Por Luz Ivonne Ream
De necesidades a heridas emocionales en la adultez De necesidades a heridas emocionales en la adultez
Muchas veces nos mostramos con aparente seguridad, que no es más que orgullo y soberbia disfrazada de invulnerabilidad, nos cobrará la factura. Es una realidad y nos guste o no somos seres emocionales "necesitados" de muchísimas cosas, en especial de amor, cariño, ternura, comprensión, afecto, protección, entre otras más. La manera en que estas necesidades fueron satisfechas en la niñez determinará la forma en que actuaremos como adultos.
Nacemos con ciertas necesidades emocionales impresas en nuestro espíritu, mismas que necesariamente deben ser saciadas. Conforme vamos creciendo, vamos presentando diferentes necesidades, así como también nuevos miedos que desbloqueamos a raíz de alguna necesidad que no fue bien atendida, generando heridas en nuestro corazón.
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La buena noticia es que toda herida puede sanarse para que después nosotros podamos dar y recibir el amor de una manera más sana y consciente.
Heridas que no se ven, pero son profundas
Nuestro cuerpo puede sufrir heridas por un accidente o agresión. De la misma manera que, hay heridas en nuestras emociones, en nuestra fe, en el amor, etc.
Cuando una persona ha estado en una relación afectiva profunda y esta persona es traicionada esta sufre una herida emocional. Podemos decir que su cuerpo está sano pero la persona interiormente está herida. Lo que pasa en nuestro cuerpo, pasa en nuestro espíritu y emociones. Hay heridas, tanto del cuerpo como del alma, que se vuelven crónicas y que parece que no cicatrizan.
Por ejemplo, esa niña que estaba en el colegio muy bien cuidada, se sentía como pez en el agua y por momentos hasta la dueña del instituto. Todo iba bien durante el día, pero nada más llegaba la hora de la salida y sufría tremendamente porque de manera continua olvidaban recogerla, ella se sentía abandonada y no amada.
La niña creció con una profunda huella de abandono y por años vivió con terror al desamparo. Creció y boicoteaba todas sus relaciones; inconscientemente ella abandonaba antes de que a ella la abandonaran. Ese fue el mecanismo de defensa que desarrolló.
Toda necesidad emocional no resuelta eventualmente desembocará en heridas emocionales y estas pueden ser tan leves o profundas como nosotros lo permitamos, es decir, en la edad adulta hay que hacernos responsables de sanarlas o estas se volverán tan crónicas como un cáncer emocional.
Necesidad emocional - herida emocional
Aprecio > Sentimientos de insignificancia, descrédito, desprecio
Apoyo > Sentimientos de angustia, agobio, desesperación, desamparo, abandono, crítica
Aceptación > Sentimientos de rechazo, de dejar de creer en sí mismo y dificultad para comprender su valor
Afecto > Sentimientos de indiferencia, antipatía, odio, rencor, aborrecimiento; no querido y no amado e incapaz de ser dar y recibir amor
Aprobación > Sentimientos de desaprobación, disconformidad, negativa
Atención > Sentimientos de descortesía, desconsideración, aislamiento e ignorado
Alentar / Animar > Sentimientos de desánimo, renuncia, desilusión, desmoralización, depresión, desmotivación
Consuelo > Sentimientos de dolor, desconsuelo, angustia, desesperanza
Respeto > Sentimientos de temor, aprensión, desprecio, recelo, desconsideración, desconfianza, de insignificancia, ultrajado
Seguridad > Sentimientos de desprotección, desamparo, miedo, inseguridad
Paz > Sentimientos de intranquilidad
Toda herida tiene una raíz
Estas son solo algunas de nuestras necesidades emocionales y, como vemos, toda herida emocional tiene su raíz en una necesidad emocional no satisfecha. Por eso, es importante que descubramos lo antes posible las cargas emocionales que ya no nos corresponde llevar. Así como las heridas en el cuerpo nos van dejando huellas en forma de cicatrices, las heridas emocionales merman nuestro carácter y bienestar, nuestra actitud y personalidad.
Las heridas emocionales "no son pecado", pero sí nos hacen más vulnerables a caer. Por ello, tenemos que tener claro que estas heridas pueden desembocar en problemas emocionales severos y que no sanarán "únicamente" con el paso del tiempo, es decir, no se resolverán por sí solas.
Fuente: Aleteia








