El comerciante está preso y la Fiscalía se prepara para acudir a audiencia y bregar por la prisión preventiva.
EN PRIMERA PERSONA La letrada subrayó cómo fueron los 60 días negros
Silvio Fernando Perea fue detenido por la policía local.
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"Todavía cuesta, es día a día, es poder enfrentar el trauma que queda después de lo vivido. Hoy siento que mi vida estuvo en peligro, fue bastante traumático y difícil atravesar esos momentos, si miro para atrás, digo qué horror, ¿cómo pude aguantar?".
Aun con angustia, la abogada, Analía Inés Mamani, reveló ayer a Noticiero 7 detalles crudos de los dos meses de pesadilla en las garras del comerciante, Silvio Fernando Perea.
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"Me sentí sometida a un estado de indefensión", subrayó. Atribuyó la manipulación como factor vital que erosionó su autoestima.
La pesadilla terminó en la última semana de agosto, en un edificio de avenida Belgrano, entre Rivadavia y Alvarado, en pleno centro santiagueño. Una vecina de la víctima se comunicó con la Policía y alertó que había una situación de violencia de género en un departamento.
Recluida en su casa, Mamani manifestó ayer que, a pesar de tener formación, amistades y un núcleo familiar, no siempre resulta sencillo pedir ayuda. "Mucha gente se debe preguntar ¿por qué una persona con los recursos, siendo letrada, con un núcleo familiar, amigos, no solicitó ayuda? Bueno, a veces no sabemos pedir y esta es la forma en la que fui aislada", reflexionó.
Más adelante, la abogada denunció que su entorno cercano fue amenazado: "Mi núcleo más cercano ha sido amedrentado, coaccionado… son públicos los audios que se les enviaba, me amenazaba con mi familia y eso da miedo", acotó.
Sobre la decisión de denunciar y enfrentarse a la situación, señaló: "Cuando entendí que mi vida, que es un bien jurídico superior, estaba en juego, la violencia iba cada vez en aumento y supe que debía actuar. Sé que tomé una buena decisión".
Mamani reconoció la incertidumbre que enfrenta sobre el futuro de su agresor: "Mi vida es una incertidumbre hasta que se cumplen los 30 días. Hoy puedo manejarme con cierta libertad, pero después del mes es el momento que voy a tomar decisiones, en caso de que esta persona recupere su libertad", adelantó.
"Tengo miedo, no sé cómo podría reaccionar. Pido que no quede impune, yo como abogada muchas veces me tocó estar en diferentes partes, ejercí mucho tiempo el derecho penal, hoy pido justicia, hoy entiendo a la víctima en el hecho de revivir cada momento, en contarlo. Tengo confianza absoluta en mis abogados y saber que el fiscal y los jueces son personas competentes. Confío en la Justicia santiagueña", precisó.
Finalmente, envió un mensaje a otras mujeres que atraviesan situaciones de violencia: "Mi mensaje es que se animen… no tenemos que sentir vergüenza. Nos equivocamos en confiar en personas, pero no nos merecemos pasar por actos de crueldad, por actos de violencia", aconsejó.
