Descanso

¡Buen día! Estuve hojeando uno de los tantos hermosos libros de un buen amigo, René Trossero. “Remansos... para seguir andando”, se titula. Le sugiero que lo compre, en cualquier librería católica. Mientras tanto aquí van, como anticipo, unos bellos pensamientos: “¿Te detuviste alguna vez junto al río, para contemplar ese correr infinito de las aguas? ¿Viste ese lugar donde el barranco se abre para ensanchar el cauce? Ahí las aguas fatigadas aprovechan el recodo y se recuestan sobre la orilla. Junto a la costa se remansan en remolinos, se repliegan sobre sí mismos para encontrarse y descansar... Hasta que, en un arranque decidido, dejan el lugar para que lo llenen otras aguas, y abandonan su refugio para seguir andando...

Tú también necesitas remansarte, detener la marcha, volver sobre ti mismo, encontrarte desde adentro, para luego reemprender la marcha peregrina.

Las aguas del río corren cuesta abajo, porque el peso las arrastra sobre el declive del cauce, hacia un mar que las espera, ¡allá abajo! Tú caminas cuesta arriba, porque tu espíritu te llama desde lo alto y te empuja desde adentro, hacia el encuentro con Dios, contigo mismo y con los otros, trascendido la limitación y la inmediatez de tu presente.

Toda la vida es un ritmo de marchas y descansos, de avances y repliegues, de acciones y quietudes, de palabras y silencios... Tu corazón late incesante, dilatándose ampliamente y recogiéndose en la calma; tus manos se abren extendidas en ofrenda o en pedido, y se cierran recogidas, fatigadas, temerosas u ofendidas; tus pulmones se tensan expandidos, llenándote de vida, para luego distenderse, pasando de estar llenos a vacío....Tú te duermes y despiertas; tú naces y tú mueres... ¡para seguir viviendo!

El león corre en la selva para alcanzar la presa. El ciervo corre huyendo del león para salvar su vida. Todo corre en la vida para alcanzar una meta. El hombre es el único animal capaz de correr sin detenerse nunca, para huir de sí mismo, sin rumbos y sin metas. ¿Para qué corres tú los caminos de la vida? ¿Por qué no te detienes para darte una respuesta?”.

¡Hasta mañana!