Joven venezolana eligió Argentina para vivir su segunda oportunidad

Como miles de venezolanos que engrosaron las estadísticas de migrantes en toda Latinoamérica, la joven Vanessa Paola Castillo Arias, un día decidió dejar atrás todo lo que conocía en su corta pero intensa vida. Apenas tenía 15 años y ya sentía la urgencia de buscar un lugar mejor donde vivir segura, en paz y quizás poder soñar con progresar. Una locura pensar que a tan temprana edad se puede experimentar el hastío de la incertidumbre, cuando ni siquiera se terminó la secundaria y la mayoría de las adolescentes planean la mejor fiesta posible para celebrar sus 15.

Para huir de esa realidad, Nessa comenzó a dar forma a un plan. Pero lo hizo en absoluto silencio, en su mente, procurando que guardar el secreto le evitara alguna desagradable sorpresa y le permitiera hacerlo realidad.

Esperó a la mayoría legal de edad, para ejecutar su plan, los 18 años. La aventura comenzó en 2019. Tomó colectivos. Caminó. La llevaron en variedad de vehículos. Le pasaron cosas. Experiencias buenas y otras que calla. Fueron entre 8 y 9 días de no comer, no dormir, vivir al límite de los nervios y superando desafíos de todo tipo. Hasta que pudo llegar a Brasil. Allí estuvo 6 meses. Al cabo de ese medio año, tomó un avión y llegó a la Argentina. Y lo que esperaba del país se empezó a hacer realidad de a poco y a convertirse en su nuevo hogar. 

Hoy, a 6 años de aquella odisea, vive, se capacitó y trabaja en La Banda. Primero ayudó a su madre y a su hermana a viajar a nuestro país. Hace dos meses repitieron lo mismo, pero ahora con su padre y una abuela. 

Ésta es su historia en primera persona.

¿Cómo era tu vida en tu país, Vanessa? ¿Dónde y cuándo naciste, cómo se llaman tus padres? ¿Quiénes más integran tu familia?

Yo soy de Maracaibo, es la capital de la provincia llamada Zulia, allá la vida es muy movida y tiene muchos lugares para conocer y pasear, lastimosamente por la situación y mi corta edad no pude disfrutar de todo lo que hay para hacer.

Nací el 27 de enero del 2001, mis papás se llaman Belkis y Mitchell, tengo una hermana menor que se llama Valeria.

Desde chica siempre me incline al arte, diseño, dibujar, así que sabía que de adulta iba a hacer algo relacionado a eso que me apasione, y me hice tatuadora.

¿En qué momento (año y edad tuya) apareció en tu mente la idea de salir de tu país? ¿Y por qué?

Se me ocurrió irme de Venezuela aproximadamente en el 2017 donde hubo situaciones de alta tensión dentro del país, la frustración y el estrés constante me hizo pensar en eso, que en ese año yo tenía 15-16 años.

Y bajo la alfombra empecé a planear que hacer, siendo menor de edad no podía hacer nada pero planeé varias cosas dentro de lo que podía y de lo que se me ocurría a esa edad.

¿Cuánto tiempo pasó desde ese primer momento hasta que tomaste la decisión, ya completamente, de emigrar? ¿Por qué Argentina? 

Llegó el 2019 y el viaje ya estaba casi 100% planeado, con nervios de qué me encontraría en el camino, pero sabía que tenía que venir. Obviamente, tenía un montón de cosas en la cabeza, pero algo me decía que tenía que llegar a Argentina y que me iba a cambiar totalmente la vida. Me vine a un país que no conocía nada más que la cultura del fútbol, pero sabía que aquí tenía que venir.

Argentina es un país que me llama la atención desde que era muy chica, como te dije más que todo por el fútbol que en mi casa son hinchas de la selección argentina, y veía fotos del país y me parecía hermoso.

Cuando llegué aquí, la cultura me gustó tanto que a pesar que me costaba adaptarme me esforcé para hacerlo y a día de hoy tengo una mezcla de mis dos culturas, digo mías porque ya siento la cultura argentina como parte de mí.

¿Cómo te preparaste? ¿Alguien te ayudó a planificar el viaje? ¿Cómo te equipaste?

A mis padres al principio no les gustaba nada la idea de que me fuera, pero poco a poco los intenté convencer. Siempre he sido la hija "rebelde" como por decirlo así y cuando algo se me mete en la cabeza no hay forma de que me lo saquen.

La planificación fue larga y el viaje duró 8-9 días, pasé por Brasil, que también es un país hermoso, con todo y los contratiempos que tuve logré conocer mucho durante el viaje.

No quisiera entrar en detalles de las cosas del viaje. Lo que sí diría es que no es fácil, no es tranquilo y hay que tener la cabeza fría toda la hora, por situaciones fuertes que se presentan, por la toma de decisiones, por todo.

Ahora sobre el viaje: 

¿Cómo fue cada etapa, cada lugar por donde pasaste?

No recuerdo en estos momentos las fechas exactas, solo sé que llegué a varias ciudades, tomé 3 colectivos, 2 autos particulares, caminé en varias ocasiones y logré llegar a Brasil en el quinto día. En el 5º o 6º.

En Brasil también tomé autos y aviones, y llegué a Ezeiza directamente.

