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EL LIBERAL . Padre Koffi Gilbert

¡Feliz Año Nuevo!

31/12/2016 01:02 Padre Koffi Gilbert
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¡Feliz Año Nuevo! ¡Feliz Año Nuevo!

Estamos por terminar el 2016 y empezar

un año nuevo y hay que hacer

balances, mirar y construir el próximo

año. Quizás en este año que termina hemos

vivido bien, hemos llegado a cumplir

deseos o a realizar un montón de

proyectos. Tal vez hemos fracasado y

vivido con enfermedades, decepciones,

pero no hay desesperanza.

Cuando hay que empezar algo de

nuevo debe ser con esperanza y confianza

en nuestro Dios. Nosotros como

católicos tenemos esta confianza que

Dios no puede abandonarnos.

Aunque hayamos vivido situaciones

difíciles, Cristo está con nosotros.

Quizás tenemos muchos proyectos,

ilusiones y deseos e ideas, pero primero

tenemos que ver qué voy a dejar

transformar o cómo vamos a cambiar

nuestra manera de ver la vida y la sociedad.

A veces podemos dejarnos engañar

o recibir un montón de cosas, que es el

negocio de muchas personas el decir lo

que debes hacer el año que viene. No

se deben aceptar estas ideas engañosas.

L

o que hay que hacer es dejar que la

gracia de Dios obre en nuestras vidas,

que nos ilumine y muestre cuál es el camino

que debemos tomar.

El papa Francisco, como la voz de

la Iglesia Católica, nos da un mensaje

y nos dice qué debemos hacer. Este

año ha dado un mensaje sobre la Jornada

Mundial de la Paz, que celebraremos

el 1 de enero, y el tema es “La no

violencia, estilo de vida para una política

de la paz”. Su intención es que podamos

llegar a comenzar el año nuevo

con paz en el mundo, en nuestras familias,

en nuestra sociedad y comunidades

religiosas.

El ser humano quiere vivir bien, llegar

a realizar un montón de cosas. Tal

vez para algunos la no violencia puede

significar una manera de no bajar

los brazos o de vivir esa debilidad, pero

no lo es. Todos los santos han luchado

por la no violencia y no es una debilidad,

sino una fuerza. Jesús mismo ha

vivido esa no violencia; lo han atacado,

denunciado, criticado e insultado, pero

nunca contestó con violencia, porque

ésta es la destrucción total. Hay que

mirar lo que debemos hacer para evitar

muchas cosas violentas.

La violencia y la paz vienen del corazón

del ser humano, es éste quien reflexiona,

actúa y reacciona. Por eso debemos

ver cómo vamos a reaccionar

para dejar todo lo que es violencia.

Quizás vamos a tener mucho tiempo

para evitar todo, pero podemos llegar

a vivir esa no violencia en nuestras

familias. Como dice el Papa “la violencia

no es la solución para nuestro mundo

fragmentado”, en referencia a la inmigración.

En nuestras familias poder ser instrumentos

de la verdadera paz, no de

aquella que vivimos de la boca, sino

mostrarla a través de nuestras formas

de vivir y pensar. Y así dar testimonio

de un Cristo que ha vivido para dar en el

mundo la paz.

Este año hay un compromiso de los

católicos para dar testimonio de ese príncipe

de la paz que es Jesús. Podemos vivir

bien en nuestras familias, reconciliarnos y

dejar todas las heridas y ofensas para vivir

como la Sagrada Familia, cuya fiesta

hemos celebrado ayer.

En esta Sagrada Familia de Nazaret

nunca hemos visto violencia. El Papa

decía en su mensaje: “La familia es

el espacio indispensable en el que los

cónyuges, padres e hijos, hermanos y

hermanas, aprenden a comunicarse y a

cuidarse unos a otros de modo desinteresados;

y donde los desacuerdos o incluso

los conflictos deben ser superados

no con la fuerza, sino con el diálogo,

el respeto, la búsqueda del bien del

otro, la misericordia y el perdón. Desde

el seno de la familia la alegría se propaga

al mundo y se irradia a toda la sociedad.

Por otra parte, una ética de fraternidad

y de coexistencia pacífica entre

las personas y entre los pueblos no

puede basarse sobre la lógica del miedo,

de la violencia y de la cerrazón, sino

sobre la responsabilidad, el respeto y el

diálogo sincero”.

Está bien decir que vamos a trabajar

por la paz en el mundo, pero hay que

empezar en las familias. No debemos

pensar en general, sino en particular

para que lleguemos a contagiar a ese

mundo de todo lo que hemos aprendido

y recibido de la gracia de Dios.

Hoy quizás haya personas que están

dudando de todo lo que van a vivir, pero

nadie conoce el futuro. Dejemos que

Dios nos dé la posibilidad para que vivamos

bien.

Mi deseo como ser humano, hermano

y sacerdote es que este año que comenzamos

lo hagamos con tranquilidad,

paz y, sobre todo, con esperanza

para lleguemos a cumplir nuestros deseos

y decir que Dios no nos ha abandonado,

sino que con él podemos vencer

los obstáculos.

Mi deseo es que todos vivamos con

salud. Dejemos que Dios nos dé fuerza

y rechacemos lo que puede dañar nuestros

cuerpos, porque de otro modo no

tendremos proyectos, ni sueños.

Mi deseo es que todos vivamos con

alegría y felicidad.

El deseo por nuestra provincia es

que todos trabajemos buscando el bien,

que todos tengamos la posibilidad de

aprovechar los bienes que hay en Santiago.

El deseo para mi país es que lleguemos

a vivir como hermanos, aunque

tengamos diferentes opiniones; que

busquemos el bien por Argentina, para

que nos desarrollemos como país y como

personas.

El deseo para nuestro mundo es de

paz, de la no violencia, del amor verdadero,

porque Dios es amor y quiere que

nosotros amemos hasta a los enemigos,

a perdonar y vivir como hijos e hijas

de Dios.

Que nuestra Madre nos ayude este

domingo a celebrar, que continúe ayudándonos

a vivir bien, si nos faltan muchas

cosas que le pida a su Hijo, para

que él nos dé todo lo que necesitamos.

Que el 2017 sea un año feliz y de

paz. Feliz Año Nuevo a todos. l

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