Según documentos filtrados por The Washington Post, el presidente venezolano solicitó misiles, radares y asistencia técnica a Moscú. También habría gestionado ayuda con China e Irán.
Maduro pidió apoyo militar a Putin ante el despliegue de Estados Unidos en el Caribe Maduro pidió apoyo militar a Putin ante el despliegue de Estados Unidos en el Caribe
El presidente de Venezuela, Nicolás Maduro, envió una carta confidencial a su par ruso Vladimir Putin solicitando apoyo militar ante el creciente despliegue de fuerzas estadounidenses en el Caribe. La información fue revelada por The Washington Post, que citó documentos internos del gobierno norteamericano recientemente filtrados.
En la misiva, Maduro pidió a Moscú misiles antiaéreos, radares, asistencia técnica y la reparación de aeronaves Sukhoi, además de un plan de financiamiento por tres años gestionado a través de la corporación estatal Rostec, especializada en la industria de defensa rusa.
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La carta habría sido enviada en medio de una escalada de tensiones con Washington, que en los últimos meses incrementó su presencia naval en el Caribe y llevó adelante operaciones militares contra embarcaciones presuntamente vinculadas al narcotráfico venezolano.
Contactos con China e Irán
El documento filtrado también revela gestiones paralelas de Caracas ante Pekín y Teherán. Según las filtraciones, el gobierno venezolano pidió a China ampliar la cooperación militar y acelerar la entrega de sistemas de radar, mientras que el ministro de Transporte, Ramón Celestino Velásquez, habría coordinado con Irán el envío de equipamiento militar, drones y sistemas de interferencia GPS.
Moscú: apoyo político, pero sin compromisos concretos
La reciente llegada a Caracas de un avión ruso Ilyushin Il-76, sancionado por Estados Unidos en 2023 por transportar armas y mercenarios, confirmó que los vínculos militares entre ambos países siguen activos, aunque en menor escala.
Especialistas consultados por el Post advierten que el compromiso de Rusia con Venezuela ya no tiene el peso que tuvo durante el gobierno de Hugo Chávez.
"La atención rusa está centrada en Ucrania", señaló Douglas Farah, presidente de la consultora IBI Consultants. "Han invertido poco capital político en defender a Maduro".
Si bien Putin firmó este mes un nuevo tratado estratégico con Caracas, el texto no contempla asistencia militar directa, sino menciones generales a la cooperación en defensa.
"Habla de colaboración, pero sin compromisos concretos", explicó el académico ruso Victor Jeifets, especialista en América Latina.
El contraste con 2019 cuando Moscú llegó a enviar tropas a Caracas muestra el cambio de prioridades del Kremlin. Hoy, Rusia busca mantener presencia simbólica en la región, pero sin arriesgar un enfrentamiento con Estados Unidos.
Escalada en el Caribe
La carta de Maduro coincide con la intensificación de las operaciones estadounidenses en el Caribe. El gobierno de Donald Trump ha justificado bombardeos contra embarcaciones acusadas de transportar drogas vinculadas al régimen venezolano. Más de 60 personas murieron desde septiembre, según fuentes locales, aunque Washington no presentó pruebas concretas sobre esos supuestos vínculos con el narcotráfico.
El despliegue del portaaviones USS Gerald Ford, el más moderno de la Marina estadounidense, marcó un punto de inflexión. Para Caracas, representa una "amenaza directa" a su soberanía; para el Pentágono, una demostración de fuerza disuasiva.
Desde Moscú, el Kremlin expresó "preocupación por la escalada en el Caribe" y pidió resolver la situación "conforme al derecho internacional", evitando implicarse de manera directa.
Una alianza de conveniencia y petróleo
Más allá del frente militar, Rusia mantiene intereses económicos significativos en Venezuela, especialmente en el sector energético. Empresas estatales rusas participan en tres emprendimientos conjuntos que producen más de 100.000 barriles diarios, equivalentes al 11% de la producción venezolana, y generan alrededor de 67 millones de dólares mensuales.
Moscú también posee derechos de exploración sobre los yacimientos de gas Patao y Mejillones, valuados en hasta 5.000 millones de dólares. Sin embargo, las sanciones occidentales y la competencia con China redujeron drásticamente la inversión rusa en los últimos años.
"La realidad es que Rusia ya no está invirtiendo en Venezuela", resume Francisco Monaldi, director del Programa de Energía Latinoamericana de la Universidad Rice, detalla el portal de Escenario Mundial.








