La actividad industrial crece por segundo mes, aunque no recupera el terreno perdido en 2024

Este martes, el INDEC informó que el Índice de Producción Industrial (IPI) avanzó un 2,2% en términos desestacionalizados respecto a abril, consolidando una tendencia positiva iniciada en abril. Con este resultado, la actividad industrial alcanzó su nivel más alto desde diciembre de 2024, aunque todavía se encuentra por debajo del cierre del año pasado.

En el análisis por sectores, el crecimiento fue liderado por la industria química, que registró una suba mensual del 6,9%, aportando un 43% del total del avance general. También se destacaron la industria automotriz, con un alza del 11,8%, y el sector de madera, que subió un 6%. Según la consultora LCG, estos tres sectores ya recuperaron los niveles de noviembre de 2023, aunque aún están lejos de sus máximos históricos.

En la comparación interanual, la producción industrial de mayo aumentó 5,8%, y en los primeros cinco meses de 2025 el sector acumuló un crecimiento del 6,6% frente al mismo período del año anterior. Desde el Centro de Estudios Políticos y Económicos (CEPEC) consideraron que "mayo confirmó la tendencia positiva de la actividad industrial, con mejoras tanto en la comparación mensual como interanual, consolidando un buen primer semestre".

La base de comparación y el impacto de la apertura comercial

Pese al repunte, los analistas advierten que parte del crecimiento interanual responde a la baja base de comparación, ya que en el primer semestre de 2024 la economía sufrió una fuerte contracción, profundizada durante los primeros meses del gobierno de Javier Milei, con abril como uno de los peores registros de actividad.

En este sentido, el economista Daniel Schteingart, director de Planificación Productiva de Fundar, advirtió que la producción industrial de mayo fue casi 9% inferior a la de mayo de 2023, a pesar de que el consumo interno mejoró en los últimos meses. "¿Por qué la producción está abajo de 2023 si el consumo está por arriba? Por la apertura comercial. Las importaciones crecieron más rápido que el mercado interno. Si bien la apertura ayuda a contener los precios, lo hace a expensas de la producción, el empleo y las divisas", señaló.

Desde distintos sectores académicos y productivos se encendieron las alarmas por el impacto de la apertura comercial sobre la industria nacional. Juan Manuel Balestro, secretario de Vinculación Institucional de la Universidad Tecnológica Nacional (UTN), cuestionó la política de liberalización: "Cuando los productos importados compiten de manera desigual con los bienes nacionales, se erosiona la capacidad del aparato productivo local para crecer, invertir y generar empleo de calidad".

Un informe reciente de Fundar advirtió que, de mantenerse esta apertura sin una estrategia de respaldo, más de 430.000 empleos industriales podrían estar en riesgo, especialmente en sectores como textil-indumentaria, calzado, madera y electrónica, detalla el portal de Ámbito. 

Como alternativa, la organización propuso acompañar la apertura con reformas fiscales, un tipo de cambio más competitivo, políticas industriales orientadas a la innovación y las exportaciones, y una red de protección laboral para los sectores más expuestos.

Proyecciones para el segundo semestre

De cara al cierre del año, LCG anticipa un panorama "débil y errático" para la industria. La consultora señaló que factores como el tipo de cambio apreciado, la apertura externa sin restricciones y una demanda interna con poca fuerza seguirán limitando la expansión del sector manufacturero.

Pese al alivio de los últimos dos meses, el futuro industrial argentino permanece atado a un delicado equilibrio entre apertura, competitividad y protección del empleo. Las cifras positivas, si bien alentadoras, aún no alcanzan para despejar las dudas de fondo sobre la sostenibilidad de la recuperación.