"Removemos cosas que pueden despertar lo peor de las personas"

Si bien hasta anoche todo era materia de investigación y la relación entre la víctima y el hombre detenido no estaba clara, la posibilidad de que Oubiña haya sido asesinada por un paciente, disparó el interrogante de los verdaderos riesgos a los que están expuestos los psiquiatras y psicólogos.

El licenciado Fernando Castro, titular del cuerpo de psicólogos del Poder Judicial, expresó a EL LIBERAl su mirada al respecto: "La primera reflexión es que no tenemos el mismo sistema de los médicos respecto de los riesgo de trabajo. Cuando uno trabaja con pacientes psiquiátricos, nos encontramos con cuestiones en las que las personas pueden tomar cualquier tipo de actitud o acción, incluso violencia en perjuicio del profesional".

"El problema es que no se puede prevenir", agregó y explicó: "Nosotros hacemos salud mental y trabajamos con conflictos y crisis de las personas, lo que sucede es que en ese momento estamos removiendo un montón de cosas que despiertan otras que estaban ocultas que hacen que la persona pueda reaccionar de manera inesperada".

"En los hospitales o clínicas hay personal de seguridad, pero en las consultas privadas corremos el riesgo de que no sabemos cómo puede reaccionar la persona en la que estamos trabajando justamente para que ésta persona pueda mantener su configuración psíquica estabilizada, pero estamos removiendo cosas que pueden despertar lo peor de la persona o impulsos que están reprimidos y que pueden resultar agresivos para la propia persona o para el profesional", concluyó Castro.

Por su parte, el licenciado Hugo Ortiz, que se desempeño durante más de una década en el Poder Judicial de la provincia, explicó: "Las entrevista son individuales y privadas por el tipo de disciplina, y cuando esto se pone en un contexto con un paciente con determinada características de conducta ya sea por una patología o estar atravesando por una situación particular, pueden transitar situaciones de violencia y el profesional tiene que tener las herramientas necesarias para manejar este tipo de situaciones".

Desde su experiencia, Ortiz remarcó que los detenidos llegan con expectativas que después no se pueden plasmar en el tratamiento y ello puede provocar disconformidad y momentos de tensión entre los pacientes y profesionales, e incluso con familiares.

Por último apuntó: "Si es así, una situación que involucre a un paciente, sería lamentable porque de alguna manera es parte del trabajo que nosotros hacemos y habrá que prestar un poco más de atención a este tipo de cosas".