Zaqueo ¿un pecador o un hombre justo? - Lucas 19,1-10

HACÉ CLICK AQUÍ PARA UNIRTE AL CANAL DE WHATSAPP DE EL LIBERAL Y ESTAR SIEMPRE INFORMADOCuando la narración del viaje de Jesús a Jerusalén se acerca a su fin, Lucas introduce un episodio sobre el encuentro de Jesús con un jefe de recaudadores en la ciudad de Jericó. Jesús ve en ese marginado de la sociedad palestina a uno de los “perdidos” que él ha venido a buscar y a salvar.

Este relato es una declaración de Jesús cuyo punto culminante expresa en el versículo 9: “Hoy ha llegado la salvación a esta casa, pues también él es hijo de Abrahan”.

Generalmente se suele creer que Zaqueo es un pecador que al conocer a Jesús se arrepiente de sus pecados y decide reparar el daño que hizo dando la mitad de sus bienes a los pobres y el cuádruplo si defraudó a alguien.

Sin embargo, en el relato Zaqueo no implora la misericordia de Jesús, tampoco muestra arrepentimiento. Tampoco Jesús hace referencia a la fe del personaje, ni a su arrepentimiento y conversión. No pronuncia ninguna palabra de perdón sino que proclama la “justificación” de Zaqueo: Jesús anuncia que la salvación ha llegado “a esta casa”, porque ve que Zaqueo es inocente y “verdadero hijo de Abrahán”, a pesar de su oficio de “jefe de recaudador” que lo estigmatizaba.

Puede resultar extraño que en el Evangelio de los pobres, el de Lucas, Jesús se hospede en casa de un rico, considerado pecador por oficio y no de un ciudadano común, y por eso recibe la crítica de sus acompañantes. Ante estas críticas, Zaqueo se impacienta; es posible que él sea un pecador, pero da a los pobres la mitad de sus bienes y restituye ampliamente cualquier extorsión en la que haya podido verse implicado.

Las palabras de Jesús dirigidas a los murmuradores, justifican a Zaqueo, porque se trata de un descendiente de Abrahan, de un auténtico judío, con tanto derecho a la salvación que trae Jesús como cualquier israelita.

“El Hijo del Hombre ha venido a buscar y salvar lo que estaba perdido”

El versículo 10 resume no sólo el episodio sino también todo el mensaje de la narración del viaje de Jesús a Jerusalén; más aún, podría decirse que todo el Evangelio según Lucas. Porque el “Hijo del Hombre”, Jesús, ha venido a buscar y salvar lo que estaba perdido, haciendo alusión a Ez 34,11ss dónde el mismo Dios se presenta como el que vendrá a buscar y apacentar a su rebaño.

Dios es misericordioso, sale al encuentro de todos aquellos que alejados de él viven en la soledad del pecado. Nunca abandona a sus hijos. Por eso, jamás es tarde para convertirse, para cambiar de vida y seguir a Jesús. Dios nos espera con los brazos abiertos para ofrecernos la salvación y la felicidad en esta vida. l