El hijo menor de Astor, el músico tenía 80 años y tras padecer durante años un enfisema pulmonar, este viernes falleció. Su hijo Pipi se expresó en sus redes sociales despidiéndolo con mucho amor.
Murió Daniel Piazzolla, el guardián silencioso de un legado inmortal Murió Daniel Piazzolla, el guardián silencioso de un legado inmortal
Daniel Hugo Piazzolla, el hijo menor de Astor Piazzolla y uno de los custodios más cercanos de su obra, falleció este viernes a los 80 años tras padecer durante años un enfisema pulmonar. Músico, asistente, cómplice creativo y, sobre todo, testigo privilegiado del genio que revolucionó el tango, Daniel fue una figura discreta pero clave en la historia del apellido que marcó a fuego la música argentina.
Nacido en 1945, fue el segundo hijo del compositor junto a Dedé Wolff, después de Diana, autora de la biografía Astor y fallecida en 2009. Su infancia transcurrió entre mudanzas y aprendizajes tempranos: el hogar familiar en Parque Chacabuco, la tutela de los abuelos paternos cuando Astor y su esposa partieron becados a Francia en 1954, y más tarde una temporada en Nueva York, donde la música ya era idioma cotidiano.
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El lazo artístico con su padre se consolidó a fines de los años 60, cuando Daniel comenzó a trabajar como su asistente. Pero el punto de inflexión llegó en 1973, cuando Astor quedó cautivado por el sonido del sintetizador que tocaba su hijo. De esa fascinación nació el Octeto Electrónico, una formación rupturista que llevó a Piazzolla a explorar territorios cercanos al rock y a la experimentación sonora, desafiando una vez más los límites del tango tradicional.
Más allá de los escenarios y las partituras, Daniel fue también el padre de Daniel "Pipi" Piazzolla, reconocido baterista de jazz, quien lo despidió con un emotivo mensaje en redes sociales. "Hoy se fue mi papá, el que siempre me apoyó, el que me dio la libertad de decidir y me enseñó que la familia está primero", escribió, evocando a un hombre multifacético, afectuoso, bromista y entrañable, capaz de desempeñar mil oficios y de ganarse el cariño de todos los que lo rodeaban
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Lejos del brillo, Daniel Piazzolla eligió acompañar, sostener y preservar. Fue el guardián de una herencia cultural inmensa y, al mismo tiempo, un hombre que supo construir su propio camino sin necesidad de protagonismo. Con su partida, se va una pieza íntima de la historia del tango moderno, esa que no siempre se escucha, pero que sostiene la música desde adentro
Fuente consultada: Página12.
