"Hay que ponerse en los zapatos de los consumidores" "Hay que ponerse en los zapatos de los consumidores"
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Hay varios datos que la mayoría de la gente desconoce de este empresario que es uno de los más reconocidos de la Argentina. El primero, que es el dueño de una empresa de indumentaria y otra de calzados muy destacada a nivel nacional, cuyos productos llegaron a venderse en Santiago del Estero. El segundo, que es abogado, no ingeniero ni contador como muchos de sus colegas. Un tercero, que no viene de una familia con trayectoria empresaria sino que fue él quien inició cada una de sus empresas. Un cuarto, que no pudo conocer a su papá que falleció cuando tenía solo 3 meses. Y un quinto, mucho más conocido que los anteriores, que fue el ministro de la Producción de Eduardo Duhalde en el conflictivo 2002.
El “Vasco” de Mendiguren, que de él se trata, cerró este viernes el Foro Empresario de la Unasur que se realizó en San Pablo, Brasil a pedido de la presidenta de ese país Dilma Roussef. Una semana antes, reunió a más de 300 empresarios de la Argentina y de Brasil en la Conferencia Anual de la UIA y, además, contó con la presencia de la presidenta de Brasil y la de Cristina Kirchner de Argentina.
Confeso amigo de Hugo Moyano, con quien en más de una oportunidad recordó que se trabó en discusiones sectoriales y, a la vez, un hombre escuchado por la Presidenta Kirchner, De Mendiguren muestra un perfil moderado y conciliador cada vez que con alguna crítica se refiere al modelo actual. Es que, este hombre, está convencido que por delante el país tiene una gran oportunidad para crecer y desarrollarse. Y con el mismo énfasis que defiende esta certeza, también señala que no hay que volver a los 90' “ni a la época de Martínez de Hoz” de los 70', cuando las importaciones baratas desalentaban la producción local.
Dirá que son necesarias correcciones al modelo actual y que “problemas va a haber siempre” pero que no son de la magnitud de los que hubo en décadas anteriores. Lo dice un empresario que se inició en la actividad fabril a los 25. Y hoy tiene 61. De todo eso habló con ELLIBERAL.
¿Porqué se hizo empresario, viene de familia?
Soy abogado y tengo 61 años. Mi padre era vasco, de Bilbao. A los 25 años fue ministro de Relaciones Exteriores del Gobierno vasco y producto de la guerra civil tuvo que venir a Buenos Aires. Tuvieron que emigrar con mi mamá. Luego fuimos 6 hermanos acá pero mi padre falleció en un accidente de aviación cuando yo tenía 3 meses, así que no lo conocí. El había sido ingeniero, tenía empresas constructoras pero no lo conocí. Yo me recibí de abogado, trabajé como abogado de empresas en Price Waterhouse. Me recibí a los 22 trabajé hasta los 25 ahí. Llegué a ser jefe del departamento legal y de ahí me lancé a la empresa.
¿Cuántos años tenía su papá cuando vino para la Argentina y porqué eligió este país?
Mi papá cuando vino tenía 28 y cuando murió tenía 39. Cuando murió mi papá mi hermana mayor tenía 14 años y yo 3 meses. Ellos, cada uno, tiene su actividad. Mi padre había estudiado en Francia, se recibió de ingeniero en ese país y a los 25 años, cuando volvió al país vasco había estallado la guerra. Entonces, asumió como ministro de Relaciones Exteriores y al perder la guerra se tuvo que ir al exilio. Mi hermana mayor nació en España. Mi papá vino acá porque su padre había tenido campos en la provincia de Buenos Aires, y más tarde volvió a España y se casó allá. Mi abuelo tuvo 6 hijas mujeres y cuando nació mi padre él era muy mayor, ya había vendido todo en la Argentina, pero siempre le tiró venir acá porque tenía primos, además aquello de que su padre ya había estado por acá.
¿Cómo comenzó su actividad empresaria?
Con el rubro textiles y una fábrica de zapatillas y de alpargatas. Las alpargatas se llamaban Rancheras, creo que en Santiago le vendía a Basbús, lo tenía de cliente en esa época. Después empecé a fabricar ropa de chicos, tuve la empresa más importante de la Argentina que se llamaba Coniglio. Después, tuve la licencia de la indumentaria Nike, de zapatillas durante 10 años, luego una empresa textil que produce tejidos industriales que es la que aún tengo, que son tejidos pesados para industria, cintas transportadoras que se llama Tex Lona y mantengo siempre la fábrica de calzados, de alpargatas, soy el principal proveedor de toda la línea de supermercados.
