Yo soy bisexual Yo soy bisexual
No voy a traerles, hoy, yo la premisa
de que el ser humano tiene una
mentalidad a veces, anticuada o un
poco cerrada sobre algunos temas,
los llamados “tabú”. Podemos encontrarlo
principalmente en los adultos
y los adultos mayores. Es que,
si lo analizamos, la historia es así y
asá. Pero ¿y la historia LGBT+?
No recuerdo un momento en
donde el colectivo LGBT+ no haya
estado luchando por sus derechos,
principalmente, el derecho a la vida.
Pues antes y en algunos países
(y me confirman si es así) aún sigue
siendo penado de muerte pertenecer
a esta comunidad. Hoy en día dicen,
las malas lenguas, que todo está
naturalizado, aceptado y respetado,
pero ¿Es así realmente? Es algo
que pocos aceptan, aunque vemos
todos los días en los medios que hay
más y más derechos. Pero ¿Qué
piensa realmente la gente? No tiene
ningún sentido que nos podamos
casar con alguien del mismo sexo si
aún no podemos hablar con nuestros
padres sobre eso.
Y me refiero
a los adolescentes de hoy, y, como
yo, jóvenes.
Recuerdo el día que le dije a mi
mamá que soy bisexual, ¿su reacción?
“Esos temas no se hablan, son
privados”. ¡Es increíble! Y les doy
mi ejemplo, pero existen un millón
más que ni siquiera pueden hablar
con tranquilidad a sus familiares sobre
su orientación sexual. Cuando,
hoy en día, decir que eres bisexual
(o lo que fuera) debería ser tan natural
como la heterosexualidad. Uno no
anda por la vida diciendo que “soy
heterosexual” ¿No?
Me refiero, con todo esto, a que
pasamos por tanto, tantas luchas,
tanta sangre caída. ¿Y aún no podemos
tomarnos de la mano sin que alguien
piense que está mal? Y lo haga
saber, así sea en su perfil de redes
sociales. Pero les aseguro que
esto es lo más mínimo, hablando de
solo una de las repercusiones más
“tranquilas”.
A mis lectores: la comunidad
LGBT+ tiene los mismos derechos
que cualquiera. Porque somos humanos.
Porque Dios no comete errores.
Porque todos tenemos derecho.
“Derecho”.
Suena tan loco que
pensamos esto como un derecho si
es algo natural. Ya se demostró que
no es ninguna enfermedad: pues antes,
cuando todo esto era mucho
más cerrado, se creía que los homosexuales,
bisexuales etc. etc. eran
tratados como enfermos. Y no algo
mental, no, una patología seria. Y se
llegaron a hacer cosas monstruosas
con esa idea. En verdad. Si no
me creen, no puedo decirles que vayan
a los libros, pues no es algo que
te enseñen.
Pero con unos minutos
de internet (menos Instagram y más
realidad) pueden ver un poco de todo
lo que aquí les hablo.
Entonces no es algo que haya
que tratarlo en terapia. Aunque la
mayoría de nosotros termina en terapia,
pero no para “quitarnos lo sucio”,
sino para aprender a vivir con el
pensamiento cerrado del otro. Y con
esto cierro, porque me duele pensarlo,
pues los tiempos han cambiado
y al mismo tiempo, no avanzamos.