Reforma laboral: el ambicioso plan libertario en el Senado choca con un escenario complejo

Tras un comienzo accidentado en el Senado, el Gobierno libertario insiste en avanzar contra reloj con la reforma laboral. El plan oficial contempla la realización de tres plenarios de comisiones, la eventual incorporación del Presupuesto 2026 al temario y una sesión antes de que finalice el período de sesiones extraordinarias, previsto para el 30 de diciembre. Con escasas ventanas para el recinto, en la Casa Rosada analizan sesionar el sábado 27 o, en su defecto, el lunes 29.

Antes de llegar a ese punto, deberán cumplirse varios pasos clave. El primero está fijado para el martes, cuando los jefes de bloque participen de la reunión de Labor Parlamentaria, desde las 11, con el objetivo de definir la integración de las comisiones que intervendrán en el tratamiento del proyecto. Sólo se conformarán aquellas vinculadas a las iniciativas incluidas por el Ejecutivo en el temario. Para la reforma laboral, finalmente se optó —pese al deseo inicial del oficialismo— por las comisiones de Trabajo, que actuará como cabecera, y de Presupuesto y Hacienda.

Aun con el impulso que le da su crecimiento legislativo, La Libertad Avanza sabe que el desafío es mayúsculo: con 21 senadores propios, todavía necesita al menos 16 más para alcanzar el quórum. Antes de eso, deberá resolver una delicada negociación interna y externa por la distribución de cargos en comisiones. Entre nuevos libertarios que buscan visibilidad en sus provincias, aliados que reclaman compensaciones y bloques menores a los que habrá que seducir con gestos concretos, el clima se vuelve cada vez más tenso en la Cámara alta.

Superado el escollo del martes, el oficialismo pretende convocar a plenarios de comisión entre miércoles y viernes para debatir el proyecto y avanzar hacia el dictamen. Sin embargo, incluso dentro del espacio libertario hay reparos por la velocidad del proceso. "Se eliminan leyes y se modifican tributos; todo parece demasiado acelerado", admitió a Infobae un legislador que sigue de cerca la negociación.

La posibilidad de sesionar el sábado 27 o el lunes 29 responde a una razón reglamentaria: el kirchnerismo no facilitará los dos tercios necesarios para tratar el proyecto sobre tablas, lo que obliga a respetar los plazos formales. Algunos sectores del oficialismo soñaban con un acuerdo con el peronismo para adelantar la sesión al lunes 22 y cerrar el año legislativo, una alternativa que rápidamente quedó descartada.

El interrogante de fondo es el costo político de forzar el tratamiento de todo el paquete. El kirchnerismo ha demostrado históricamente que, con los números, las reglas pueden reinterpretarse, pero La Libertad Avanza, pese a haber sumado volumen, todavía no logra dominar esa lógica. Empujar a un radicalismo dividido, a un PRO fragmentado y a bloques provinciales reticentes a acompañar de manera exprés podría profundizar el desgaste político.

A este panorama se suma el debate por el Presupuesto 2026. En Diputados ya se proyecta una sesión para el miércoles próximo y, si prospera, el presidente de la Cámara baja, Martín Menem, buscará girar rápidamente la ley de gastos al Senado, donde quedaría atrapada en medio de la discusión laboral.

La reforma fue una de las banderas que la Casa Rosada agitó durante semanas. Ahora, la realidad legislativa muestra sus límites. Mientras algunos, como Patricia Bullrich, se muestran confiados, otros dentro del oficialismo dudan. También persiste un reducido grupo de sectores heridos por el resultado electoral de octubre pasado, que apuestan a dilatar el debate y empujar la reforma hacia febrero o marzo, cuando el presidente Javier Milei vuelva a inaugurar el período ordinario de sesiones, detalla el portal de Infobae.