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Sentir la poesía desde una simbiosis de voces

09/09/2017 23:24 Viceversa
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Sentir la poesía desde una simbiosis de voces Sentir la poesía desde una simbiosis de voces

Está claro decir que en la

literatura no hay fórmulas.

La poesía nació libre y

no está sometida a reglas.

Un poco a contracorriente

de la poética actual, puede

apreciarse especialmente

en las redes sociales, voces

que apuestan a un modo

más desestructurado y

directo de hacer literatura.

Desde esta mirada, “la

espontaneidad, el uso de

imágenes cotidianas, el

trabajo con el afecto desde

un decir explícito”, son

algunos de los elementos

característicos que desde

el fan page Topos bajo la

lluvia, configuran un estilo,

un modo de expresarse

poéticamente, el cual es

inevitable.

En diálogo con VICEVERSA,

Pilar Carranza, “Mac

Pi”, explica su modo de

ver lo que pasa en el campo

literario, los contenidos

sobre los que se escriben

y cómo se prepara

la publicación del primer

poemario del grupo “Topos

bajo la lluvia”, en formato

de libro.

Vos que formas parte

de un espacio independiente

(Topos bajo

la lluvia) ¿qué encuentran

en común entre

sus integrantes sobre

los temas que están escribiendo?

-En primer lugar, no me

agrada demasiado la idea

de definir a Topos bajo la

lluvia como un espacio independiente.

Decir “espacio

independiente” es un

poco tramposo. Publicarlo,

aún más; porque de ultima,

independiente de

qué. Se lo podría asociar,

a lo mejor, como independiente

de un determinado

canon. O de una concepción

de la literatura específica

que responde quizás

a una mirada más tradicional.

Hay estilos y recursos

poéticos más dominantes

que otros. El debate,

surge cuando se visibiliza

uno en detrimento

del resto. Y cuando se

considera que esa forma

de hacer, es la mejor, o la

única válida. Por todo esto,

me gusta pensar a Topos

como independiente

de ese lugar y esas normas.

Lo cual no significa

que no tenga las suyas. Todo

texto encuentra su lógica,

por más oculta que esté.

Es cuestión de animarse

a ver el contexto en el

que está inscripto para intentar

develarla un poco,

me parece.

La espontaneidad, el uso

de imágenes cotidianas, el

trabajo con el afecto desde

un decir explícito, son

elementos característicos

que, en las topas, configuran

una decisión. Una

elección de expresión; de

lector, que es inevitable.

Y que para mí, ha estado

muy presente en el grupo

y sus comienzos, allá, en

2015. Sin embargo, también

creo, que esas formas

se han venido moldeando

y revisando a tal punto

que, aquello que parecía

(exagerando un poco),

una simbiosis de voces,

hoy son caminos estéticos

pulidos y planteos críticos

que nos diferencian

en acuerdos y desacuerdos

atravesados de todo esto.

Lo cual es posible justamente

porque al momento

de alejarnos de un determinado

espacio, construimos

otro. Yo no me identifico

con aquello, pero aun

así, no dejo de estar sujeta

a una estructura donde

se practica determinada

manera de escribir; donde

se leen determinados textos

y donde te frecuentas

con determinados autores,

talleristas y editores.

Son circuitos diferentes,

con reglas distintas, donde

hay mucho para nutrirse

y aprender y donde uno

corre el riesgo de alienarse.

Pero, experimentar

desde cualquier lado, va a

depender de la voluntad

del interesado, de su historia,

sus discusiones internas,

gustos, su relación

con la literatura y sus pares,

siempre.

¿Cómo marcha la edición

del libro de Topos

bajo la lluvia?

-Va. Yendo. Llegando.

Afuera. Chiste, chiste. Estamos

muy entusiasmadas.

Escribiendo, laburando

los textos. Hemos fijado

un plazo con la editorial

y queremos cumplirlo.

Cada una tiene su ritmo,

su ritual y su máquina

de escribir. Es todo un desafío,

pero nos gusta. Veníamos

hace mucho con

la idea de sacar un libro,

de autogestionarlo. Pero,

por una cosa u otra se nos

acababa complicando. Por

eso ha estado muy buena

la propuesta y valoramos

mucho el trabajo con

la editorial. Nos viene muy

bien. Por ahí nos pasa que

estamos en distintos escenarios

de nuestra vida cotidiana

y la gente se nos

arrima y nos pregunta por

la publicación, por cómo

vamos, o nos da alientos.

Eso genera muchísima satisfacción.

Saber que esto

que en un primer momento

surgió como un cuarteto

de amigas que volcaban

sus textos en una página

en facebook sin ser demasiado

conscientes de lo

que hacían; a hoy, escribir

para un libro. Lo vivo como

una locura. Me encanta.

Es más, por ahí te llaman

la atención en la calle

y te dicen “che, ¿por qué

no activan la página?”. Tenemos

seguidores muy

lindos y los queremos sorprender.

La fecha de presentación

estimativa es febrero

del año que viene.

Para entonces se cumpliría

otro aniversario más

del grupo, así que poniéndole

muchas pilas al proyecto.

