"La despedida a Leoncio fue muy linda y fea a la vez"

Olinda Quinteros está orgullosa de su hijo Leoncio, quien de niño recorría las calles de Santiago juntando cartón y vendiendo pan con sus padres, pero su aspiración y tenacidad lo llevaron a integrar la flota nacional. Leoncio Quinteros es un santiagueño de 23 años, que vivía en el barrio 8 de Abril. Un soñador que enfrentó las adversidades de la vida y se convirtió en un ejemplo al lograr su objetivo.

Después de muchos años recolectando cartón y vendiendo pan y chipaco en el puesto de sus padres en la calle Juncal, Leoncio llegó a ser cabo segundo de Mar y ayer sábado zarpó como gaviero en la Fragata Libertad. "La despedida fue muy linda y fea a la vez porque me tocó estar sola. Hace poco falleció el papá de Leoncio y tuve que sacar fuerzas para venir a darle el apoyo que él necesitaba", destacó la orgullosa mamá que, en este nuevo recorrido por el mundo de la Fragata Libertad, despidió a su hijo acompañada por Martín y Cristina Quinteros Santillán, hermanos de Leoncio. "Estuvimos todos muy emocionados", destacó Olinda.

"Creo que Leoncio eligió esto por instinto, porque mi abuelo era marinero y porque él quería cambiar su vida y la de nosotros", evocó. Desde su primer viaje en 1963, la Fragata Libertad recorrió más de 800 mil millas náuticas alrededor del mundo y pasó navegando el equivalente a unos 17 años.