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Repercusión social

02/07/2017 00:00 Santiago
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El mutismo selectivo en adultos tiene una repercusión diferente del mutismo en niños. En los niños puede conllevar en ocasiones al fracaso escolar cuando el niño no habla en el colegio.

El adulto con mutismo selectivo suele evitar hablar con personas que no pertenecen a su ámbito laboral, por lo que puede tener un desarrollo laboral adecuado, pueden vivir de forma independiente, y pueden tener una vida completamente normal. Incluso puede llegar a tener éxito en todos aquellos aspectos que se lo propongan. La repercusión en la relación social con aquellas personas a las que no les habla es evidente. Se suele producir un distanciamiento por la falta de la comunicación. Las personas con mutismo selectivo no tienen por qué tener problemas para tener pareja o tener una vida social normal. Es gente que normalmente prefiere tener un grupo de amigos más bien reducido, y no destacar en el grupo precisamente lo que se manifiesta como su malestar". Contrariamente a lo que pudiese parecer, los adultos con mutismo selectivo pueden tener una estima alta hacia las personas a las que no les hablan.

Estos adultos, pudiendo elegir en la edad adulta alejarse de ellas, pueden pasar que se queden a su lado. O si el adulto ya no vive físicamente cerca, puede mostrar atención e interés elevado por las personas a las que no habla. Según los criterios diagnósticos del DSM-IV-TR, el mutismo selectivo debe presentar las siguientes características: A) Incapacidad persistente para hablar en situaciones sociales específicas (en las que se espera que hable, como, por ejemplo, en la escuela) a pesar de hablar en otras situaciones. B) La perturbación interfiere con el rendimiento escolar o laboral o con la comunicación social. C) La duración de la perturbación es de por lo menos un mes (no se limita al primer mes de la escuela). D) La incapacidad para hablar no se debe a una falta de conocimiento o de no encontrarse cómodo con, el lenguaje requerido en la situación social. E) La perturbación no se explica mejor por la presencia de un trastorno de la comunicación (por ejemplo, tartamudeo) y no aparece exclusivamente durante el curso de un trastorno generalizado del desarrollo, esquizofrenia u otro trastorno psicótico. Características Tal como lo he explicado e independientemente de la forma que adopte el mutismo selectivo, en este caso los niños que la padecen suelen haber manifestado con anterioridad algún tipo de ansiedad ante situaciones sociales. Con frecuencia su historia incluye un periodo de desarrollo del lenguaje normal y apropiado en el hogar pero con restricciones cuando están en la presencia de personas desconocidas o con las que se encuentran en pocas ocasiones. Muchos de estos niños han mostrado, en algún momento de su desarrollo, formas leves o moderadas de ansiedad de separación. También timidez excesiva, aislamiento y retraimiento social, negativismo, tartamudeo, enuresis y conducta oposicionista o manipuladora en el hogar. Hay que destacar que, en algunos casos, el inicio del problema se da a edades tempranas como consecuencia de los factores antes señalados de timidez o ansiedad. No obstante, el problema puede prolongarse más allá de la edad de inicio debido, también, a factores familiares como un exceso de protección y la acomodación a sistemas alternativos no verbales que se consolidan. Una excesiva atención a estos comportamientos silenciosos por parte de los padres o algunos familiares pueden reforzar en el niño dichas conductas al obtener una atención "extra". Esto puede ser especialmente cierto cuando además se da circunstancias especiales de tipo afectivo como puede ser la presencia de un hermano más pequeño (celos y necesidad de tener más protagonismo). En definitiva, el mutismo selectivo sería el resultado de la presencia de diferentes factores empezando por una vulnerabilidad de tipo ansiógenos delante situaciones sociales pero también de factores afectivos, conductuales y familiares que podrían prolongar en el tiempo el trastorno. Todo ello hace necesario un exhaustivo estudio neuropsicológico previo de todas estas variables para intentar descifrar el origen y mantenimiento del trastorno.

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