Finalmente, el club logró un acuerdo con Romaña y se abonó la deuda correspondiente al mes de agosto.
San Lorenzo pagó la deuda con Romaña: cómo sigue la crisis institucional en Boedo San Lorenzo pagó la deuda con Romaña: cómo sigue la crisis institucional en Boedo
San Lorenzo atraviesa una crisis institucional profunda, aunque recibió una buena noticia al evitar un posible éxodo de Jhohan Romaña. El defensor central, de 27 años, había intimado al club y podía quedar libre por falta de pago. Finalmente, el club logró un acuerdo con Romaña y se abonó la deuda correspondiente al mes de agosto.
El zaguero no fue el único que recibió pagos: desde la institución informaron que se abonaron los sueldos de agosto a los contratos más bajos del plantel profesional. El dinero ingresó a través de regalías anticipadas de la marca que viste al club, un recurso que ya se utilizó meses atrás cuando el plantel se declaró en huelga antes de los cuartos de final del Torneo Apertura, encuentro en el que San Lorenzo venció a Argentinos Juniors.
La amenaza de quiebra sigue latente
A pesar de esta noticia positiva, la situación en Boedo sigue siendo delicada. Este martes 21 de octubre vence el plazo para pagar lo adeudado al Fondo Suizo, que solicitó la quiebra del club por una cifra cercana a 4,7 millones de dólares. Desde el club admiten que es poco probable reunir la totalidad de ese monto y apuntan a renegociar un plan de pagos para evitar la declaración de quiebra.
Desde la institución explican que la quiebra requiere cesación de pagos, es decir, que el patrimonio del club sea insuficiente para cumplir con sus obligaciones. Por el momento, los empleados continúan cobrando sus sueldos, aunque persisten atrasos con algunos integrantes del plantel profesional.
Qué implicaría la quiebra para San Lorenzo
Si se decretara la quiebra, la Justicia designa un síndico encargado de administrar las finanzas del club. Esta figura tendría facultad para disponer de los activos y generar recursos destinados a cancelar las deudas pendientes. Además, contaría con un plazo de tres años para regularizar el pasivo y evitar la disolución del club o la subasta de sus bienes.
Por ahora, el Ciclón busca sostener su economía y renegociar sus compromisos, en medio de un contexto institucional y financiero muy complejo que mantiene en vilo a socios, dirigentes y jugadores.








