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EL LIBERAL . Santiago

Vacaciones y descanso psicológico, físico y cerebral: sus beneficios (1ª parte)

05/01/2019 22:18 Santiago
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VACACIONES EN

NUESTRO CEREBRO

Vivimos deseando que llegue el fin de semana o las ansiadas vacaciones.

Pero al volver de nuestro periodo de descanso, a veces

sentimos que nuestro cerebro va “más lento”, que le cuesta readaptarse

a la rutina y al trabajo, ¿por qué nos sucede esto? Los procesos

cognitivos que se activan durante las vacaciones y durante

nuestro día a día, son diferentes, y el cerebro debe acostumbrarse

al cambio. En las vacaciones reducimos nuestras preocupaciones

y ritmo diario, y solemos dedicar tiempo a realizar actividades placenteras

y desarrollar nuestras aficiones. Estas actividades y cambios

horarios producen un desajuste en nuestros niveles hormonales

y, aunque suene paradójico, tu cerebro necesita “descansar” de

las vacaciones.

¿QUé EFECTOS

TIENEN LAS

VACACIONES EN EL

CEREBRO?

1. En vacaciones disminuye nuestro nivel de estrés y la

tensión: debido a la reducción de los estímulos a nuestro alrededor,

la activación de nuestra mente disminuye, reduciendo los niveles de

estrés y tensión.

2. Disminuye la preocupación: durante las vacaciones disminuyen

los niveles de rumiación (pensamientos negativos en bucle)

y preocupación. Unas vacaciones lejos del ambiente habitual nos

ayudan a distanciarnos de nuestra vida cotidiana y nos permiten ver

las cosas con más perspectiva.

3. Mejora el estado de ánimo: en vacaciones solemos visitar

sitios nuevos y realizar actividades novedosas. La novedad es

muy revitalizante para el cerebro, ya que estimula la producción de

una serie de hormonas, como la dopamina, que en dosis moderadas

funciona como un “fertilizante para el cerebro” y genera en nosotros

sensaciones placenteras.

4. Aumenta nuestra energía: las vacaciones nos ayudan a

cargar nuestras pilas. Nos permite descansar de nuestras preocupaciones

del día a día. Solemos dormir más, y el descanso físico también

contribuye al aumento de nuestros niveles de energía.

5. Aumenta nuestra satisfacción: las vacaciones nos permiten

separarnos de nuestras obligaciones laborales y fortalecer los

lazos con nuestros seres queridos. Viajar nos ayuda a reencontrarnos

con “nosotros mismos”.

6. Se potencia nuestra creatividad: visitar lugares nuevos

y culturas diferentes estimula nuestro pensamiento creativo. Viajar

nos muestra que hay otras formas de vivir y hacer las cosas.

7. Las vacaciones nos hacen estar más sanos: diferentes

estudios defienden que viajar reduce nuestro estrés y potencia

las defensas de nuestro cuerpo ante virus y bacterias, haciéndonos

menos propensos a enfermedades.

¿CUáNTO DURAN

LOS EFECTOS DE LAS

VACACIONES?

Las investigaciones apuntan a que, en general, los efectos beneficiosos

de las vacaciones desaparecen una vez que hemos vuelto a

nuestra vida normal. Entonces, ¿para qué irnos de vacaciones? Tomar

vacaciones es fundamental para “oxigenar” y “recargar” nuestro

cerebro. Las vacaciones nos ayudan a no desmoralizarnos y a

construir mecanismos para lidiar con el estrés. Es necesario alternar

períodos de esfuerzo con vacaciones para mantenernos saludables

a largo plazo. Así que, en lugar de tomar sólo un período vacacional

largo al año, es mucho mejor tomarse pequeñas vacaciones a

lo largo del año, para que nuestro cerebro no se sobrecargue.

EFECTOS

BENEFICIOSOS DEL

DESCANSO

El hecho de disfrutar correctamente de unas vacaciones supone una

gran cantidad de beneficios. En primer lugar, en relación al anteriormente

mencionado estrés, el período vacacional ayuda a relajarse, reparando el

organismo de los daños provocados por el aumento de cortisol y la ansiedad.

