Riquelme: "De la única manera que salimos de esto es ganando"

Como ya ha ocurrido en Boca en reiteradas ocasiones ante una derrota inesperada, una eliminación estremecedora o una situación inoportuna que movió los cimientos, el presidente Juan Román Riquelme ingresó al vestuario y les habló a los jugadores cara a cara en Santiago del Estero.

El prematuro adiós en la Copa Argentina frente a Atlético Tucumán pegó duró internamente, hizo mella tanto en el plantel como en el cuerpo técnico y eso quedó evidenciado en la aparición del presidente en las entrañas del Estadio Único "Madre de Ciudades".

"Traguen saliva. Agachen la cabeza y saquen esto adelante. De la única manera que salimos de esto es ganando", fueron las palabras que le nacieron a Riquelme a minutos de un nuevo fracaso deportivo de Boca.

Del palco al vestuario. Román vivió -con mate en mano como de costumbre- el 1-2 con Atlétco Tuucmán en el palco del moderno escenario santiagueño y al rato bajó a las instalaciones para encontrarse con los fubtolistas. Fue breve, simple y contundente.

En un año en el que Boca ya acumula varios cimbronazos al hilo (quedó eliminado en el repechaje de la Copa Libertadores, en cuartos de final del Torneo Clausura y no pasó de fase de grupos en el Mundial de Clubes), la caída en la Copa Argentina llega como un golpe de nocaut. Riquelme sabe que la paciencia se agotó y tal como le expresó a los jugadores, Boca debe empezar a ganar.

Insultos en el hotel

Tras la eliminación de la Copa Argentina, el plantel de Boca regresó al hotel en el que se hospedaba en Santiago del Estero, donde fue recibido con insultos y una catarata de reclamos por parte de un grupo de hinchas que aguardaban su llegada.

"¡Están en Boca!", "dan vergüenza", "respeten la camiseta" y "Ahora van a descansar, ¿de qué van a descansar?", fueron algunos de los tantos reproches generalizados de los simpatizantes xeneizes para los jugadores. Mientras tanto, los futbolistas iban bajando uno a uno del micro y, cabizbajos, ingresaban rápidamente al hotel.

Se escucharon algunos gritos direccionados puntualmente a ciertos protagonistas, como Belmonte, Fabra, Cavani, entre otros. El único que logró arrancar los aplausos de la gente fue Leandro Paredes, quien tímidamente saludó a los hinchas allí presentes. "Enséñales a jugar al fútbol", fue la irónica petición de uno de los simpatizantes para el mediocampista.

Ayer, en un clima mucho más calmo y tranquilo que el del miércoles, los dirigidos por Miguel Ángel Russo recibieron el apoyo de los hinchas que se acercaron a la puerta del hotel para despedirlos. Esta vez, les dedicaron gritos de aliento a Merentiel, Pellegrino, Cavani y Russo. Nuevamente, el ex Roma se llevó todos los aplausos.

El último en abandonar el hotel fue Juan Román Riquelme. Lo más llamativo fue que, antes de subir al micro, el presidente de la institución se acercó al reducido grupo de simpatizantes allí presentes, para sacarse fotos y firmar autógrafos.

Sin embargo, el regreso a Buenos Aires fue completamente diferente. La delegación no tuvo ningún tipo de contacto con la gente, ya que se retiraron por la salida privada del aeropuerto de Ezeiza y se dirigieron a los micros que los llevaron al Boca Predio. Russo decidió darle el día libre al plantel, que volverá a entrenarse hoy de cara al duelo con Huracán del próximo domingo.