

consejos. Es allí donde comprendimos

el valioso rol que tiene

el buen docente en el futuro de sus

alumnos. Damos gracias a Dios

por regalarnos este maravilloso

momento”.

El sentido de esta nota intenta

rescatar el valor de los docentes,

muchas veces relegados de la

memoria colectiva. Seguramente

las Señoritas Silvia se multiplican

por miles en todos los rincones del

país y no habrá tempestades que

opaquen su misión.

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