La progenitora es observada por la Fiscalía. Colocaba a dos hijas chips anti embarazos. Testimoniales al por mayor.
Enviaba a su esposa de viaje y abusaba de su hijastra, de 13 y sospechan que hay más víctimas Enviaba a su esposa de viaje y abusaba de su hijastra, de 13 y sospechan que hay más víctimas
Un jornalero ha sido apresado en General Taboada, tras ser denunciado por ultrajar a su hijastra entre los 11 y 13 años, pero también ante firmes indicios de haber vejado a sus hermanas, de 17 y 22 años.
Allí se sostiene la columna vertebral de un proceso a cargo del fiscal, Cristian Guillermo Farías, quien enrostra al individuo los delitos "abuso sexual con acceso carnal agravado reiterado por su condición de guardador".
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El sujeto ha sido esposado la semana pasada. La adolescente no soportó más y ni bien su madre viajó a Santa Fe, corrió a casa de su hermana, de 22, y confió: "Desde los 11 que me viola. Me obliga a que pase a su cama todas las noches".
Urgente, las hermanas fueron a la subcomisaría y denunciaron al peón. En menos de 10 horas, un patrullero lo condujo a una comisaría y ahora se le viene la noche.
Siempre sobre la base de la denuncia, habría otra hermana en la casa, de 17, también víctima de los bajos instintos del individuo, de 56 años, quien bajaba línea en modo violento y tirano: "Se hace lo que digo; yo mando y no es necesaria la escuela".
Batalla legal
Sin vueltas, la jueza de Control y Garantías de Añatuya, Gladys Liliana Lami, extendió ayer su detención y el hombre marcha directo a la prisión preventiva. Pero, antes es casi seguro que la Fiscalía le adosaría también la acusación por las otras dos hijastras.
El escenario de las pesadillas de las hermanas es el paraje Averías, una localidad del General Taboada, a 229 km de la ciudad capital de Santiago del Estero.
Asistida por los forenses, habrían confirmado abusos sexuales en la de 13 años, de vieja data, lo cual acentúa sus afirmaciones: que era atacada desde los 11 años.
El modus operandi siempre era el mismo. La progenitora subía a un colectivo y su pareja obligaba a la menor a suplirla en la cama, en los tratos, los quehaceres de la casa, todo potenciado por un culto a la ira y la violencia.
"Me llevaba todas las noches a su cama. No me dejaba tener amigos, ni ir a la escuela", habría agregado la adolescente, quien enfrentaría traumas crudos, más allá de la desazón y humillación por los abusos propiamente dichos.
Cada capítulo denigrante de la negra convivencia, acaban de salir a la luz. Y la Justicia dio un envión crucial para que el fiscal avance en la causa y, en lo posible, genere un combo con las tres hermanas al parecer vejadas bajo el mismo techo, cuyo responsable ya fue enviado a una oscura y fría celda y por largos años.
