Las frases más famosas detrás de la elección papal

La frase vaticana que más prensa tuvo en relación a las expectativas de la elección del próximo papa hasta ahora ha sido: "Chi entra papa, esce cardinale" ("El que entra al Cónclave como Papa sale como cardenal"), aludiendo a que los cardenales tenidos por mejores candidatos, muy probablemente no resultarán elegidos.

Pero ésta no es la única frase que mediante su carga ingeniosa y su fuerte capacidad de síntesis pinta a la perfección distintos aspectos de uno de los procesos que mayor atención concita de todo el mundo.

También se suele escuchar por los pasillos del catolicismo: "A un papa grasso, un papa magro; a un papa lungo, un papa corto" ("A un Papa gordo, sigue a un Papa flaco, a uno alto, uno bajo", refiriéndose a que los nuevos pontífices suelen ser diametralmente opuestos a sus predecesores en cuanto a visión e inclinación teológica.

Otra muy reveladora en estas instancias es "Spiritus Sanctus non semper eligit, sed semper ducit" y "Tria ignota sunt Romae: proximus papa, tempestas et cor cardinalis" ("El espíritu santo no siempre elige, pero siempre guía", la que adjudica un temple más humano a las preferencias cardenalicias.

Y si de reflejar la incertidumbre que rodea al proceso se trata, nada más cotidiano en Roma que la sentencia: "Tres cosas no se saben en Roma, el próximo Papa, el clima, y qué hay en el corazón de un Cardenal").

Qué dicen las apuestas de los candidatos más nombrados

Al resultar elegido en 2013, Jorge Bergoglio no estaba entre los principales candidatos: las apuestas lo tenían 15º tras haber salido segundo en la elección 2005, detrás de Joseph Ratzinger. La edad tampoco lo ayudaba, tenía 76 años, y en Argentina se había aprobado la ley de matrimonio igualitario, lo cual terciaba como un aspecto negativo de su influencia religosa.

Por lo general los cardenales no depositan su confianza (y voto) en candidatos que arrastren "un pasado" (Parolin y Tagle tienen problemas en este sentido), lo que eleva las chances a nombres de terceras líneas, como el argelino/francés Jean-Marc Aveline (reformista moderado) o el corso/marroquí Dominque Mamberti (tradicionalista moderado). 

Otro aspecto que dificulta las predicciones es que no hay ningún personaje carismático como Carol Wojtyla (Juan Pablo II), tampoco un teólogo estrella como Ratzinger (Benedicto XVI).

Puestas así las fichas, que hubiera sorpresas no debería sorprender a nadie. Quizás por ello, todo el proceso es terreno fértil para arriesgar suerte: casi 20 casas de apuestas ya tienen 82 posiciones abiertas a favor de distintos cardenales, con Parolin en primer lugar (5/2), y detrás: Tagle (10/3), Matteo Zuppi (7/1), Peter Turkson (13/2) y Pierbattista Pizzaballa (9/1).