Los días previos, las familias limpian y adornan panteones, sepulcros o nichos, preparando altares y arreglos florales, para recibir a los visitantes que llegan desde distintos puntos de la provincia e incluso de otras provincias.
Greta, desde Alemania, vivió por primera vez la tradicional "Alumbrada'' santiagueña Greta, desde Alemania, vivió por primera vez la tradicional "Alumbrada'' santiagueña
Cientos de personas se reunieron la noche del sábado 1 de noviembre en el cementerio de La Vuelta de la Barranca, en Santiago del Estero, para participar de la tradicional "Alumbrada", un ritual ancestral que combina devoción, memoria y encuentro familiar, iluminando las tumbas con velas como símbolo de recuerdo. Los días previos, las familias limpian y adornan panteones, sepulcros o nichos, preparando altares y arreglos florales, para recibir a los visitantes que llegan desde distintos puntos de la provincia e incluso de otras provincias.
En los alrededores del cementerio se montan puestos de comida, bebidas, velas, flores y ropa, junto con vendedores ambulantes que completan el paisaje popular. La jornada se extiende durante toda la noche: se reza, se conversa, se comparte comida típica y se permanece junto a las tumbas hasta altas horas de la madrugada. Más que un ritual religioso, la Alumbrada es un acto comunitario de amor y memoria, que mezcla el rito cristiano con antiguas creencias del norte argentino y mantiene vivo un encuentro de luz, fe y memoria colectiva que trasciende generaciones.
Experiencia internacional
Greta, una visitante alemana que participó por primera vez de la celebración con una familia local, compartió su impresión:
"Aquí estoy la primera vez con esta familia y hemos visitado La Vuelta de la Barranca. Estaba muy especial porque no tenemos casitas como estas en Alemania. Allí los muertos están debajo de la piedra, es muy diferente. Y sí, estaba muy especial estar aquí, me encontré con el cajón de un bebé que estaba muy chiquito en la casita de esta familia. Pudimos prender velas y recordar a este bebé y a todas las otras personas. Fue una experiencia muy especial."
Su testimonio evidencia cómo la Alumbrada no solo conecta a los santiagueños con sus muertos, sino que también sorprende y emociona a quienes vienen de otras culturas, mostrando la riqueza y singularidad de esta tradición.
Una vecina con raíces en La Vuelta de la Barranca recordó la tradición familiar: "Mi padre es de la zona de La Vuelta de la Barranca, de apellido Cáceres. Siempre nos han traído aquí, por nuestros abuelos y tíos. Para nosotros es normal venir de noche, y ahora lo hacemos con nuestros hijos y sobrinos. Tenemos una casita grande para algún día estar con nuestros padres y seres queridos. Venimos todos los años y durante el mes, una o dos veces más. Transformamos el dolor con anécdotas y recuerdos. Hoy compartimos mate, jugo o gaseosa, y recordar es la mejor forma de pasar el dolor. Venir aquí es como estar más cerquita de ellos y acompañarlos en este día tan especial."
La Alumbrada en La Vuelta de la Barranca continúa siendo un reflejo del amor, la memoria y la tradición que unen a los vivos con los muertos en Santiago del Estero.








