Por Bogna Bia?ecka
¿Es posible alegrarse de la muerte de otra persona? ¿Es posible alegrarse de la muerte de otra persona?
La respuesta más sencilla a la muerte de alguien que no obró con bien, es que tenemos poca influencia sobre las emociones que surgen, porque depende de muchos factores. Sin embargo, sí tenemos influencia sobre lo que hacemos después con esas emociones. Tenemos influencia sobre nuestras acciones.
Cuando muere alguien que realmente hizo mucho mal
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En cierta familia, muere el padre, un hombre alcohólico y violento, un hombre que objetivamente hizo mucho mal y destruyó la vida de su mujer y sus hijos. ¿Está justificado alegrarse por su muerte? Es una pregunta importante, porque la respuesta determina cómo será la vida de sus víctimas.
La reacción emocional adecuada a esta muerte es el alivio y la alegría por haber conseguido la libertad. Son reacciones naturales. El problema surge si esto va acompañado de una actitud vengativa y de alimentar el odio en el corazón. Ante pensamientos como: "Espero que esté en el infierno" -que pueden venir a la mente de una persona que ha sido atormentada durante años-, es importante tener en cuenta que se trata de un pensamiento que surge de la herida.
Lo que importa es lo que hacemos a continuación. Si simplemente nos damos cuenta y lo abandonamos, por ejemplo, en favor de rezar por el alma del difunto, será mejor. Si dejamos que se desarrolle, se volverá contra nosotros.
Identificar y canalizar emociones
Debemos distinguir entre las emociones e incluso los pensamientos que surgen automáticamente, derivados de experiencias traumáticas, y su posterior cultivo y desarrollo. Los investigadores y terapeutas que trabajan con víctimas de la violencia subrayan que para recuperar la paz interior, para liberarse realmente de la esclavitud del agresor, es necesario reelaborar positivamente las emociones vividas.
Las reacciones adecuadas son el alivio y el duelo por lo que se ha perdido como consecuencia de ser víctima. Al final de este proceso, que puede ser largo, la verdadera liberación viene de una actitud de perdón. Esto no significa condonar la violencia, sino limpiar el corazón y las emociones. Quienes alimentan el odio hacia el maltratador siguen siendo sus víctimas y sufren incluso muchos años después de su muerte.
Por eso, tras la primera conmoción y emoción por la muerte del perseguidor, comienza el duelo por lo que nos ha quitado. Su culminación es el perdón. Este es el único camino hacia la salud emocional. Nuestro sufrimiento se agrava al revivir el odio hacia esa persona y alimentarlo.
¿Era posible sentir alegría tras la muerte de, Hitler, por ejemplo? Muere un hombre que tenía sobre su conciencia millones de vidas inocentes. De nuevo: lo más apropiado es sentir alivio y, en el plano de la razón, decir que es bueno que esa persona no haga más el mal.
Esto debería ir acompañado de una reflexión: ¿qué hizo que una persona así llegara al poder? ¿Qué podemos hacer para evitarlo en el futuro?
Deshumanizar a la persona
La despersonalización facilita la aprobación del asesinato y la violencia contra un grupo específico de personas. También es la base para aprobar el aborto. Si tratamos al niño en desarrollo en el vientre de la madre como un conjunto de tejidos, o incluso lo llamamos "parásito", es más fácil justificar este asesinato.
Por lo tanto, hay una cosa que cada uno de nosotros puede hacer: darnos cuenta de todas las manifestaciones de deshumanización y expresar nuestra oposición a ellas en nuestra vida cotidiana. Esto pone freno al consentimiento masivo de dañar a los demás.
¿Y si muere alguien que no tiene la muerte de personas en su conciencia, pero difunde opiniones que consideramos dañinas?
En este caso, la mejor respuesta es rezar por el fallecido. Aquí no hay lugar para emociones negativas fuertes. No hemos sido víctimas, simplemente no estábamos de acuerdo con sus opiniones.
Podemos sentirnos aliviados por su muerte, pero no hay lugar para mostrar alegría o satisfacción. Cualquier acción activa -por ejemplo, publicaciones en las redes sociales expresando satisfacción por la muerte- no hace sino intensificar el mal y las emociones negativas, alimentando el odio contra quienes tienen opiniones similares a las del fallecido. No es sólo una actitud indigna de un cristiano, sino sencillamente perjudicial, para nosotros y para los demás.
El problema de Internet y los algoritmos que alimentan la agresividad
Desde hace tiempo se sabe que los algoritmos de las redes sociales, diseñados para mantenernos conectados el mayor tiempo posible, promueven los contenidos que despiertan las emociones más fuertes. Y nada retiene tanto nuestra atención como la agresividad. A menudo no se basa en hechos, sino en detracción, información falsa o exagerada. Teniendo esto en cuenta, merece la pena vigilar de cerca nuestro comportamiento en línea.
Me inspiró para escribir este post la tormenta que se desató en las redes sociales tras el asesinato del conferenciante estadounidense Charlie Kirk, sobre el que escribí el día de su muerte.
Algunos internautas -incluso en Polonia- montaron en cólera. Hubo insultos, calumnias (se le acusó falsamente, entre otras cosas, de querer lapidar a homosexuales, etc.) y eufóricas muestras de alegría. Los peores mensajes estaban llenos de vulgaridades, expresaban satisfacción por haber sido asesinado delante de sus hijos e incluso deseaban que les ocurriera lo mismo a ellos.
Por Bogna Bia?ecka para Aleteia








