Por Francisco Viola.
El buen sexo El buen sexo
Muchas personas quieren tener buen sexo. Es algo lógico, deseable, hasta podríamos decir envidable. El buen sexo no es más que un encuentro de dos personas que aprovechan las posibilidades que el cuerpo (con su anatomía y fisiología) tiene, apoyándose en los sentidos que se dispone y motorizado por las emociones y, en ocasiones, por los sentimientos que se posee. Todo ello permite recorrer los caminos que generan bienestar y que producen el placer como recorrido y la satisfacción sexual como realidad posible. Tener buen sexo es algo que, los que deseen, deberían aspirar siempre. Curiosamente es algo que está al alcance de quienes quieran.
Dos cosas que debemos señalar, antes que nada, el buen sexo se gesta en la decisión de tenerlo. Es decir, se consiente como condición previa y esencial. Sin consentimiento no hay buen sexo, hay crimen. En segundo lugar, el buen sexo lo hacen las personas, no los cuerpos y su rendimiento anatomo-fisiológico, ni la destreza que es un elemento positivo –de todo se puede aprender a hacerlo mejor- pero que toma dimensión cuando el otro es considerado en la plenitud del ser.
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Sue Johnson es psicóloga clínica, profesora y una de las principales investigadoras en el campo de la terapia de pareja. Es desarrolladora de la Terapia de Pareja Centrada en las Emociones (Emotionally Focused Couple Therapy en inglés, de allí sus siglas, EFT), que busca ayudar a parejas que necesitan reconectarse.
En uno de sus libros más famosos, Love Sense. The Revolutionary New Science of Romantic Relationships,
Es que Sue batalla contra lo que ella llama "desinformación" en relación al sexo, y es esa insinuación constante de que el buen sexo es aquel que se renueva constatemente y es de una "variedad infinita". Pero la psicóloga es contundente: "Las parejas que se aman desde hace mucho tiempo tienen más y mejor sexo".
De hecho, en sus libros señala que aquellos que reportan el mejor sexo -más erótico, más frecuente y más emocionante- son personas que mantienen relaciones felices y duraderas (en contraposición del sexo casual como "arranque de pasión").
