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EL LIBERAL . Santiago

General Enrique Mosconi, el gran militar del desarrollo de la energía argentina

30/03/2019 22:32 Santiago
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General Enrique Mosconi, el gran militar del desarrollo de la energía argentina General Enrique Mosconi, el gran militar del desarrollo de la energía argentina

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Para entender a Mosconi a cargo

de YPF hay que recordar su relación

con el ingeniero Enrique

Hermitte, que era el funcionario

público que participó del descubrimiento

del petróleo en Comodoro Rivadavia

en 1907, creador de la doctrina

estatal respecto de los yacimientos. La

tarea de Mosconi convirtió una dependencia

menor del gobierno en la primera

empresa petrolera estatal de la historia

mundial, dentro del sistema capitalista.

El único antecedente era la empresa

“Anglo-Persian Oil Company”, creada

por el almirantazgo británico junto a

empresarios petroleros, que era mixta,

es decir con capital estatal y privado. Y

además YPF fue la primera petrolera en

abarcar todo el proceso productivo, ya

que exploraba, extraía, destilaba, distribuía

y vendía petróleo y naftas.

Son palabras del general Mosconi:

“No queda otro camino que el monopolio

del Estado pero en forma integral,

es decir, en todas las actividades

de esta industria: la producción, la elaboración,

el transporte y el comercio…

sin monopolio del petróleo es difícil,

diré más, es imposible para un organismo

del Estado vencer en la lucha comercial

las organizaciones del capital

privado”. El primer aporte del estado

argentino, a través del presupuesto nacional,

fue de ocho millones de pesos,

para el funcionamiento integral de la

que por entonces se empieza a llamar

“empresa” y deja de ser una dependencia

burocrática, que pasa a ser reconocida

como YPF.

Su combate contra los monopolios

extranjeros de combustibles fue

una de sus obsesiones, y es recordada

su pelea contra la empresa estadounidense

“Standard Oil” en Salta, donde

las concesiones del gobierno provincial

atentaban contra la política buscada

por Mosconi. Logró su cometido luego

de ocho años de formidables enfrentamientos

contra los norteamericanos,

sus representantes locales y el gobierno

provincial. Esta doctrina estatal petrolera

ha tenido una larga presencia

en el debate sobre la energía argentina.

Una decisión de gran impacto fue

fijar un precio fijo para todo el país, eliminando

las diferencias que establecían

las empresas privadas, logrando

conquistar de esa manera una gran

porción del mercado, apoyada también

en la instalación de centenares de surtidores

en las calles y las rutas de todo

el país, promoviendo además la producción

de los mismos en el país, algo

que benefició sobre todo a Siam, una

fábrica de amasadoras mecánicas de

pan que se reconvirtió para ser la principal

fabricante de surtidores de Sudamérica.

LA DESTILERíA DE LA PLATA

En la estrategia de Mosconi la posibilidad

de destilar el petróleo que la

Argentina extraía era uno de los objetivos

fundamentales. Por entonces se

importaba petróleo y naftas. Así fue

que en negociaciones con empresas estadounidenses,

firma un contrato para

levantar una destilería en la zona del

puerto de La Plata, bajo la modalidad

“llave en mano”, es decir entrega de la

planta funcionando. Las obras comenzaron

el 14 de enero de 1925 y el 23 de

diciembre de ese año fue inaugurada

por el presidente de la República, Marcelo

T. de Alvear, el gobernador bonaerense

José María Cantilo y el director

de los Yacimientos Petrolíferos Fiscales,

el general ingeniero Enrique Mosconi.

Era la décima refinería de petróleo

del mundo por su capacidad, construida

en once meses, hecho que demostraba

la capacidad del gerenciamiento

de YPF.

Además Mosconi estableció la

prioridad empresarial en Comodoro

Rivadavia, bautizada así en homenaje

al primer ministro de Marina del

país, Martín Rivadavia. Mosconi decidió

invertir ingentes sumas para mejorar

la producción del combustible fósil

y por esa razón estableció campamentos,

perforó nuevos pozos y promovió

la electrificación de la extracción. Vale

recordar que fue inflexible en el tratamiento

de las huelgas en la empresa,

llegando a militarizar a los obreros para

que no se detuviera la producción.

