Incorporan a 50 mujeres trans para que terminen sus estudios y consigan trabajo

A los fines de garantizar el acceso a la educación de todas aquellas personas que no completaron sus estudios, un total de 50 mujeres trans de Santiago del Estero fueron incorporadas al programa "Hacemos Futuro", que les permitirá formarse y capacitarse en el ámbito educativo, para poder luego incorporarse al mercado laboral registrado.

Así lo anunciaron el titular del Centro de Referencia de Desarrollo Social de la Nación en Santiago del Estero, Federico Larsen, y la delegada local del Inadi, Romina Brandán, sobre el alcance del programa que unifica en una misma línea los anteriores programas sociales dea Argentina Trabaja y Ellas Hacen, el cual empezó a tener su nueva operatividad en todo el país y, por ende, en Santiago del Estero.

"Se trata de un nuevo cupo de 50 mujeres trans que se incorporan al programa Hacemos Futuro, siendo el requisito fundamental, la terminalidad educacional, tanto de la primaria como la secundaria, y luego de ello, podrán elegir capacitarse en oficios o actividades que quieran hacer", resaltó Larsen.

Especificó que en el nuevo programa, "aquellas personas que quieran inscribirse en el programa, junto con las anteriores, después de los estudios pueden buscar un trabajo registrado, algo que nos ocuparemos en ayudarlas en distintas áreas".

Agregó que el acompañamiento será de un año, hasta que consigan un empleo. "Si la relación laboral se interrumpe dentro del año, pueden volver al programa sin ningún requisito de por medio", aclaró.

Aporte

Por su parte, Brandán, recalcó que "desde el colectivo trans, tanto desde organizaciones como ATTA y Divas, venían reclamando esta ayuda estatal, teniendo en cuenta los graves problemas que tienen las personas trans dentro de la diversidad sexual para poder encontrar los espacios de inclusión en el ámbito educativo y laboral, algo que de a poco está empezando a cambiar".

Ahondó que tal situación "tiene que ver con una historia de exclusión del colectivo trans que viene desde siempre, siendo rechazadas del hogar familiar, del ámbito educativo y lo que lleva a cifras alarmantes en cuanto a las expectativas de vida de una persona trans, que es entre 35 y 40 años".

En tal sentido, sostuvo que "el Estado no puede estar ajeno a ello, y poder incorporarlas a este programa de Desarrollo Social de la Nación, es un aporte que hacemos para que puedan conseguir un trabajo registrado, que sería una alegría grande", concluyó.