El consumo de drogas: un problema social de impensadas consecuencias

El consumo de drogas es un gravísimo mal que afecta a millones de personas en nuestro país; una realidad de la que no escapa Santiago del Estero, y que preocupa enormemente. El daño cerebral que sufre una persona adicta puede llegar a ser irreversible y, bajo los efectos de sustancias, puede llegar a cometer todo tipo de acciones violentas, denigrantes y horrorosas.

A primera vista, pareciera ser que el uso de drogas es tan antiguo como la humanidad. Es necesario indagar cómo fue variando la utilización de sustancias, qué significación se les atribuía y qué actores y prácticas sociales involucraban. De esta manera, podemos distinguir tres períodos que conviven, pero en los cuales la ingesta de drogas adquiere una significación peculiar: un momento de uso religioso, otro de índole medicinal, y otro de utilización social y cotidiana.

Para analizar los perjuicios del consumo de las drogas denominadas de utilización social, PUNTOS DE VISTA reunió a la psiquiatra Dra. Teresa Sánchez Cantero, a la licenciada en psicología Natalia Smith, y a un paciente en recuperación, a quien identificamos como J.L. para preservar su identidad.

Precisamente, el testimonio de J.L. resultó fundamental para sintetizar el trastorno que genera la droga en la mente del individuo: “Cuando consumía, lo que hacía en ese tiempo jamás lo podía recordar”.

Y la conclusión fue que una persona, bajo los efectos de la droga, puede cometer acciones terribles, porque no es consciente de sus actos. También quedó en claro que no todos los que consumen cometen delitos, en tren de no estigmatizar.

La doctora Sánchez Cantero puso en claro que “todas las drogas” causan daños cerebrales de gravedad. “Se dice que la marihuana no causa los mismos efectos que la cocaína, por ejemplo, y eso no es así. El consumo de cualquier droga causa graves problemas a nivel cerebral”, enfatizó.

Respecto de las consecuencias de la adicción, las profesionales hablaron de trastornos fisiológicos como el síndrome de abstinencia, convulsiones, cambios en el ritmo cardiaco, deterioro del sistema nervioso central, y entre los psicológicos las alucinaciones, tendencias paranoicas, depresión, neurosis, etc.

“Precisamente, en ese estado de alucinación que sufre la persona drogada, cree escuchar voces que lo inducen a actuar. Esa voz le puede decir que ataque, que mate o que se cuelgue con una soga”, amplió la psiquiatra.

Entre otros deterioros y debilitamiento de la voluntad, los expertos mencionan que el drogadicto se vuelve literalmente un esclavo de la droga, pudiendo hacer lo que sea para conseguirla; no es capaz de mantener relaciones estables, ya sea con familiares o amigos. Muchas veces roba o engaña para poder conseguir droga, lo cual deteriora aún más sus relaciones.

La licenciada Smith, puntualizó que el consumo de drogas “está íntimamente relacionado con lo que es la conducta interactiva con los demás, porque al afectarse el organismo y la psiquis también afectan el medio en el que está, a las personas con la que se relaciona en la familia, en el trabajo, los amigos, y por supuesto altera sus emociones”.

Y como ocurre con muchos males sociales, el origen de la solución está en la familia, en el entorno social en el que se desenvuelve el individuo.

En este sentido, alertaron las profesionales que los primeros signos de que un joven comenzó a consumir, deben ser advertidos por los padres, los familiares o los docentes, porque es notoria la baja del rendimiento en el trabajo o en el estudio, el abandono de metas y planes, el aislamiento.

El común denominador en esta problemática de las drogas, es que no solamente tienen consecuencias negativas para quienes las usan, ya que también se ven afectadas las personas que rodean al drogadicto, especialmente las de su entorno más cercano, como familiares y amigos. No es sólo la vida del drogadicto la que está en juego.