La importancia del encuentro con Dios

HACÉ CLICK AQUÍ PARA UNIRTE AL CANAL DE WHATSAPP DE EL LIBERAL Y ESTAR SIEMPRE INFORMADO La Iglesia Católica ha recibido la misión de hacer que Cristo esté en la memoria de todos, con la existencia de la Eucaristía. Cristo no quiere dejarnos huérfanos, ni con hambre, por eso creó la Eucaristía, para que podamos, no sólo recordarlo, sino hacerse presente a través de esta consagración: pan y vino. Decimos que la Eucaristía es un sacramento, la fuente de todo. Decimos también que se llama misa, y que hay que ir a participar, para cumplir lo que la Iglesia ha enseñado. Pero la Eucaristía es más que cumplir, no es una obligación, es una necesidad para unirnos a Cristo. Por eso de la importancia de la Eucaristía en la vida cristiana, aunque vaya solo para participar porque no se puede comulgar por todas las reglas y leyes. La gracia de Dios que recibimos es más que todo lo que podemos pensar. La Eucaristía es acción de gracia. Hemos recibido todo de Dios. No podemos pagar todo lo que hemos recibido pero podemos agradecer, por eso, los domingos, la Iglesia enseña para qué podemos ir a ella. De lunes a viernes trabajamos, y el domingo es un día para agradecer a Dios por lo que hemos recibido de él. Cuando vamos a la iglesia, no es por el sacerdote, por el obispo o por el Papa, es por el encuentro con Cristo, y para recibir su gracia para poder continuar, porque al día siguiente hay que seguir con las actividades. Además de lo que podemos pensar de la Eucaristía, hay que entrar en el espíritu de participación. No hay que decir, voy a asistir o voy a escuchar, hay que participar. Cuando vamos a la misa, por miles de intenciones, principalmente hay que ir por el encuentro con Cristo. Hay personas que se preguntan para qué ir a la misa. En principio, no debemos preguntarnos para qué voy a ir a la misa, sino preguntarnos para qué y por qué vivimos. Mucha gente viene y confiesa que se siente muy alejada de Dios, de la Iglesia. Sin embargo, no podemos alejarnos de Dios. Cristo está con nosotros esperándonos. Por eso, es muy importante ir a la iglesia para hacer un encuentro personal con Dios. La iglesia no pertenece a un grupo. La iglesia es de todos, es una familia, una comunidad. Se dice también que no participarán de una misa, porque muchos de los que van no se comportan bien; pero quizás si no van, se comportarían peor. Por eso, no hay que mirar lo que hacen los demás; cada persona tiene su camino para vivir y manifestar su fe. A nuestra vida cristiana debemos alimentarla junto a Cristo porque él da fuerza. Hago una invitación hoy para que nuestra Iglesia Católica no quede solo en las devociones, en procesiones. Si digo que tengo devoción a un santo, entonces debemos llegar a él, porque creemos en él. Es una invitación para que podamos ver de nuevo la fe en nuestros domingos, porque el domingo es el día del Señor, no es para descansar. Como cristianos debemos pensar que el domingo hay que confiar y tomar tiempo por Dios, porque él ha tomado tiempo para nosotros. Invito a que la Eucaristía no sea una formalidad. Hay que orar también por los sacerdotes para que lleguemos a presentar y a mostrar que Cristo es el centro de nuestra vida, y que la Eucaristía es el centro de nuestra fe. Sin ella vamos a flaquear y a vivir el vacío. Tampoco hay que ir a la misa sin compromisos; hay que vivir la Eucaristía con compromiso y agradecimiento. Entonces así podremos vivir la fe y obrar bien.