Asimismo, un buen descanso produce un aumento notable de creatividad,

pudiendo dar pie a la formación de nuevas estrategias e ideas que

en un entorno estresante no surgirían. Esto es debido a que en los períodos

de descanso el cerebro no está inactivo, sino que únicamente deja de

centrarse en determinada estimulación, activándose muchas otras áreas

de los procesos de información que suelen dejarse de lado. En este sentido,

el desbloqueo mental que produce el descanso provoca una mejora

de la capacidad de juicio y decisión, posibilitando el análisis completo de la

información disponible y la posterior toma decisiones. Además de ello, el

descanso produce un incremento de la productividad y la concentración,

al disminuir el bloqueo intelectual y el enlentecimiento mental y físico propio

de una situación continuada de estrés. La latencia de reacción ante

estímulos disminuye, aumentando el rendimiento y la eficiencia tanto durante

el periodo recreativo como en la vuelta al trabajo. Por último, el descanso

provoca la liberación de endorfinas y la activación de los circuitos

neurales de recompensa, estimulándose la presencia de dopamina y serotonina

en el cerebro. Todo ello produce una reducción de ansiedad y esquemas

negativos de pensamiento. En conclusión, las vacaciones suponen

una vía que provoca la felicidad en aquellos que son capaces de disfrutar

del período de descanso vacacional.

COSAS A EVITAR QUE DISMINUYEN

EL EFECTO REPARADOR DE LAS

VACACIONES

Es necesario tener en cuenta que el simple hecho de tener vacaciones no es por sí mismo reparador, sino

que el descanso proviene del cambio de actividades y formas de pensar en comparación con la situación

habitual. De este modo, no todo vale, sino que se debería tener en cuenta algunos elementos que dificultan

el verdadero disfrute del período vacacional. En este sentido, un problema común ante la presencia de vacaciones,

especialmente si se trata de unas de corta duración, es la programación excesiva. Frecuentemente

se tiende a hacer extensos listados de cosas que hacer o visitar. Merece la pena tener en cuenta que más

cantidad no equivale a más calidad, ya que saturar el tiempo disponible puede producir aún más estrés. La

hora de dormir también es un problema frecuente. Es habitual ver cómo los individuos tienden a acostarse de

acuerdo a un horario estipulado con el fin de aprovechar el tiempo. De nuevo se ha de recordar que el objetivo

final es descansar y disfrutar. Otro problema a evitar es la creación de una rutina B (siendo A la rutina cotidiana).

En este sentido se ha de valorar la necesidad de hacer cosas fuera de lo habitual, que no supongan

una repetición constante de los mismos esquemas presentes en la vida cotidiana. Si bien el periodo de ocio

que suponen las vacaciones ha de ser disfrutado al máximo, no se debe olvidar sin embargo la necesidad de

tener en cuenta la vertiente económica. Es probable que surjan imprevistos. Asimismo, el disfrute se debe

llevar a cabo sin caer en los excesos, puesto que un descontrol completo puede causar problemas de salud,

económicos y/o relacionales.

VOLVER A EMPEZAR: EL SíNDROME

POSTVACACIONAL

El periodo de descanso vacacional tiene un final. Tener presente este hecho y afrontarlo puede suponer

la diferencia entre reincorporarse a la vida cotidiana con energía y optimismo y entrar en un estado de

abatimiento ante el retorno de las obligaciones, conocido popularmente como síndrome postvacacional.

En este sentido se ha de procurar un retorno progresivo para readaptarse a la cotidianidad, volviendo al

hogar unos días antes, por ejemplo, ajustando los ritmos circadianos al horario habitual y en algunos casos,

favoreciendo que las empresas permitan una reentrada progresiva. Asimismo, al iniciar las vacaciones

es importante no obsesionarse con el tiempo que queda para que finalicen, pero sí planificarse para

tener en cuenta que se va a volver en un período concreto.

Lo que debes saber
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