¿Qué es y cómo afecta una mancha de sangre en el ojo? ¿Qué es y cómo afecta una mancha de sangre en el ojo?
en el ojo es muy llamativa y suele causarnos
impresión o miedo, sin embargo, es
casi siempre benigna y solo a veces puede
ser síntoma de algo serio.
Nuestro ojo está lleno de vasos sanguíneos
diminutos, tan pequeños que
muchos de ellos ni los vemos. Se les llama
vasos capilares porque son tan o más
finos que un cabello. Estamos hablando
de grosores inferiores a medio milímetro.
Cuando se rompe uno de estos vasos
capilares, la gota de sangre que sale
mancha de un modo aparatoso la córnea,
el blanco de los ojos. Es lo que se
llama una hiposfagma o derrame subconjuntival.
Sangre por derrame o inflamación
La aparición de un ojo rojo puede ser
por diversos motivos. Muchos pacientes
llaman derrame a lo que es una simple
inflamación.
Las inflamaciones también hacen que
el ojo se ponga rojo. Suele ser una uveítis
o conjuntivitis (inflamación de la capa
que recubre el interior del ojo) causada
por una infección, una alergia o por
forzar la vista.
Ese rojo de la conjuntivitis no es sangre:
son venitas dilatadas por la irritación.
El rojo del derrame sí que es propiamente
sangre.
Por qué se produce la hiposfagma
Cuando se rompe uno de los capilares
en la conjuntiva (en lo blanco del ojo)
llama muchísimo la atención, pero es
muy poca sangre. Es una gota, y se trata
más de un problema estético.
Al ojo no le afecta para nada ni le quita
visión ya que es una mancha externa.
De hecho, muchas veces ni te enteras
hasta que no te lo dice alguien que te ve.
Es meramente un tema estético.
La rotura del vaso sanguíneo puede
ser por seis motivos:
* Una subida de tensión arterial. Es el
más frecuente. Es por la tensión cardiovascular
general. No es por la tensión del
ojo, que no tiene nada que ver.
* Un golpe en la cabeza o más concretamente
en el ojo.
* Un sobreesfuerzo al hacer ejercicio.
Suele estar relacionado también con una
subida de la tensión.
* Toser o vomitar. Si has estado tosiendo
mucho o vomitando, estos gestos
pueden romper una venita. Es el mismo
motivo por el que a veces sangras por la
nariz. La diferencia es que en la nariz
no le damos importancia y en el ojo nos
alarmamos.
* La gente que toma anticoagulantes,
como aspirina u otros. Uno de los posibles
efectos de estos medicamentos es
que sangres con más facilidad.
* Venitas frágiles. Hay veces que el
médico no encuentra un motivo claro.
Es lo que se denomina causa idiopática.
Suele ser porque la persona tiene las venas
frágiles y se rompen sin motivo.
Vigila si ocurre varias veces
Si el motivo es por la presión arterial
y te pasa de manera recurrente debes
consultar con el médico. Pero no con
el oftalmólogo, sino con el de cabecera
o el cardiólogo. Los hipertensos tienen
que tener la tensión bien controlada y
un problema ocular como este puede ser
una señal de desequilibrio tensional.
Igual que ha ocurrido este derrame
subconjuntival, podría sufrir un derrame
cerebral, que es también la rotura de
una vena, en este caso en el cerebro, hay
que estar atento a esto siempre.
Por eso, ante un caso aislado no hay
que darle más importancia, pero si se repite
un par de veces en un trimestre o
cuatro veces al año, hay que consultar a
un especialista.
Este mismo consejo vale para los que
se medican con anticoagulantes, porque
han tenido trombosis (un coágulo en la
sangre) o tienen arritmias. Si sufre varios
derrames oculares conviene consultarlo
con el cardiólogo para que le modifique
la dosis. Igual que ha pasado en
el ojo podría tener riesgo de hemorragia
cerebral.
Tan malo es tener la sangre demasiado
densa, que provoque la trombosis,
como demasiado líquida. Estos derrames
son signos. No hay que asustarse,
pero si se repiten hay que ver la causa.
Cómo se trata el derrame
Cuando tienes un hiposfagma lo único
que puedes hacer es tener paciencia.
Es totalmente benigno y por tanto el oftalmólogo
se limita a tranquilizar al paciente
y recomendarle que se tome la
tensión por si es hipertenso.
No hay tratamiento que quite la sangre.
El cuerpo reabsorbe él solo este derrame,
como en un hematoma. Puede
tardar entre una semana y diez días,
porque en el ojo la sangre se reabsorbe
lentamente.
Desde la Sociedad de Oftalmología
de Santiago del Estero aconsejamos que
ante la menor duda se debe consultar
con un Oftalmólogo para evitar males
mayores y tener un adecuado diagnóstico
de la afección.