Propuso la nacionalización de los

yacimientos petroleros a través de una

ley del Congreso Nacional, pero las disensiones

en el partido de gobierno,

la Unión Cívica Radical, por las peleas

entre “personalistas” (seguidores

de Yrigoyen) y “antipersonalistas” (seguidores

de Alvear) postergó su tratamiento

hasta mediados de los años 30,

cuando ya Mosconi no tenía influencia

en los asuntos políticos vinculados a la

energía.

RETIRO Y MUERTE

En 1930, ya fuera de YPF por decisión

del gobierno de facto de José Félix

Uriburu, su condición de militar radical

lo hace sospechoso y se produce

una anécdota que no por graciosa, deja

de ser infame. Un capitán del ejército

lo llama por teléfono a su casa para

pedirle a Mosconi que sea el padrino

de su hija recién nacida, dándole la fecha,

el horario y el lugar de la ceremonia.

Quienes espiaban al general pensaron

que era un mensaje en clave para

iniciar una conspiración, y detuvieron

a los dos militares, que pasaron un

tiempo encarcelados. El prestigio de

Mosconi, que había sido presidente del

Círculo Militar, tanto en los ambientes

civiles como militares, causaba terror

en el gobierno dictatorial de Uriburu

y por eso la exageración en la reacción

ante un mensaje tan inocente.

El último servicio militar del general

Mosconi fue como Director de Tiro

del Ejército en 1932, lo que claramente

constituye una forma poco sutil de quitarlo

del medio por parte del presidente

Agustín P. Justo, su colega adversario.

Mosconi sufre una hemiplejia que

lo inmoviliza en 1933, por lo que es retirado

del servicio activo como general

de división. Sufre el hecho de ser ignorado

por su sucesor en YPF, el ingeniero

Ricardo Silveyra, que lleva a cabo

una tarea en la línea de Mosconi y ubica

a la empresa petrolera como la líder

del país. En esos años de la década

de 1930 escribe y publica su testamento

ideológico como libro: “El Petróleo

Argentino – 1922/1930”. En esos años

de olvido la Academia de Ciencias de

Río de Janeiro le otorgó la “Medalla de

Oro” al mérito.

Enrique Mosconi muere el 4 de

junio de 1940, en su casa de la calle

Aráoz 2592, que compartía con sus

hermanas en Buenos Aires, en el barrio

de clase media de Palermo. Su

cuenta bancaria en el Banco de la Provincia

de Buenos Aires tenía un saldo

de $ 9,90.- y aún debía cuotas del préstamo

del Banco Hipotecario Nacional

con el que había comprado el inmueble

en que vivía. Fue sepultado en el

cementerio porteño de la Recoleta, y

se construyó un mausoleo en su honor,

costeado por YPF.

HOMENAJES

Hay que decir que la Argentina

ha estado a la altura del personaje y

los homenajes en su honor se cuentan

por centenares. Tres ciudades llevan su

nombre, en Chubut, Formosa y Salta.

Dos aeropuertos vinculados a la actividad

petrolera también, en Tartagal y en

Comodoro Rivadavia. El correo argentino

ha emitido estampillas con su rostro.

Calles, avenidas, puentes, plazas,

escuelas y monumentos se encuentran

en todos los rincones del país, e incluso

un centro de estudiantes universitario

se llama “Enrique Mosconi” y se ha

fundado un instituto especializado en

temas energéticos llamado igual.

Pero sin duda el mayor reconocimiento

es que la tradición empresaria

de los Yacimientos Petrolíferos Fiscales

argentinos se difundió por todo el

continente, con la creación de Ypfb en

Bolivia en 1936, Ancap en Uruguay en

1931, CNP (luego Petrobras en Brasil)

y Pemex en México, ambas en 1938. De

hecho en el edificio central de Petrobras

hay un busto que lo reconoce como

pionero de la política petrolera regional.

La privatización de la petrolera

argentina en la década del 90 convirtió

a los Yacimientos Petrolíferos Fiscales

en la sigla YPF, que es solo una marca.

Su estatización en 2012 no estuvo

exenta de polémicas, pero no significó

la recuperación del nombre original.

YPF es una marca cuyas letras solo son

la memoria de una sigla perdida.

La herencia para todos los argentinos

de Enrique Mosconi es la tarea

ejercida con profesionalismo, austeridad

y honestidad, virtudes que de ser

puestas en práctica por todos los ciudadanos,

sin duda, nuestro país hoy sería.

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