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EL LIBERAL . Opinión

También se puede (y se debe) "navegar con el viento de frente

13/06/2018 00:00 Opinión
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También se puede (y se debe) "navegar con el viento de frente También se puede (y se debe) "navegar con el viento de frente

Hasta mediados de abril pasado, y desde poco mas de dos anos, que Argentina estaba transitando, con no pocas amenazas externas y dificultades internas, derivadas de su historicamente muy debil y compleja organizacion politica y economica, un imperfecto pero posible ¡§sendero¡¨ de una gradual disminucion de su deficit fiscal, uno de sus 2 o 3 estructurales problemas endemicos. Desde 1961, hace 57 anos, solamente en un periodo de 6 anos tuvimos superavit fiscal y ello ocurrio por un contexto externo extraordinariamente favorable. Esa gradual convergencia del gasto publico con sus ingresos precisaba, inevitablemente, del financiamiento externo. Era la unica herramienta para la busqueda del equilibrio fiscal que habia quedado disponible. Pues la emision monetaria, con una inflacion reprimida de +35% anual, ya se estaba practicando al limite con la emision de las lebacs del BCRA; tambien resultaba imposible aumentar la presion fiscal, ya en el 40% del PIB, al menos sin paralizar a la economia formal. Por ultimo, la abrupta disminucion del gasto publico, el muy debatido shock, era tambien inaplicable por la herencia social de un tercio de la poblacion situada en la muy penosa situacion de pobreza. Con la estrategia de la convergencia fiscal gradual, instalada como un pragmatico dogma, obviamente se incrementaba la deuda publica en el corto plazo, pero el desafio era efectuar las suficientes reformas necesarias para alcanzar el equilibrio de las cuentas publicas en el mediano plazo; tratando, en el ¡§mientras tanto¡¨, de sostener las tendencias graduales tanto de una inflacion declinante como, simultaneamente, de un moderado crecimiento economico sostenido aun en el consumo interno, pero fundamentalmente expandiendo a la inversion y el comercio exterior. Todo ello sucedia en un marco politico que exigia el triunfo del nuevo oficialismo en sus primeras elecciones de medio termino, como un requisito de los acreedores porque ratificaba la gobernanza del rumbo economico elegido, en un contexto de una exigente tarea de control de la inflacion domestica, que ahora tambien debia enfrentar los efectos de una imprescindible recomposicion gradual de las tarifas de los servicios publicos, muy especialmente de la energia. Pues, caso contrario, electricidad y gas insuficiente se constituia en un ¡§cuello de botella¡¨ que impedia las pretensiones del simultaneo crecimiento economico. En esas muy delicadas circunstancias, nuestro pais se enfrento a 2 shocks, uno externo y otro interno. Al externo todos lo subestimamos, pero las exportaciones ya habian caido desde mas de 80.000 millones de dolares en 2011 a menos de 60.000 millones de dolares actualmente. Una enorme contraccion del comercio exterior que no podia dejar de reflejarse en una disminucion del consumo interno y de la inversion domestica. Ese negativo shock externo culmino con el detonante del incremento, tanto de la tasa de interes del financiamiento internacional al +3% anual como del precio del petroleo, que retrajeron fuertemente el financiamiento externo y obligo a acelerar la gradual convergencia hacia el equilibrio fiscal. El shock interno fue simultaneo, mediante la sequia mas grave de los ultimos 50 anos, que resto unos 8.000 millones de dolares, mas del +1% del PIB. Tambien se descuido otro problema estructural y endemico de nuestro pais: el deficit de la balanza de pagos. Desde 1976, en 42 anos, solo en 14 anos aislados pudimos obtener superavit, esto es el resultado neto del comercio exterior mas el del turismo y el de los ingresos y las transferencias de divisas, menos el atesoramiento de moneda extranjera fuera del sistema financiero argentino. Asi, se amparo el surgimiento del siempre muy atractivo ¡§tipo de cambio atrasado¡¨, que opera como una herramienta de un coyuntural control de la inflacion domestica. Pero, la referida reciente alza de la tasa de interes internacional provoco la perdida de la confianza de los acreedores de nuestro pais y el cuasi inmediato exodo de sus capitales, que estaban financiando el gradual recorrido de la estabilizacion fiscal argentina, culminando en la crisis cambiaria de mayo pasado. Habia que buscar rapidamente nuevos acreedores y se efectuo una especie de ¡§per saltum¡¨ financiero, al acudir directamente al FMI (Fondo Monetario Internacional), un organismo internacional de credito de ultima instancia, del cual somos socios fundadores desde su misma creacion en 1958. El nuevo prestamo ¡§precautorio¡¨ de la disponibilidad de u$50.000 millones, sin la exigencia de la disminucion del gasto publico social y a una tasa de solo el +3% anual promedio en sus tramos iniciales, tambien es una excepcional oportunidad derivada de la crisis, que debe ser asumida en su relevante dimension, la cuarta parte de la disponibilidad del FMI, y convocarnos a la madurez y a la responsabilidad colectiva. Las metas pautadas de las reducciones del deficit fiscal y de la inflacion para los proximos 3 anos resultan razonables. No podemos continuar siendo el muy curioso pais-fenomeno de un permanente y extraordinario futuro pero que nunca se concreta que, a modo de un barco con sus velas desplegadas pero sin rumbo, avanza rapida y esporadicamente, pero solo cuando aleatoriamente los vientos coinciden. Los paises modernos y progresistas que avanzan son los que aprendieron a navegar tambien cuando los vientos no resultan favorables. Con un bicentenario ya en nuestras espaldas, ese aprendizaje es obligado.

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