"Hoy los jovenes están cansados de promesas, quieren acción inmediata. Tenemos que actuar"

El misionero argentino,Pedro Opeka referente mundial y candidato al Premio Nobel de la Paz, por ser artífice de una titánica labor humanitaria en Madagascar, concretó su anunciada visita a Santiago del Estero, donde dejó un contundente mensaje de reivindicación de los más desprotegidos: "Hoy los pobres están cansados de promesas, quieren que haya acción inmediata".

Este sábado 29 de noviembre, en el marco de una visita a la Arquidiócesis local, el conocido como "apóstol de la basura", "el albañil de Dios" o "el santo de Madagascar", compartió su experiencia de vida, fe y servicio con la comunidad en un encuentro abierto en el colegio San José.

Allí, acompañado por el arzobispo de Santiago del Estero, monseñor Vicente Bokalic, con quien fueron compañeros en la congregación de los Padres Vicentinos, también oficiaron una misa.

En su testimonio, el padre Opeka expresó: "En Madagascar yo nací por segunda vez", donde compartió camino con "una gente extraordinaria, muy alegre, pero que la extrema pobreza les quitó un poco esa alegría. La extrema pobreza es como una cárcel que mata el espíritu".

Eso le cambió la vida: "Allí me fui un día al basurero de la capital y ahí yo comencé una vida nueva como sacerdote, como cristiano, como ser humano. ¿Cómo puede ser que la sociedad, la nación, olvide a esos chicos, a esos jóvenes, a esos padres de familias en un basurero? Que eran miles".

De allí su convicción: "Tenemos que actuar. Hay demasiadas palabras, hay demasiados discursos y poca acción. Hoy los pobres están cansados de promesas, quieren que haya acción inmediata. Y cuando usted cumple lo que dice, la gente lo sigue y trabaja, trabaja porque le tiene confianza. Yo nunca pensé que lo que vamos a hacer va a impresionar más allá de la frontera. Cuando comenzamos a rezar eran 40 personas".

"Hoy, 36 años más tarde, somos más de 10.000. Más de 10.000 personas que rezan todos los domingos. Y a esa misa vienen turistas del mundo entero, sin que nosotros los hayamos invitado. Yo digo, mirá cómo un lugar que fue lugar de sufrimiento, de dolor, de muerte, de violencia, de envidia, hoy es un lugar donde se junta la gente del mundo entero. Esa fue ......