El mejor deportista argentino de la historia

¿Por dónde empiezo, Manu? ¿Por aquel imborrable e irrepetible doble en el segundo final ante los serbios en Grecia 2004 que inició el camino a la proeza más impactante del básquet argentino en la historia? ¿Por cada uno de tus cuatro anillos en la NBA que nos hicieron sentir a tus Spurs casi como un equipo argentino? ¿Acaso empiezo por tu inolvidable adiós a la celeste y blanca en Río o por tu increíble final jugando como un pendejo tu última temporada?

La influencia y el legado que dejaste no es sólo para nuestro básquet, sino para el deporte argentino en general.

Porque si algo tuviste, "Manu", además de haber sido un extraordinario jugador, es que fuiste ejemplo también afuera, actuando y declarando, enseñando un camino, sabiendo ocupar tu lugar en cada momento.

Claro que tuviste socios sin los cuales esa incomparable Generación Dorada no hubiese sido tal: Luifa, Chapu, Pepe, Fabri, Magnano, la Oveja ellos tienen tu mismo gen y también sos lo que sos porque ellos estuvieron.

Sé que es un tema subjetivo y que cada quien tiene sus argumentos, pero soy de los que está recontra convencido de que el traje de Mejor deportista argentino de la historia te queda perfecto. Es que muy poquitos (vos, Vilas, tal vez De Vicenzo), tuvieron tanta influencia en el rumbo de un deporte en nuestro país. Porque para nosotros, terminar entre los 8 mejores un torneo internacional, hasta que vos llegaste, era superar los objetivos. Y estuvimos en el podio más de una década.

Porque de tu mano fuimos subcampeones mundiales (2002), campeones olímpicos (2004), terceros en otro mundial (2006), bronce olímpico (2008) porque le ganamos no una vez, si no dos! a un tal Dream Team, porque tuvimos de hijo a Brasil, porque abriste las puertas para que detrás tuyo, la armada argentina marque presencia en la NBA.

Y porque más allá de los logros, fuiste ejemplo hasta el último día de tu carrera.

"¿Qué te voy a decir Manu?" Que me hiciste querer más al básquet. Disfruté de Mariela, de Dante, Nicola y Luca. Cómo lo hiciste en una cancha. Nosotros, eternamente agradecidos.