Habían tramos donde estaba todo oscuro, en medio de la nada, si o si había que socializar con desconocidos (era horrible, porque no puedes confiar en nadie), pero tocaba a veces.

Dos veces se rompió uno de los colectivos y quedaba en medio de la nada, sin un foco en medio de una ruta que ni conocía. De madrugada fue una vez y la siguiente fue de día.

¿Alguien sabía tu decisión?

Al principio no, pero una vez que estaba decidida empecé a recalcarlo mucho.

Y nadie sabía que me iba del país, solo mis amigos muy muy cercanos, pero nadie más de mi día a día.

Y obviamente mi familia, pero solo la familia que vivía en mi casa, no le quise decir a nadie más que me iba.

Sí logré ahorrar un poco de dinero, pero no lo gasté en nada, porque tenía miedo de tener una emergencia y no tener la suficiente plata. Yo contaba con 300 dólares "aprox", no era mucho, y en Venezuela esos 300 dólares valen mucho menos de lo que valía aquí en Argentina, así que imagínate cómo estaba de presionada jaja (libera un poco aquella vieja tensión).

No comía directamente, porque como te digo mi situación en la parte emocional estaba muy muy sensible y con estrés constante; se me cerraba el estómago. Recuerdo que solo tomé una sopa llegando a Brasil, y el resto de los días me comía un pan con fiambre en el día entero y agua, pocas veces una gaseosa, para no gastar.

Tras seis meses de residir en Brasil, llegó el momento de viajar a la Argentina

En la última parte, ¿cómo fue el viaje de Brasil a la Argentina? ¿Conocías a alguien?

Tenía unos familiares muy lejanos, que me ofrecieron quedarme temporalmente hasta que pudiera irme, ellos también venezolanos, claro. Estuve viviendo con ellos aproximadamente 6 meses y me fui.

En el aeropuerto de São Paulo conocí a 2 venezolanos muy buena onda, que no recuerdo sus nombres, pero me gustaría cruzármelos algún día, porque fueron muy buenos conmigo y pasamos la noche hablando, ya que mi vuelo salía casi al amanecer.

Llegué a Buenos Aires y ahí me buscó una amiga de la familia, me llevó a su "depto" a que me bañe y coma algo, me llevó luego a tomar el subte y me dejó en la terminal, todo el mismo día porque llegué a Buenos Aires al mediodía.

Y como a las 9 a 10 de la noche ya estaba en el colectivo para venir a Santiago.

Aquí llegué a la terminal de La Banda, llego a la casa donde me recibían y dejé todas mis cosas y salí a conocer. Lo primero que me encantó ver fue la plaza Belgrano en La Banda, era pleno junio, invierno, y por fin sentí tranquilidad de que el viaje terminó y ahora tenía que empezar con la otra etapa.

No conocía a absolutamente nadie. Yo solo empecé a dejar curriculum en todas partes, trabajar de lo que sea sin casi experiencia. Di clases particulares de inglés ya que en Venezuela me recibí en un instituto de inglés que se llama Cevaz.

Y conseguí trabajo rápido. Empecé a conocer muchas personas a partir de eso y me fui acostumbrando a la cultura, gracias a que aquí me integraron muy rápido a los lugares donde llegaba.

Actualmente, trabajo de forma independiente como tatuadora. Tengo mi estudio de tatuajes. Tengo muchos proyectos a futuro, que seguramente pronto saldrán a la luz. Tengo un hermoso equipo de trabajo, que son unas chicas maravillosas, también tatuadoras y a veces no me doy cuenta, pero ya pasaron más de 6 años desde que llegué y nunca creí poder conseguir todo lo que tengo ahora.

Primero trajo a su madre y hermana, luego a su padre y hasta una abuela

Hoy en día, Vanessa no solamente se afincó social y laboralmente, sino que hasta pudo hacer los arreglos para traer a su familia por partes a La Banda y Santiago. "Sii, eso fue 7 meses después de que yo llegué aquí más o menos, mi mamá con mi hermana. Y el año pasado vino mi papá y este año llegó mi abuela de parte padre".

¿Los motivos? Los mismos que la impulsaron a ella a escapar de aquella desastrosa situación: "Sí, claro; ellos estaban cerrados en salir de Venezuela más que todo por miedo, pero poco a poco les hablaba y ellos mismos decidieron salir al tiempo".

Sobre las noticias que se pueden leer a diario de Venezuela, el desabastecimiento, la delincuencia, la violencia, los abusos, "todo lo que dicen es verdad, pero una cosa es leerlo y otra cosa es vivirlo allá", ratifica Nessa.

"Antes de venirme, unos meses antes, estuvimos más de 5 días sin electricidad de corrido. Eso fue un evento que marcó un antes y un después. Todo era incertidumbre, nadie sabía qué pasaba, había muchos saqueos, delincuencia y no salía ninguna noticia. Igualmente no todo sale en las noticias, tienes que estar allá para darte cuenta de todo", describió el infierno que se vive en uno de los países más bellos, ricos histórica y culturalmente, más dotados de recursos y belleza paisajística por la naturaleza, y que sin embargo, altera tanto la mentalidad de una niña de 15 años, como para decidirla a huir y atravesar miles de kilómetros y peligros, para poder sentir paz en una plaza de la ciudad de La Banda.