"Claramente todo crédito que nos dé EE.UU. va a venir con condicionamientos"

El economista de la Fundación Libertad y Progreso, Aldo Abram, analizó el posible préstamo del Departamento del Tesoro de Estados Unidos a la Argentina y los alcances de la reciente eliminación de retenciones a las exportaciones de granos y carnes.

"Claramente todo crédito que nos dé Estados Unidos va a venir con condicionamientos", advirtió. Sin embargo, descartó que esos compromisos incluyan cambios en el esquema de bandas cambiarias, ya que forman parte del acuerdo vigente con el Fondo Monetario Internacional.

De acuerdo con su visión, lo más probable es que se trate de un crédito contingente, es decir, una línea que se activa en caso de que el Tesoro argentino no consiga fondos para cancelar vencimientos con acreedores privados. "Sería menos riesgoso para el Tesoro de Estados Unidos y, al mismo tiempo, muy útil para nosotros, porque tendríamos en definitiva un garante del pago de nuestra deuda", señaló.

Abram remarcó que no se trataría de recursos de libre disponibilidad para, por ejemplo, sostener la banda cambiaria. "Si me preguntan, lo veo más como un préstamo que asegura un pago puntual: no te prestan, pero el Tesoro de Estados Unidos paga en tu lugar con determinada tasa de interés", explicó.

En cuanto al impacto en el nivel de endeudamiento, el economista aclaró que no se incrementaría la deuda pública, sino que se produciría un cambio de acreedor. "Le deberíamos menos al sector privado y más al Tesoro de Estados Unidos. Además, parte de lo tomado en los últimos años se usó para cancelar deuda a menor valor contable, lo que redujo el stock total", agregó.

Respecto de la eliminación de retenciones, Abram advirtió que se trata de una pérdida de recaudación futura en un contexto fiscal muy ajustado, aunque reconoció que el objetivo inmediato fue cumplido: incentivar al campo a vender. "Si hubiera tenido granos, hoy mismo hubiera liquidado para aprovechar la rebaja de retenciones y el dólar antes de la baja fuerte", señaló.

Estimó que las ventas comenzaron con fuerza y desde ahora el propio sector irá regulando sus operaciones según la cotización del dólar. "Va a haber una autorregulación: si cae demasiado, probablemente el campo se abstenga de vender; si se acerca al techo, liquidará más", sostuvo. En total, el Gobierno espera una inyección de U$S 7.000 M, que permitiría sostener la calma cambiaria y mantener al BCRA alejado de la obligación de intervenir en la parte superior de la banda.