Por el Dr. Ricardo Passone.
Las 4 enfermedades oculares frecuentes en la vejez: claves para detectarlas Las 4 enfermedades oculares frecuentes en la vejez: claves para detectarlas
A medida que avanza la edad, los controles oftalmológicos permiten identificar y tratar a tiempo los problemas más habituales de los ojos. El diagnóstico precoz resulta fundamental para mantener la agudeza visual y la autonomía en la vida adulta.
Los controles visuales regulares permiten detectar enfermedades oculares en adultos mayores y preservar la autonomía en la vejez.
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A medida que la población envejece, los ojos experimentan transformaciones que aumentan el riesgo de enfermedades capaces de poner en jaque la autonomía y reducir la calidad de vida.
Estudios realizados advierten que la detección temprana, a través de exámenes oculares regulares, es clave para identificar y tratar a tiempo afecciones. Estas afectan con mayor frecuencia a los adultos mayores y pueden disminuir la independencia si no se tratan adecuadamente.
Si bien el envejecimiento ocular constituye un proceso inevitable, existen estrategias de prevención y opciones terapéuticas que resultan determinantes para conservar la función visual por más tiempo. A continuación, se detallan las cuatro enfermedades oculares más frecuentes en la vejez y sus principales características.
1. Cataratas
Las cataratas representan la causa más común de visión borrosa en las personas mayores. Esta afección consiste en la pérdida progresiva de transparencia del cristalino, lo que provoca dificultad para enfocar, deslumbramientos con las luces y una percepción apagada de los colores. Su desarrollo es gradual, por lo que los síntomas suelen pasar desapercibidos durante los primeros años, hasta que la pérdida visual se vuelve significativa y afecta la vida cotidiana.
La detección temprana de cataratas mediante exámenes oftalmológicos ayuda a evitar la pérdida de visión y mejora la calidad de vida.
Son los oftalmólogos quienes pueden detectar estos cambios mediante exámenes de rutina, que incluyen revisiones de la agudeza visual y valoración del cristalino.
Si bien la cirugía para extraer el cristalino opaco y colocar una lente artificial es actualmente el tratamiento más efectivo y seguro, no existe un momento universal para la intervención: la decisión se basa en el impacto que la catarata tiene en las actividades diarias del paciente.
2. Glaucoma
El glaucoma suele estar relacionado con el aumento de la presión intraocular debido a la acumulación de líquido en la parte frontal del ojo, lo que presiona y daña el nervio óptico de forma irreversible. Esta enfermedad avanza sin síntomas evidentes hasta etapas avanzadas, por lo que su detección temprana depende de controles preventivos.
La tonometría, junto con el examen del nervio óptico y pruebas de campo visual, es fundamental para el diagnóstico precoz. El tratamiento, que incluye colirios, láser o cirugía, busca reducir la presión ocular y evitar daños mayores, ya que la pérdida visual causada por glaucoma no se recupera.
3. Degeneración macular asociada a la edad (DMAE)
La degeneración macular asociada a la edad dificulta tareas cotidianas y requiere diagnóstico precoz para frenar su avance.
La degeneración macular asociada a la edad afecta la mácula, una pequeña zona en el centro de la retina imprescindible para la visión nítida y central. Esta enfermedad puede dificultar tareas tan habituales como leer, reconocer rostros o conducir. Existen dos formas principales:
DMAE seca: Es la más frecuente y progresa lentamente. Se caracteriza por el adelgazamiento de la mácula y la acumulación de depósitos denominados drusas.
DMAE húmeda: Es menos común pero más agresiva. Ocurre cuando vasos sanguíneos anormales crecen bajo la retina, provocando una rápida y grave pérdida de visión.
Diversas terapias han demostrado eficacia: en el caso de la forma seca, ciertos complejos vitamínicos de alto contenido en antioxidantes logran ralentizar la progresión. Para la forma húmeda, las inyecciones de fármacos antiangiogénicos y el láser han permitido preservar la visión o retrasar el avance de la enfermedad. La detección temprana mejora de forma significativa el pronóstico.
4. Retinopatía diabética
La retinopatía diabética ocurre cuando el exceso de glucosa daña los vasos sanguíneos de la retina, generando micro aneurismas y hemorragias que, si progresan, pueden afectar gravemente la visión, se recomienda un control estricto de la glucemia y la presión arterial para prevenirla.
La cirugía de cataratas y los tratamientos con láser o medicamentos ofrecen soluciones efectivas para las principales enfermedades visuales en la vejez.
Los tratamientos incluyen láser, medicamentos intravítreos y, en casos graves, cirugía. Los controles oftalmológicos periódicos son fundamentales, ya que la enfermedad puede avanzar sin síntomas visibles.








