Petróleo sangriento: ¿Por qué Siria? (Tercera parte) Petróleo sangriento: ¿Por qué Siria? (Tercera parte)
de Siria la convirtió en el corazón del
mundo. Así como es el corazón humano
un órgano pequeño en el cuerpo,
pero el más importante y responsable de la
vida, Siria, por más que sea un país chico de superficie
(después de haber sido dividido y achicado
a través de la guerras e invasiones desde el
comienzo de su historia registrada), es tan importante
y latente para el resto del mundo.
Situada en el centro de Oriente Medio, Siria
es el puente natural entre Asia Menor y Egipto, y
entre el Mediterráneo y el Golfo Pérsico, su costa
ha sido siempre un punto obligado de tránsito
de las principales redes comerciales entre Asia,
áfrica y Europa. Por lo tanto, Siria es país clave
para quien quiera controlar Oriente Medio y
sus rutas comerciales. Esta
es una de las razones más
grandes que llevaron a este
territorio a ser invadido o
conquistado, desde la aparición
de los primeros estados,
por todos los poderes hegemónicos
de la zona: cananitas,
fenicios, hebreos, asirios,
egipcios, babilonios, hititas,
persas, macedonios... Algo
que nos conduce a un comienzo
de este hilo de Ariadna
que parecía no tener principio
ni fin, pues la historia se
ha ido repitiendo y se repite
tanto de diferentes versiones
o copias modificadas acorde
a las circunstancias y necesidades políticas,
pero solo con nuevos actores , de manera que
se puede decir con claridad que las luchas antiguas
de poder entre imperios y estados por la
ruta de seda que conectaba el oriente con el occidente
por medio de una red de rutas comerciales,
se representa en la actualidad con la lucha
por las rutas, redes y líneas del petróleo, el gas
y los otro recursos naturales y como pasaba la
ruta de seda por Siria, hoy pasan la redes de gas
por las cuales se arma una guerra de semejante
agresividad para apoderarse y tener el control
del gasoducto después de que Siria había rechazado
una propuesta de Qatar “aliada de Estados
U n i d o s ” p a r a
construir un gasoducto
que habr
ía de at ravesar
Arabia Saudí, Jordania y
Siria, enlazando con Turquía antes de llegar a
Europa.
El soñado gasoducto permitiría al gas aumentar
tanto el volumen de sus exportaciones,
como reducir los costos y limitaciones de volumen
que impone el transporte marítimo, algo que
perjudicaría a los aliados de Siria: Rusia e Irán.
Estados Unidos se sumó a la guerra de los
gasoductos con la propuesta de Nabuco: un gasoducto
que aspiraba a evitar las zonas de influencia
rusa y pujar de las reservas del mar Negro
y de Asia Central. Sin embargo, los gasoductos
diseñados por Rusia se
antojan más viables económicamente,
dadas las amplias
reservas con las que
cuenta el país.
Entonces, la primera
razón es el gas. La segunda
es la alianza de Siria,
que no agrada ni beneficia
a Europa ni a Estados Unidos,
que está en “guerra
fría” con Rusia (aunque ya
no la es para el pueblo sirio
que se está muriendo quemado
con los fuegos de los
bombardeos) desde hace
cien años aproximadamente,
y que al parecer esta
última encontró el momento de atender a la necesidad
de terminar con el control unilateral del
mundo, y el nacimiento y crecimiento de otro polo
que puede poner límites a un capitalismo que
cada vez que siente hambre sale a saciarse con
la sangre de los pueblos y que convirtió el mundo
en un selva sin ética ni moral. Principalmente
estos son las razones de elegir a Siria, sin otros
motivos, no puedo creer que a ninguna potencia
invasora le preocupe el bienestar del pueblo del
país que pretenden invadir, ni su democracia o
libertad. Todas las guerras tienen fondo y trasfondo
económico, por más que levantan carteles
contrarios.