¿Cuál es el secreto para sostenerse y, además, crecer?
Fundamentalmente hay dos temas. Primero interpretar, ponerse en los zapatos de los consumidores, entender las tendencias, qué es lo que viene, anticiparse a todo lo que tiene que ver con moda, con consumo. Anticiparse a las tendencias y desde lo industrial una fuerte y permanente preocupación por la productividad, la competitividad, siempre estar en avanzada en todo lo que tiene que ver con las máquinas. Pero en todo lo que tiene que ver con moda, anticiparse al resto de las tendencias que también se traslada a todos lados, siempre estar en los zapatos del que consume los productos de uno.
¿Qué es lo más importante para el empresario tener la idea, el capital, el trabajo para realizarlo?
La visión. La visión clara de en qué segmento y negocio está inserto, para entenderlo en forma amplia. Por ejemplo: se cuenta siempre una historia de gente que se había enamorado del ferrocarril y hacían libros, historias, gente especialista en ferrocarril, lo que se olvidaron es que estaban en el negocio del transporte. No es que su negocio era el ferrocarril en sí mismo, era un medio de transporte, no se dieron cuenta y luego el camión y otras formas de transporte lo fueron remplazando, es un ejemplo, esto pasa en todo. Hay que ver que el negocio en el que uno está, por ejemplo en una estación de servicio es saber que el negocio es el servicio y la energía, cuando uno está por ejemplo vendiendo ropa de chicos, lo que estás es en el mundo del regalo, entonces hay que apuntar a la madre, a la ternura, a lo que le despierta cuando compra algo para su hijo, no solo concentrarse en el producto que uno vende sino entender en el negocio en el cual está.
¿Eso se logra con estudios de mercado o con la intuición?
Muchas veces el emprendedor nace, es una actitud que tiene que ver con la curiosidad, la capacidad de emprendimiento, la inquietud, la permanente curiosidad, eso es innato luego esto se forma, se alimenta, se crece con lo que es el estudio.
¿Hay quienes dicen que una vez que está armada la empresa ya funciona sola, ¿es así?
Creo que están marcadas las escalas en función de la dimensión. Hay proyectos que comienzan como emprendedores, a medida que pasa el tiempo se van transformando en pequeños empresarios, después en medianos y luego pueden terminar en grandes empresarios. Las distintas etapas requieren diferentes actitudes: al principio todo es más personal, uno hace todo: Las finanzas, las compras, las ventas, la producción y saca una experiencia importante de todo eso. A medida que va tomando cuerpo y crece, esas áreas se van delegando, se pone un encargado de compras, un gerente de ventas, a medida que se va profesionalizando con el crecimiento, lo ideal para que la empresa ya pueda ser un ente distinto al que la formó es que se profesionalicen los cuadros. En ese caso, ya no hace falta tanto si hay una buena delegación, un buena asesoramiento en la formación de esos cuadros, ya no necesita el emprendedor o el que la fundó, estar en esos lugares, porque sería contraproducente estar en todos los tramos porque impediría el crecimiento.
¿Cuáles fueron los peores momentos de su empresa?
Uno fue la hiperinflación, también la época de Martinez de Hoz que era muy difícil producir en la Argentina. Era mucho más barato importar que producir. Luego, la hiperinflación que era muy difícil mantener capital de trabajo, luego, el fin de la convertibilidad que dejó a todas las empresas con patrimonio neto negativo. El industrial en la Argentina que sobrevivió a todos estos períodos, desde el año 1976 al 2011 con esa brutal crisis, argentina tuvo el triste récord de ser el país que no solamente no creció entre el 76 y 2001 sino que más des desarrolló. Perdió todos los índices de desarrollo, pobreza, educación, salud, y además el triste récord de tener en ese período la volatilidad macroeconómica más importante del mundo. Hay que ver cómo hace un industrial para sobrevivir en eso porque un industrial precisamente es largo plazo, entonces hemos sido sobrevivientes. Toda la energía, por entonces, había que ponerla en sobrevivir más que dedicarnos al crecimiento o nuevos productos, que es nuestro fuerte. Por ello, cuando fui ministro, primero presidente de la UIA en el 2001 en la crisis, luego ministro de la Producción cuando explotó todo me tuve que hacer cargo de ese incendio. Lo que tenía bien claro era lo que no tenía que volver a hacer que era volver a una economía de importación y no de producción y bueno, pusimos en marcha después de esos 25 años de enorme crisis, pudimos sacar a la Argentina y encarar el período de crecimiento más largo que la Argentina tenga memoria por las bases firmes y claras que pusimos después de la crisis.
