Prisión preventiva para "Yiti" y Fiscalía intuye que asesinó a la comerciante y después vació su casa

La jueza de Control y Garantías, Carolina Salas, dictó ayer la prisión preventiva en contra de Paulo Andrés Pereyra ("Yity"), sospechado de asesinar de 12 puñaladas a la comerciante, Alicia Esther Tévez el 11 de enero y su cuerpo fue descubierto recién el 13 en su casa del paraje Tres Caminos, Villa Atamisqui.

El paraje se ubica a 10 kilómetros al oeste de Villa Atamisqui y 2, al este, de Estación Atamisqui. "Homicidio críminis causa" es la figura atribuida por el equipo fiscal que conduce, Luciana Jacobo, quien tiene la certeza de que "Yiti" mató a Tévez para luego vaciar su casa y comercio.

La historia de Tévez adquirió notoriedad el 13 de enero. Un hermano descubrió su cuerpo tendido en un charco de sangre en su cama. Sin embargo, manchas de sangre diseminadas por el resto de la casa y elementos tirados en el patio, dejaban en claro que el crimen estuvo precedido de una pelea y feroz resistencia.

Ocaso "familiar"

El 15 de febrero los policías apresaron a "Yiti" en su casa del Bº Lomitas. En principio, los investigadores acudieron a remediar o pacificar una crisis familiar. Fue una hermana que acusó al joven por amenazas y lesiones.

Al parecer, en minutos los protagonistas hablaron de más y los uniformados arribaron a otra familiar del sujeto, a 40 metros del conflicto, y desenterraron una motocicleta Honda Wave 110 cc, envuelta en trapos, era parte del botín robado a Tévez.

Urgente, el personal del Departamento Homicidios y Delitos Complejos apuntó a "Yiti" y acusó de matar a Tévez con el solo fin ambicioso de robarle dinero, una moto y otros elementos.

De inmediato, los policías se trasladaron a la casa de "Yity". El individuo amenazó con "volar" una garrafa para evitar ir tras las rejas. Pasadas las 15.30, arribó la fiscal Luciana Jacobo y "Yiti" terminó rindiéndose, doblegado por las pruebas y la presión de su propia familia.

La teoría de la Fiscalía

Para la acusación, "Yiti" copó la casa de Tévez. Ésta lo sorprendió afuera y comenzaron a pelear. La comerciante fue arrastrada hasta el interior de su casa; de allí, a su habitación. En la lucha, recibió 12 puñaladas. En su último aliento, la victima cayó en su cama y quedó aferrada a un arbolito de Navidad, que había llevado, arrastrado, desde el living.

Así, el presunto delincuente pudo escoger un botín y escaparse, sin que nadie lo viese, tanto al ingresar como al retirarse. Vale subrayar que Tévez vivía sola en su vivienda.

A una semana del horror, la familia de la víctima informó que le fueron robados más de $ 1.000.000. También, la llave de la camioneta, una motocicleta, un equipo de música, un televisor y otros elementos que potenciaron siempre la hipótesis de un crimen brutal con el móvil del robo.

Antecedentes de abuso

El día del juicio, la Justicia la caerá con todo a "Yiti". Pero "Yiti" ya tenía los dedos pintados. Lo "condena" un antecedente negro. En el año 2019, habría abusado de una anciana en la región. Estuvo preso y recuperó la libertad un mes antes del crimen de Tévez.

El recuerdo de doña "Panchita" (93) es muy triste. Habría sido ultrajada durante un asalto y los golpes posteriormente le habrían causado la muerte. "Yiti" y otros cómplices permanecieron detenido cuatro años. La anciana fue intervenida quirúrgicamente, pero su vida luego se apagó.

Es más, se sabe que la comunidad atamisqueña realizó una marcha para pedir justicia por la damnificada, frente a la parroquia de la ciudad y recorrió las calles céntricas de la villa.

Solitaria víctima

La mujer asesinada residía sola en su casa y, a la vez, tenía un comercio. Su familia declaró que Alicia era luchadora. Habituada a la vida cuesta arriba, desde pequeña aprendió que solo el trabajo le permitiría salir adelante, subsistir y progresar.

Trabajaba en su comercio, pero también en emprendimientos que la obligaban, a diario, ascender a su vehículo y recorrer cientos de kilómetros en busca de ventas y clientes.

Tenía una relación muy afectuosa, familiera, con sus seres queridos. En esa sintonía, también con vecinos y clientes. Cuando la triste noticia se hizo pública, numerosos vecinos poblaron la vivienda, azorados, reticentes en aceptar lo impensable: que alguien irrumpiese en su casa y doblegase su resistencia con el filo mortal de un cuchillo.

Como todos respetaban su deseo de soledad y privacidad, nadie osaba arribar todos los días, molestarla, o bien golpear su puerta porque sí.

Sin proponérselo, ello facilitó la fuga de "Yiti". El cuerpo recién fue encontrado a las 48 horas y frustró la concreción de una autopsia ideal. Con ello, el cadáver había sufrido el paso de las horas: desde esa "valla", al parecer nunca podrá establecerse si fue víctima, o no, de un ataque sexual.