"Quesito" Albarracín mató a "Shito" Pogonza por diferencias. Los involucrados residían en el mismo barrio. El acusado no pudo zafar.
Ocho años de prisión por un homicidio tras pelea callejera Ocho años de prisión por un homicidio tras pelea callejera
Después de casi dos años y medio de investigación y audiencias judiciales, el Tribunal en lo Criminal de la Capital provincial dictó sentencia en una de las causas más resonantes de los últimos tiempos en el departamento General Taboada.
Marcos "Quesito" Albarracín fue condenado a ocho años de prisión efectiva por el homicidio simple de Sergio "Shito" Pogonza, ocurrido la madrugada del 26 de mayo de 2023 en el barrio Obrero de la ciudad de Añatuya. Fue un enfrentamiento entre personas con varios antecedentes penales por diferentes causas.
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Rivalidad y crimen
De acuerdo con la investigación fiscal, aquella noche Pogonza celebraba su cumpleaños en una vivienda del barrio cuando, cerca de la medianoche, decidió retirarse intempestivamente del festejo para dirigirse hacia un quiosco y allí se cruzó con Albarracín. Entre ambos existía una antigua enemistad, que —según relataron los testigos— estaba relacionada con conflictos por el consumo y la venta de estupefacientes en la zona.
Minutos después, en plena vía pública, ambos hombres se encontraron y protagonizaron una violenta pelea con armas blancas, que culminó con Pogonza gravemente herido.
A pesar de haber sido trasladado de urgencia al Hospital Zonal, falleció pocas horas más tarde a causa de una profunda herida en el tórax.
El debate oral contó con la participación de múltiples testigos. Declararon la madre y el hermano del acusado, además de vecinos del barrio Obrero y peritos que intervinieron en la investigación.
Durante las audiencias, se reconstruyeron los momentos previos al enfrentamiento y las circunstancias en las que se produjo la agresión mortal.
En sus alegatos finales, la fiscal María Emilia Ganem solicitó una condena de nueve años de prisión, al sostener que Albarracín "actuó con plena conciencia y clara intención de matar". "Ningún testimonio puede desdibujar la verdad de los hechos —afirmó la fiscal—. La víctima fue atacada con un arma blanca en una zona vital del cuerpo, lo que evidencia la intención homicida".
Por su parte, la defensa técnica de Albarracín pidió su absolución o, en su defecto, una reducción sustancial de la pena, argumentando que el acusado actuó en legítima defensa.
Según la versión presentada, Pogonza habría sido quien lo buscó aquella noche, lo provocó y lo atacó primero, obligando a Albarracín a reaccionar.
Este pedido fue rechazado por el Tribunal, según se pudo saber.
