Se producen mermeladas, alfajores, budines, escabeches, dulces y chacinados con materias primas locales.
La EFA Avellaneda produce alimentos con saberes ancestrales y tecnología La EFA Avellaneda produce alimentos con saberes ancestrales y tecnología
COLONIA DORA, Avellaneda. A la vera de la ruta nacional 34, entre Herrera y Colonia Dora, se encuentra la Escuela de la Familia Agrícola (EFA) Avellaneda, que lleva adelante un proyecto educativo-productivo que conjuga el rescate de saberes ancestrales, la formación técnica agropecuaria y la incorporación de nuevas tecnologías.
La institución, que sigue el modelo pedagógico de alternancia, trabaja con estudiantes y sus familias en la producción de alimentos como mermeladas, alfajores, budines, escabeches, dulces y chacinados, utilizando materias primas locales y prácticas tradicionales adaptadas a estándares de calidad modernos.
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Estas actividades educativas y otras son apoyadas de forma permanente por el municipio de Colonia Dora, con el que la entidad mantiene un fuerte vínculo de trabajo.
"Buscamos revalorizar productos que se han ido perdiendo, como la tuna o la algarroba, a través de un enfoque pedagógico que también responde a nuestra realidad", explicó Paulo Otrera, rector de la EFA.
El trabajo se enmarca en espacios curriculares como Industria en pequeña escala de frutas y hortalizas y de carnes. Desde esos espacios, los estudiantes recolectan frutos junto a sus familias, procesan la materia prima en la escuela y elaboran productos que son utilizados en el comedor escolar o comercializados a pequeña escala para recaudar fondos.
Por ejemplo, con la harina de algarroba elaboran alfajores y budines, combinados con miel producida en el apiario escolar y dulce de leche artesanal. También elaboran escabeches con gallinas criadas en la escuela y dulces de zapallo, además de planificar la producción de chacinados con cerdos que crían especialmente para ese fin.
Para reforzar esta experiencia, la escuela logró incorporar maquinaria como una pulpadora de tuna, cocinas industriales, sierras de acero inoxidable y freezers, gracias al apoyo de distintas fundaciones. Las salas de industria -una para frutas y hortalizas y otra para carnes- están próximas a ser habilitadas por el Ministerio de Producción y la ANMAT.
Además, el proyecto tiene un fuerte componente comunitario. La leche utilizada para el dulce de leche proviene de pequeños productores de la zona, muchos de ellos padres de estudiantes.