¿Cómo definiría el momento actual?
Venimos desde el piso de la crisis en 2001 con el crecimiento más largo que se recuerda en la economía argentina, crecimos 110%. La industria se duplicó y esto se ve en el interior del país, ahora lo que hay que hacer es, porque hemos crecido, los ajustes necesarios para que este proceso siga siendo virtuoso y no esperar que haya algún problema y que después vienen los que se tientan con volver al inicio, a las viejas recetas que han fracasado no solo en la Argentina sino todo el mundo. Entonces lo que hay que hacer son las correcciones necesarias pero sin caer otra vez en el péndulo que nos lleve a la década del 90, a la época de Martinez de Hoz, etc.
¿Qué consejo le daría a los emprendedores o empresarios que recién se inician?
Lo primero que habiendo una macroeconomía amigable con la producción, pocos países en el mundo tienen la posibilidad de emprendedurismo que tiene la Argentina y se forma pocos emprendedores. En la Argentina el sistema educativo forma más a los técnicos, ingenieros para trabajar dentro de una organización pero no para formar la propia. Entonces aconsejaría primero trabajar mucho para que la macro economía no cambie, ayudar con el voto, con la discusión, entender que cuando una macro economía no acompaña, en el 2001 se fundieron todos los productores teniendo la mejor tecnología agropecuaria del mundo. Con una buena macroeconomía, la argentina está plagada de oportunidades para el emprendedor. Hay que fomentarlo mucho, mostrando cómo sobre todo en el interior del país se tienen que encarar los procesos que permitan el valor agregado, hacer ese proceso de industrialización de todas las cosas que la región produce.
Bueno pero aún así, hay problemas en el sector…
Los problemas nunca dejan de existir, eso lo vamos a tener siempre. Se ha avanzado mucho pero siempre los vamos a tener. Es más, hoy tenemos algunos problemas de competitividad que tenemos que corregir, no cabe duda pero nunca son las crisis que hemos tenido en otras etapas de la Argentina.
¿Qué sintió la semana pasada al estar con las dos presidentas Dilma Roussef y Cristina de Kirchner que asistieron a la conferencia de la UIA que organizó usted?
Sentí una gran satisfacción porque estoy convencido de esta gran oportunidad que se le está dando a toda la región que está con estabilidades macroeconómicas, alta acumulación de reservas, mercados internos crecientes, valores de nuestros productos en el mundo que históricamente no se dieron. Entonces, no hay que dejar pasar este momento, hay que aprovecharlo no solo para crecer sino para dar ese salto al desarrollo y esto de la mano de Brasil para después ir juntos a todo el Unasur y es clave hacerlo rápido. Por eso, este fue el planteo que hicimos con propuestas concretas. Vinieron 110 empresario de Brasil, todos los de la Argentina que tienen inversiones en Brasil, vino la presidenta de Brasil con su gabinete económico completo un día antes, Brasil es la quinta potencia del mundo y dio absoluta prioridad a esta invitación de la UIA, al otro día no fue a la reunión del Unasur, suspendió la ida a la asunción del nuevo presidente de México y nos acompañó y aceptó esta invitación. Ahora, por invitación de Dilma hice el discurso de cierre en el Foro Empresario de la Unasur.
¿Qué piensa cuando se le habla de Santiago?
Bueno, estuve por ahí, en la planta textil cuando se amplió, vemos como Santiago está no solo creciendo en su producción primaria sino dando pasos adelante en cuanto a la planta de biocombustibles, los textiles, frigoríficos, hace poco nos juntamos todos en Salta, cuando hicimos la pre conferencia industrial para elevar la opinión del Noa sobre la integración con Brasil y el documento se lo entregamos a las presidentas la semana pasada.








