El papa León XIV llegará mañana y permanecerá en el país del Cedro hasta el 2 de diciembre. El santiagueño Daniel Ayuch, profesor del Nuevo Testamento en la Universidad del Balamand y residente en Ain Saade, brindó reflexiones a EL LIBERAL acerca de la importancia de esta presencia del Santo Padre.
Un santiagueño, en la llegada del Papa al Líbano Un santiagueño, en la llegada del Papa al Líbano
-¿Qué representa para los libaneses la visita de León XIV?
-Para el pueblo libanés, la visita de Su Santidad es, ante todo, un acto de reconocimiento de su dignidad y resiliencia. En un momento de grandes desafíos sociales y políticos, la llegada del líder de la Iglesia Católica Romana es vista como un respaldo moral por parte de la comunidad internacional. El papa León XIV trasciende la fe cristiana, siendo percibido como una autoridad espiritual y moral que valida el sufrimiento y el espíritu tenaz del pueblo. Su presencia subraya la identidad única del Líbano como el único modelo en la región donde conviven 18 confesiones diferentes, reforzando la convicción de que este pluralismo es un valor universal que debe ser protegido y celebrado.
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-¿La visita del Santo Padre al país de los Cedros es simbólica o consideras que es un signo inequívoco de que Líbano no está olvidado?
-Es ambas cosas, y su impacto reside en esa perfecta conjunción. El simbolismo es profundo: la Santa Sede reitera su compromiso histórico y espiritual con el Líbano, cuna milenaria de la cristiandad en Oriente. Sin embargo, también es un signo concreto. Detrás del gesto público opera la diplomacia vaticana que mantiene al Líbano en la agenda internacional y presiona a los actores regionales hacia la estabilidad. Para los libaneses en general, la visita es una interrupción del olvido, combatiendo la desesperación que impulsa la emigración y demostrando de forma tangible que la comunidad internacional considera al Líbano vital para el equilibrio de la región.
-"El Líbano es un mensaje y este mensaje es un proyecto de paz", ha dicho el papa Francisco en el 2021. ¿Cómo impacta esto en un Líbano en crisis?
-Esta poderosa frase es un llamado a la acción. Al definir la convivencia libanesa como un "proyecto de paz", insta a que se abandone la resignación y se asuma la responsabilidad cívica y ecuménica. Sus palabras impactan en la situación actual al recordar que la paz no es solo la ausencia de conflicto, sino la tarea constante y activa de convivencia entre todas las partes. Es una exhortación a la unidad nacional como la única vía para superar los desafíos económicos y políticos. La visita refuerza la fe en que la resiliencia libanesa, forjada en el diálogo y la colaboración, es la clave para la reconstrucción y el verdadero "mensaje" (risalah, en árabe) que el país ofrece al mundo.
-Las informaciones dan cuenta que en el Líbano, León XIV intentará apoyar a una comunidad cristiana que ha sufrido durante mucho tiempo, así como a los libaneses de todas las religiones que aún exigen justicia por la explosión en el puerto de Beirut en 2020. ¿Cuál es tu mirada sobre esto?
El Papa asume una doble misión esencial. Primero, el apoyo a la comunidad cristiana es existencial, buscando alentar a los cristianos a anclar su presencia como constructores de puentes y agentes de la sociedad civil. El mejor apoyo es reforzar su papel de pacificadores (Mateo 5:9). Segundo, la demanda de justicia por la explosión del puerto de Beirut en 2020 es una causa universal. La impunidad por la tragedia es una afrenta a la dignidad humana. Al vincular su apoyo a la fe con la exigencia de justicia, León XIV eleva la verdad y la responsabilidad a un imperativo moral indispensable para la reconciliación social.
-También resaltan que la visita ofrecerá a León XIV varias ocasiones para hablar sobre las tensiones regionales en general, las relaciones católico-musulmanas y la decreciente presencia de cristianos en Oriente Medio. ¿Cuál es tu punto de vista sobre estos ítems?
El Líbano actúa como plataforma para abordar estos grandes desafíos. Respecto a las tensiones regionales, el Papa puede apelar a la no injerencia y la estabilidad como un bien común. En cuanto a las relaciones católico-musulmanas, la visita da continuidad al espíritu de la fraternidad humana, reforzando el diálogo más allá de la tolerancia, hacia la colaboración en la construcción de la sociedad. Finalmente, sobre la menguante presencia cristiana, el mensaje será un llamado urgente a la comunidad internacional para apoyar iniciativas que permitan a los cristianos permanecer en su tierra ancestral como ciudadanos plenos, preservando el alma plural del Oriente Medio.
Oración silenciosa en el puerto
- ¿Qué esperan los libaneses cuando León XIV realice una oración silenciosa en el sitio de la explosión del puerto de Beirut del 4 de agosto de 2020?
-La escena del puerto será uno de los momentos más emotivos del viaje. Los libaneses esperan la validación profunda de un trauma sin sanar. El silencio del Papa en ese lugar de muerte es un luto compartido, un acto de pura empatía que honra a las víctimas y sus familias. Es, a la vez, un grito de justicia silencioso y enérgico dirigido a la élite política y judicial local e internacional, intercediendo por la verdad y la responsabilidad. Este acto litúrgico busca convertir el lugar del desastre en un punto de partida espiritual para la sanación nacional y la fe en la reconstrucción.
-¿Hay esperanzas entre los libaneses de que el Papa exija responsabilidad a la clase política e insista en que no puede haber paz sin verdad y justicia?
-Las esperanzas son extremadamente altas. El Papa es visto como una de las pocas figuras actuales con suficiente autoridad moral capaz de instar a la clase política a hacer un cambio. Se espera que León XIV recuerde a los líderes el principio fundamental de que no puede haber paz duradera sin verdad y justicia. La gente necesita este respaldo moral para legitimar su lucha interna por una gobernanza transparente y responsable, indispensable para la estabilidad a largo plazo.
-Otro gran momento será cuando León XIV se reúna con jóvenes libaneses.
-Este encuentro es vital para el futuro. La juventud libanesa es brillante, multilingüe y educada, pero enfrenta la tentación de la emigración debido a la desilusión con la política, la situación económica y la poca estabilidad social. El Papa seguramente comenzará por validar la frustración de los jóvenes ante los fracasos de la generación adulta. Se espera que su mensaje central sea un llamado a la acción heroica. La juventud es la fuerza de reconciliación más efectiva que tiene el país. Probablemente, el Papa les instará a canalizar su energía no en la huida, sino en la construcción de una nueva sociedad civil, recordándoles que el verdadero acto de fe es quedarse y asegurar que el futuro del Líbano no sea hipotecado por los errores del pasado.
La visita del Papa León XIV es un poderoso recordatorio de que el Líbano no es solo un mapa político, sino un ideal. Su llegada insufla una nueva esperanza de unión y solidaridad en el espíritu libanés. El futuro no es un destino ineludible; es una promesa que, con la guía espiritual de Su Santidad, los libaneses de todas las confesiones están llamados a cumplir.









