Aumentarse el busto, un regalo peligroso que seduce cada vez a más jovencitas Aumentarse el busto, un regalo peligroso que seduce cada vez a más jovencitas
“En este mundo mediático, hay muchas niñas de 15 años que en vez de irse de viaje a Europa piden de cumpleaños unos implantes y algunos padres lo avalan porque creen que sus hijas se van a sentir mejor”, admitió el cirujano plástico Juan Jorge Blanco, que por decisión “ética” rechaza a pacientes menores de edad.
Lo llamativo es que hay padres que acceden al pedido de sus hijas y acuden a cualquier profesional para que realice la intervención. Desde la entidad que agrupa a los profesionales de esta rama, aseguran que los casos se repiten con frecuencia.
En lo que respecta a la cirugía de aumento mamario con fines solamente estéticos y no reparadores o reconstructivos, la FDA de los Estados Unidos aprobó los implantes mamarios rellenos con solución salina para su uso en mujeres a partir de los 18 años, mientras que los implantes de silicona están aprobados para su uso en mujeres a partir de los 22 años de edad.
Las menores de 21 años en la Argentina deben ser autorizadas por sus padres para cualquier tipo de operación de cirugía estética, y la menor como también los padres deben firmar el o los Consentimientos Informados para la cirugía.
Según el especialista, estas cirugías en principio “tenían precios prohibitivos, pero con el tiempo empezaron a masificarse y muchas personas de todos los estratos sociales se han operado desde entonces”.
Según la Sociedad Argentina de Cirugía Plástica, Estética y Repadora, en los últimos años creció considerablemente el número de chicas menores de edad que desean realizarse un implante mamario, e incluso llegar a los consultorios acompañados por sus padres, que son quienes consienten la operación.
“Se produce una atrofia del tejido mamario que no llega a desarrollarse, además una niña de 15 años con senos grandes tendrá problemas psicológicos”, advierten los profesionales.
Reconocieron sin embargo que existen en el país profesionales inescrupulosos que conociendo los riesgos, acceden al pedido de padres y realizan la cirugía. “Ningún profesional asociado a nuestra institución realiza este tipo de prácticas”, aseguran.