¿Que no está diciendo

la literatura que circula

en las redes sociales,

los blogs y demás

plataformas?

-Tengo dos ideas que pueden

sonar contradictorias

acerca de lo dicho y lo no

dicho en el campo literario

pero que, sin embargo,

coexisten pasivamente en

mí. Por un lado el hecho

de pensar que en literatura

nada de lo que se dice es

nuevo. Esto, en tanto creemos

conocer o nos identificamos

con determinadas

expresiones y experiencias

que circulan actualmente

o que fueron quizás, antes

contadas o tocadas de oído

al menos. Que responden

a una época en particular

y con ella a un tejido simbólico.

Desde esta idea, lo

que importa más que lo

que se dice es el cómo se lo

dice. De ello dependerá, a

mí modo de ver, que tanto

uno logra conmover. Desde

qué lugar, con qué recursos

y de qué forma innova

eso que cree saber de

un determinado tema como

por ejemplo, la soledad.

No es lo mismo decir

“heme aquí, sólo, en la oscuridad”,

a decir “mi alma

es redonda y ustedes, pu…

cobardes, solo quieren

sentarse alrededor”. Bueno,

no sé si era el ejemplo

más preciso, pero me

gustaba. Probemos con

otro. No es lo mismo decir

“me muero por verte”,

a: “cambio a toda esta familia,

por un segundo con

vos”. El contenido es la

desesperación, por ponerle

un rótulo, pero los modos

de abordarla son distintos.

Por esto que acabo

de exponer me permitiría

decir que ya está todo dicho.

Porque los contenidos

sobre los que se escriben,

nos han sido dados;

nos preexisten. Los permitidos,

los tabúes, etc. están

adjuntos ya en nuestra

maquinita de pensar

y hacer. Las plataformas

virtuales, el flujo incesante

de información, por ahí,

amplía la red. Abre la cancha

a nuevas re-escrituras.

Nos brinda desde otros

contextos, otras miradas

sobre lo que es escandaloso

o conmovedor en literatura.

Y de acuerdo con eso,

reproducimos una cosa u

otra, un para quién quieres

escribir, un sobre qué

y desde qué lugar; a veces

más conscientes que otras,

pero todo el tiempo sujetos

a una trama sea cual

fuere. Bien. Eso por una

parte.

La segunda idea, tiene que

ver con el hecho de que

es imposible decirlo todo,

sencillamente porque todo

es inabordable. A menos

que nos adentremos

en el hecho de que cada

autor tiene su “todo” sobre

el cual habla; pero no

es esa mi intención. Se trata

simplemente de aceptar

que cuando uno escribe,

hace un recorte de la realidad.

Plasma una cosa por

sobre otra; como cuando

sacas una foto, elijes qué

mostrar. Entonces ¿qué

pasa con todo eso que no

se ve?, “¿Qué no está diciendo...?”

Y bueno, independientemente

de la plataforma,

eso ya tiene que

ver, me parece, con una

postura del autor. Lo que

calla, lo que dice y lo que

sugiere. Pero donde también

el lector está plenamente

implicado, por la

interpretación que de todo

ello hace. No nos olvidemos

que quien nos lee,

muchas veces elije, independiente

de la voluntad

del autor, dónde poner el

acento. Hace su propio recorte.

Y eso, a veces entendido

o malentendido, puede

resultar hermoso para

algunos y horrible para

otros. Es fascinante.

¿Te parece que un poema

puede dar testimonio

de un momento social

determinado o se

centra más en una historia

personal?

-Me parece que en algunos

casos puede ser la primera;

en otros la segunda; en

otros quizás ambas o algo

más que escape a la pregunta.

Creo que el destino de cada

poema tendrá que ver

con la intención del autor

detrás del mismo aunque

también, como decíamos

antes, con la lectura que se

realice de ese texto.

La literatura es una forma

de expresión y cada

quién lo hace como le sale.

No me gusta pensarla

en términos de que se centra

en esto o aquello. No es

algo que pueda guardarse

en un cajón con llave.

¿O qué?, ¿No están acaso

nuestras historias personales

atravesadas por momentos

sociales?

¿Por quiénes sientes

respeto y afecto en

el ambiente literario

santiagueño?

- Hay escritores que me

conmovieron al punto del

llanto con algunos de sus

textos tales como Natalia

Sánchez y Néstor Mendoza.

También hay autores

que me dejaron pensando

noches enteras, como Andrés

Navarro, Paula Rivero

y Claudio Rojo Cesca.

Y Santiagueños que aunque

no estén en la provincia,

hacen como que si cada

vez que los leo, generándome

una cercanía tremenda

con ellos, a través

de sus textos, muy distintos

por cierto. Sus nombres

son álvaro Méndez,

Miguel Tapia y Sofía

Landsman.

Creo haberme nutrido

muchísimo por todos ellos

desde que empecé a mostrar

lo que escribía hace

algunos años, a esta parte.

El tiempo pasa y no dejo

de querer leerlos. A ellos,

mis entrañas y respeto.

BIO MARíA

PILAR CARRBIO MARíAPILAR CARRANZA

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