En el Día del Maestro, evocamos esa vocación inquebrantable a través de la historia de Analía Cortez, quien desde hace ocho años dedica su labor al Centro Educativo Integral Nueva Esperanza (CEI), en el departamento Pellegrini.
Día del Maestro: la vocación que transforma realidades en el interior santiagueño Día del Maestro: la vocación que transforma realidades en el interior santiagueño
En cada rincón de Santiago del Estero, donde la tierra se funde con el horizonte y la vida transcurre con la sencillez del interior, hay maestros que siembran futuro. Son docentes rurales que, con paciencia y entrega, llevan el aula más allá de sus paredes y la convierten en un espacio de esperanza.
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En el Día del Maestro, evocamos esa vocación inquebrantable a través de la historia de Analía Cortez, quien desde hace ocho años dedica su labor al Centro Educativo Integral Nueva Esperanza (CEI), en el departamento Pellegrini. Allí comparte no solo su profesión, sino también su vida con su esposo y colega, Andrés Gerez Heredia, maestro desde hace 12 años en la institución y padre de su hijo de 4 años. Ambos sostienen con pasión una tarea que trasciende lo personal y se convierte en una misión compartida.
El 11 de septiembre, fecha que recuerda el fallecimiento de Domingo Faustino Sarmiento en 1888, es la jornada elegida en Argentina para rendir homenaje a quienes hacen de la enseñanza un compromiso diario. Y en este marco, EL LIBERAL dialogó con la "seño Ana", quien no solo es testigo, sino también protagonista de una experiencia educativa inclusiva que abraza a 60 alumnos en un espacio que se propone transformar realidades.
El CEI Nueva Esperanza funciona en ambos turnos, de 8 a 12 por la mañana y de 13 a 17 por la tarde, bajo la dirección de Daniel Alejandro Medina. Allí, un equipo de diez profesionales entre ellos docentes de educación especial, fonoaudiólogos y kinesiólogos trabaja en conjunto para garantizar un acompañamiento integral a los estudiantes.

(Cuerpo docente del CEI - Nueva Esperanza.)
En el instituto hay 60 alumnos matriculados, de los cuales 20 forman parte de proyectos de inclusión. Estos niños no solo reciben formación en la institución, sino que también participan en experiencias de integración en otras escuelas de la zona. Esta dinámica favorece su incorporación a contextos educativos comunes y refuerza la diversidad como un valor esencial.

(Alumnos del CEI en una de los actos y actividades escolares.)
Con este marco, la labor docente en el CEI se convierte en un ejemplo de compromiso con la educación y la inclusión en comunidades del interior santiagueño.
¿Qué significa para usted ser docente en una institución rural e inclusiva como el CEI de Nueva Esperanza?
"Ser docente en una escuela especial en el ámbito rural significa, ante todo, enfrentar desafíos constantes, pero ese desafío se compensa con algo invaluable: el compromiso humano. Cada jornada está sostenida por la buena predisposición del equipo docente y profesional, y por la colaboración de alumnos y familias. Esa unión hace que la tarea educativa se transforme en una experiencia enriquecedora, donde lo importante no es solo enseñar contenidos, sino generar un espacio de confianza, inclusión y oportunidades para todos".
¿Cuáles son los mayores desafíos y también las mayores satisfacciones de trabajar con alumnos que forman parte de un proyecto de integración?
"Uno de los grandes desafíos de trabajar en el interior es que muchas veces debemos sortear limitaciones vinculadas a la distancia. Sin embargo, esas dificultades se ven compensadas por las enormes satisfacciones que brinda acompañar a los estudiantes en sus procesos de integración. Ver cómo los niños y jóvenes participan en escuelas comunes y son recibidos con respeto y cariño es una recompensa inmensa. Además, el entusiasmo de los padres, que valoran profundamente el apoyo que reciben sus hijos, fortalece nuestra tarea y nos impulsa a seguir apostando a la inclusión como un camino posible y necesario."
¿Cómo percibes el apoyo de las familias y de la comunidad en la tarea educativa que realizan día a día?
"La familia es fundamental. En nuestra institución vemos un fuerte compromiso por parte de los padres, que no solo confían en la escuela sino que también participan activamente en las propuestas. Esa alianza escuelafamilia es clave para que los avances de los alumnos se sostengan en el tiempo. También la comunidad en general acompaña y reconoce el trabajo que se realiza, lo que genera un sentido de pertenencia muy valioso y reafirma la importancia de la educación inclusiva en un contexto rural."
En este Día del Maestro, ¿qué mensaje le gustaría dejar a sus colegas y a los estudiantes que forman parte de esta experiencia educativa?
"En este Día del Maestro quisiera transmitir un mensaje de esperanza y gratitud. A mis colegas, recordarles que cada esfuerzo diario, aunque muchas veces pase desapercibido, tiene un impacto profundo en la vida de los alumnos, también invitarlos a valorar cada pequeño logro y a disfrutar del proceso de enseñanza, más allá de los resultados inmediatos. A los estudiantes, decirles que cada paso que dan en su camino de aprendizaje es motivo de orgullo, y que confíen siempre en sus capacidades. La educación es un viaje compartido, y juntos podemos transformar las dificultades en oportunidades."
La historia de "La seño Ana", refleja que ser docente es mucho más que impartir conocimientos: es sembrar esperanza en cada alumno, incluso en los contextos más desafiantes. En este Día del Maestro, el homenaje trasciende la figura de Sarmiento y se hace presente en cada educador que, con compromiso y amor por la enseñanza, convierte las limitaciones en oportunidades y las aulas en espacios de inclusión. Enseñar en el interior no solo significa transmitir saberes, sino también abrir caminos hacia un futuro más justo y equitativo.








