Pulpos tejidos: cómo cambian la vida de los bebés prematuros y los ayudan en su desarrollo

Cuando nace un bebé prematuro tanto los médicos y enfermeras como los padres tienen la misión de cobijarlo y atenderlo para acelerar su desarrollo.

El amor, la atención y la estimulación son fundamentales para estos pequeños que pasan varios días en la incubadora, lejos de todo y de todos.

Para lograr esto una nueva técnica revoluciona al mundo: es la estimulación con pulpos tejidos.

En Santiago del Estero se lo realiza desde hace más de 10 años en La Banda y en un sanatorio privado de la capital, antes que en todos los hospitales del país, y los profesionales destacan que los logros en los bebés son notables y eficaces.

Estos pulpos son una iniciativa de una enfermera del Hospital Poole de Dorset en Inglaterra y a partir de ahí se han ido desarrollando otras iniciativas en Dinamarca donde, desde 2013, llevan recogidos más de 22.000 pulpos solidarios, todos entregados por voluntarias que se ofrecen a tejerlos para los bebés prematuros.

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El hecho de tener el pulpo les da seguridad y confort a los bebés, ya que los tentáculos les recuerda al cordón umbilical en su periodo intrauterino, lo que les permite mejorar su respiración, niveles de oxígeno en sangre y latidos cardiacos.

En el servicio de Neonatología, a cargo del Dr. Aboslaiman, ubicada en el Centro Integral de Salud Banda, bajo la dirección del Dr. Monti, los niños prematuros reciben cada día la estimulación necesaria por parte de Lic. Silvina Anríquez Crapanzano (kinesióloga, especialista en Intervención y Estimulación Temprana), la Dra. Margarita Coronel, entre otros médicos, enfermeras, mamás y papás.

"El número de bebés que nacen prematuros sigue siendo muy elevado, ya que 1 de cada 10 bebés que nacen hoy en el mundo lo hace antes de tiempo, y dentro de ese gran número hay unos cuantos que nacen demasiado pronto, a los que llamamos prematuros extremos, por llegar al mundo entre la semana 22 y 28", retrató Silvina. Ella, junto al plantel de enfermeras del CIS Banda, comandado por Marina Gómez, médicas neonatólogas, y la kinesióloga Vanesa Olivera (dedicada a los trabajos de respiración) cuidan minuto a minuto a los bebés internados. Allí no sólo realizan los ejercicios de estimulación con diferentes objetos, sino también capacitan y ayudan a los padres, para generar un vínculo más cercano entre madre e hijo.

"Desde que estamos en la antigua Maternidad, hace 13 años, venimos con esto. Hemos podido ingresar los nidos, adaptaciones, manos zakee y los pulpos. Es un trabajo interno, que no se conocía. Ahora también se trabaja con música para estimular la parte visual. La estimulación se hace uno por uno, cada mamá tiene su tiempo", comentó la Lic. Anríquez Crapanzano. Lo bueno es que la atención a estos bebés y el progreso médico están ayudando a que, pese a todo, cada vez más prematuros extremos salgan adelante.

"Si a esto sumamos que suelen ser unos bebés muy luchadores, que dentro de su fragilidad son tan fuertes como para tratar de sobrevivir, la esperanza crece, mientras se sigue trabajando para tratar de disminuir el número de partos prematuros mediante otras investigaciones paralelas", añadió Silvina.