Improvisar métodos de alimentación puede resultar contraproducente para el objetivo perseguido e incluso dañar la salud, advierte la Lic. Raquel Carranza, especialista en Nutrición.
Las dietas sin control profesional representan un elevado riesgo que pesa más de lo pensado Las dietas sin control profesional representan un elevado riesgo que pesa más de lo pensado
En la búsqueda de un cuerpo saludable o estéticamente aceptado, muchas personas adoptan dietas por su cuenta, basadas en consejos de internet, recomendaciones de conocidos o creencias populares.
Sin embargo esta práctica, lejos de ser inofensiva, puede resultar contraproducente para el objetivo perseguido e incluso dañar la salud, advierte la Lic. Raquel Carranza, especialista en Nutrición, en diálogo con EL LIBERAL.
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"Al momento de buscar prácticas para la adecuación del peso, se cae en opciones que podrían no producir el efecto deseado, entre ellos suelen optar por eliminar ciertos grupos alimentarios o aumentar el consumo de otros en forma desmedida, guiadas por la idea de que ciertos alimentos son "livianos" o "saludables". Un ejemplo frecuente es el exceso de legumbres y cereales. Si bien estos alimentos son altamente nutritivos y aportan fibra, proteínas vegetales y energía, su consumo desbalanceado puede llevar a un exceso calórico que impide lograr un déficit, requisito indispensable para perder peso", indica la especialista.
Otra práctica común, según sostiene Carranza es eliminar las proteínas animales- como las carnes magras, pescados o huevos- y reemplazarlas únicamente por vegetales sin un diseño específico.
"Aunque las verduras son esenciales en una alimentación saludable, una dieta sin suficiente aporte proteico puede generar desequilibrios, pérdida de masa muscular y alteraciones digestivas algunas personas incluso experimentan inflamación o distensión abdominal, especialmente si no están acostumbrados a un alto consumo de fibra, o si cursan con alguna patología digestiva", expresa.
Y agrega: "En los últimos años, también se ha popularizado el consumo de productos "sin tacc"- libre de gluten- incluso en personas sin diagnóstico de celiaquía ni sensibilidad al gluten. Esta tendencia suele estar asociada a la creencia errónea de que eliminar el gluten favorece la pérdida de peso. Sin embargo, los productos sin TACC no son necesariamente más saludables ni hipocalóricos; de hecho, algunos pueden contener mayor cantidad de azucares o grasas para compensar la textura del producto original. Además se ha observado que la eliminación prolongada del gluten sin necesidad médica puede generar una posterior intolerancia autoadquirida, provocando síntomas gastrointestinales ante su reintroducción".

Sin frutas ni verduras
Por otro lado, muchas dietas actuales promueven un consumo casi exclusivo de alimentos proteicos, dejando de lado frutas, verduras y cereales.
En este caso, la especialista sostiene que "si bien las proteínas cumplen funciones esenciales en el organismo, una ingesta excesiva y sostenida, sin una correcta hidratación y sin la inclusión de fibras, puede provocar problemas como constipación sobrecarga renal y deficiencias de algunas vitaminas, minerales y antioxidantes fundamentales para el buen funcionamiento del cuerpo".
"Antes de iniciar la dieta es se debe consultar con un nutricionista que sea quien diseñe planes seguros"
Los especialistas en nutrición están capacitados para diseñar planes seguros; consultar con un profesional no solo aumenta la posibilidad de éxito, sino que protege la salud en el proceso.
En tiempo donde la información circula libremente - y no siempre de forma correcta- es fundamental reforzar el valor de la educación alimentaria y el asesoramiento adecuado.
Comer bien no es sinónimo de comer menos, sino de comer con conciencia.
Recomendaciones
1- Evita los planes copiados o genéricos
2- Consulta a un profesional
3- No elimines alimentos sin razón médica
4- Prioriza la variedad y el equilibrio
5- No te guíes solo por calorías
6- Escucha a tu cuerpo
7- Mantener buenos hábitos a largo plazo
"Antes de adoptar una dieta lo más prudente es consultar con un nutricionista o especialista, quien puede ofrecer orientación adecuada, evitar carencias nutricionales y respaldar la salud a mediano y largo plazo. Una alimentación consciente y guiada es más efectiva que cualquier dieta de moda: lejos de restringir, se trata de enriquecer la salud", cerró la Lic. Raquel Carranza.








