El equipo mendocino igualmente habría descendido aun ganando, debido a que Aldosivi venció a San Martín de San Juan, el otro conjunto que perdió la categoría esta temporada.
Godoy Cruz y San Martín (SJ) descendieron en una definición vibrante y Aldosivi logró una permanencia épica Godoy Cruz y San Martín (SJ) descendieron en una definición vibrante y Aldosivi logró una permanencia épica
El fútbol argentino vivió este sábado una de sus jornadas más electrizantes del año: Godoy Cruz y San Martín de San Juan perdieron la categoría, mientras que Aldosivi protagonizó una remontada memorable que le permitió asegurarse un lugar en la Primera División. Todo se resolvió en los últimos minutos, en medio de resultados cruzados y una tensión que mantuvo en vilo a tres provincias.
En Mendoza, el Tomba igualó 1-1 ante Deportivo Riestra y no logró sumar la victoria que lo hubiera dejado con vida en la pelea por un eventual desempate. Nicolás Benegas abrió el marcador para el Malevo y Santiago Andino selló la igualdad para los mendocinos. Con este resultado, Godoy Cruz descendió a la Primera Nacional y Riestra, que también quedó sin chances de alcanzar la Copa Libertadores 2026, obtuvo igualmente una recompensa: terminó 5° en la tabla anual y clasificó a la Copa Sudamericana 2026.
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La emoción plena se vivió en Mar del Plata, donde Aldosivi superó por 4-2 a San Martín de San Juan en un duelo cambiante y de alto voltaje. En una última media hora frenética, el Tiburón revirtió la historia con los tantos de Santiago Moya, Franco Rami, Justo Giani y Ayrton Preciado, convirtiendo el Minella en una fiesta. Para los sanjuaninos, los goles de Santiago Barrera y Tomás Fernández no alcanzaron para evitar el golpe.
Con esta combinación de resultados, Aldosivi consiguió una permanencia heroica, mientras que San Martín (SJ) acompañará a Godoy Cruz en el duro torneo de la Primera Nacional, detalla el portal de NA.
Así, entre festejos, lágrimas y definiciones al límite, quedó sellado un cierre de temporada que será recordado por su dramatismo y su imprevisibilidad, demostrando una vez más por qué el fútbol argentino es sinónimo de emoción extrema.
