"Soy la Inmaculada Madre del Divino Corazón Eucarístico de Jesús"

Según la creencia, durante su primera aparición a principios de 1990, la Virgen le confía a María Livia varios secretos con pedidos expresos, algunos que se cumplirían inmediatamente, otros que debían cumplirse más adelante y que debían guardarse hasta el momento en que Ella lo manifestara. Durante 5 años guardó riguroso silencio.
En el año 1995, según se publica en la página www.inmaculadamadre-salta.org, la Virgen le pide que se dirija al Monasterio San Bernardo de Carmelitas Descalzas de Salta con un mensaje para esa comunidad, que consiste en el siguiente pedido:
“Que sean transmisoras de mis mensajes, convertíos en voceros míos, y para que esto sea efectivo acompañad esto con mucha oración.” (16/11/1995).
Después de esto, los mensajes son transmitidos en forma privada a los que los soliciten. Cumpliendo este deseo de la Virgen en que se den a conocer.
A partir de allí, la comunidad de las Carmelitas adopta espiritualmente a María Livia; compartiendo estas experiencias de este nuevo camino, entre rosas y espinas.
Desde entonces toda la Comunidad la sostiene con sus oraciones y amor hasta estos días. Son las delicadezas de una Madre Celestial que un día le dijo en un mensaje privado:
“Hija mía: Yo soy tu escudo, mi escapulario te protege. Hay muchas espinas en tu camino, para mitigar el dolor de tus pasos pondré abundante cantidad de rosas sobre ellas. ¡Yo estoy a tu lado. El triunfo es seguro!”. 14/08/1996 (dado en Salta).
Se solicitó al arzobispo de Salta del entonces, Moisés Julio Blanchoud, autorización para publicar el libro con los mensajes recibidos. Esta autorización es otorgada por la autoridad eclesiástica el 30 de octubre de 1997. A partir de ese momento se imprimen varias ediciones.
Cuando en el año 1990 la Virgen le manda guardar silencio sobre algunos mensajes dados en esa oportunidad hasta que el tiempo de Dios este cumplido, le dijo lo siguiente: “Te mandaré a que lo cumplas en esos días”.
En el correr de estos años la Virgen no tiene aún advocación. María Livia se lo pregunta en reiteradas oportunidades, pero la Virgen siempre sonríe sin contestar. Hasta el 13 de septiembre de 1996, cuando María Livia tiene la siguiente visión:
“Hoy mientras estaba en oración vi a la Santísima Virgen que con gran esplendor y gloria bajaba del cielo con ángeles vestida de blanco, manto azul celeste y velo blanco. Con sus manos juntas en actitud de oración y una leve sonrisa en su hermosísimo rostro.
Mi alma quedó elevada ante la solemnidad de la visión. Frente a la Santísima Virgen apareció una estrella que brillaba como el sol. La Virgen se arrodilló en profunda adoración, después solo vi en medio de la luz dorada la Santa Hostia y el Corazón herido de Jesús y la voz de la Santísima Virgen que decía:
“Bendito y adorado sea el Sacratísimo Corazón Eucarístico de Jesús”. “Bendito y adorado sea el Sacratísimo Corazón Eucarístico de Jesús”. “Bendito y adorado sea el Sacratísimo Corazón Eucarístico de Jesús”
Después de esto la Madre dijo:
“Soy la Inmaculada Madre del Divino Corazón Eucarístico de Jesús”. Le pregunté: “¿Así quieres ser nombrada?”. Y Ella dijo:“ Sí, así me conoceréis”. Y luego, con dulce sonrisa, levantó su mano y bendijo ampliamente y ascendió.l
Ir a la nota original

NOTICIAS RELACIONADAS

MÁS NOTICIAS